El Ayuntamiento ha renovado el contrato de alquiler de Mareo
24 jun 2021 . Actualizado a las 14:03 h.En Gijón no hubo rescate bancario, pero sí se tiene un caso muy similar a escala. En unos días se cumplirán cuatro lustros desde que el entonces presidente del Real Sporting de Gijón, Juan Arango, le dijo a la alcaldesa, Paz Fernández Felgueroso: «¡Véndovos Mareo!».
Una venta que se acordó con la instalación embargada por Hacienda, aspecto que hubo que solucionar para sacar adelante una operación valorada en 1.525 millones de pesetas, el 13 de julio de 2001; así como el 1 de agosto se decidió que el dinero no era suficiente para evitar el cierre de la SAD y el Ayuntamiento debía comprar por 500 millones extra las marcas. Dos activos que en ningún momento necesitaba la ciudad y que fueron adquiridos para salvar de la quiebra a la SAD de la familia Fernández.
Las marcas ya fueron recompradas por el Sporting, pero Mareo sigue siendo propiedad público y así seguirá sucediendo durante los próximos años. La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Gijón aprobó estas semanas la prolongación del arrendamiento del complejo deportivo de Mareo al Real Sporting de Gijón. El contrato firmado en 2011 contemplaba una duración de 10 años y la opción de ampliar su extensión, previa petición del arrendatario por 5 años más. Proceso iniciado por el club y que deja a la entidad rojiblanca con un contrato de alquiler hasta 2026.
La prórroga, como constaba en el contrato inicial, deja al club rojiblanco sin opción de compra exclusiva sobre la escuela de fútbol, pasando la entidad gijonesa a disponer de un derecho de adquisición preferente en caso de venta por parte del Ayuntamiento. El precio marcado en 2011 para Mareo era de 12.795.463,63 euros, coste a actualizar sumando el IPC, una cantidad que no se compartía desde los despachos sportinguistas, desde donde se llegó a realizar el amago de construir en el futuro una ciudad deportiva en otro lugar.
Cabe recordar que dicha opción de compra fue vendida y posteriormente recomprada al grupo inmobiliario Gesai, bajo un intento de especulación para recalificar los terrenos a un uso de urbanización. Su gestor, Antonio Pinal, llegó a pagar otros 1,4 millones de euros para abonar los impagos a futbolistas en 2005 y posicionarse como uno de los accionistas de referencia en la SAD rojiblanca, algo que finalmente no se realizó.
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