Texto de análisis
28 nov 2021 . Actualizado a las 23:13 h.Empate que no sirve de nada para un Real Sporting que sigue ampliando su racha sin conocer la victoria ya hasta los 8 partidos. La imagen de los pupilos de David Gallego volvió a no ser buena. Media hora inicial generó cierta esperanza, pero terminó siendo un espejismo al que no conviene agarrarse. Solo a base de insistencia y más corazón que cabeza el Sporting apretó en los últimos minutos, pero no fue suficiente para reencontrarse con los tres puntos. Analizamos las claves del partido condensadas en 4 aspectos:
Intensidad sin balón en los primeros minutos
El arranque de partido fue más positivo de lo que venía mostrando el Sporting en el último mes. Una vez lograron adueñarse de la posesión de balón, los de David Gallego se mostraron muy activos e intensos especialmente en la presión tras pérdida. Esto permitió que el balón apenas durara uno o dos toques en posesión del Fuenla, que tenía que despejar o terminaba perdiendo el balón en su propia mitad de campo, haciendo que el Sporting recuperara muy arriba y estuviera prácticamente de manera constante en disposición de atacar la meta de Altube. Esto, sin embargo, duró lo que los locales tardaron en hacer el primer gol del encuentro.
Incapacidad para dominar el contexto
Este primer tramo de dominio y control sportinguista dio paso precisamente a un escenario opuesto; las pérdidas, imprecisiones e interrupciones se sucedían. El Sporting perdió continuidad en el juego y en sus posesiones, algo que el Fuenlabrada aprovechó para sacudirse el protagonismo de los locales y fue adelantando su bloque igualando fuerzas. Con menos tiempo de juego efectivo y un fútbol más físico, de mayores disputas y balones divididos, los de Oltra fueron imponiendo su ritmo. El Sporting trató de aprovechar alguna opción a la contra en lo que restaba de primer tiempo, pero poco a poco se fue diluyendo en el partido, algo que se acentuó en el segundo tiempo tras el paso por vestuarios.
Resurgen fantasmas a balón parado
Era una cuestión que preocupaba a inicio de temporada por las dudas y dificultades mostradas hace no tanto. Sin embargo, si bien hubo algún momento de debilidad, no terminaba de ser un aspecto clave del mal momento del Sporting. Esta vez, los problemas en área propia en estas acciones de estrategia sí marcaron un resultado final muy importante para los de Gallego. La fragilidad individual en una cadena de errores pone de nuevo bajo la lupa este tipo de jugadas, en las que el Sporting no logra imponerse en ataque y en las que sufre en defensa. Reviven fantasmas no muy de antaño.
Toma de decisión en los últimos metros
Dentro del corto rato positivo del Sporting en el partido se volvieron a ver las dificultades habituales en área contraria de los de Gallego. El equipo recuperaba rápido el balón, cogiendo desordenada a la defensa rival, en ocasiones incluso atacando con más jugadores de los que replegaban, y aun con esas, el Sporting no logró llegar con eficiencia al área rival, sin encontrar situaciones francas de remate por dos aspectos principalmente: la ocupación y llegada de piezas al área de penalti y por otro lado los errores en la toma de decisión, recortando cuando convenía un pase, fallando en la entrega o equivocándose en el remate. El Sporting es uno de los equipos que más remates necesita en la categoría para hacer un gol, y ayer, sin ser evidente su falta de acierto, sí destacaron sus problemas precisamente en el paso previo, en la generación de esas situaciones francas de disparo.
Los cambios
Gaspar por Aitor. Cambio obligado tras una fuerte entrada en el talón del onubense. Gaspar actuó primero por derecha para luego ocupar sorprendentemente la punta del ataque. De igual manera, no estuvo del todo acertado en el uno para uno cuando pudo intervenir, no mejorando la versión participativa y activa de Aitor.
Rivera por Gragera. Refresco en la medular, con el espigado pivote cortando alguna acción de peligro del rival y llegando a posiciones ofensivas para mejorar la versión con balón del Sporting. No fue suficiente, pero sí mostró una versión positiva en el escaso cuarto de hora que dispuso.
Nacho Méndez por Berto. Cambio sorprendente de Gallego. Tuvo una opción de remate en área rival que no acertó, pero no disfrutó de tiempo para hacer mucho más entrando en los últimos minutos de partido.
Nota a David Gallego y el cuerpo técnico:
Insuficiente. Empezó de manera positiva el encuentro un Sporting que no habituaba a ello, pero pronto, en cuanto consiguió la ventaja en el marcador, las buenas intenciones se disiparon rápidamente. Los de Gallego perdieron el control de partido y fueron incapaces de recuperarlo. No hubo reacción desde el banquillo para ello y el rival terminó imponiendo sus intenciones. El Sporting se desdibujó y no supo cambiar el rumbo cuando las cosas le vinieron mal dadas. El aspecto mental pesará mucho en todo esto en la dinámica actual, pero tampoco hay fútbol ya al que agarrarse. Con media hora ya no es suficiente.
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