Texto de análisis
26 ene 2022 . Actualizado a las 12:56 h.Dentro de una temporada tan irregular cuesta encontrar nombres que sobresalgan, que sean capaces de sobreponerse y rendir por encima de lo que ellos mismos han ofrecido. En este curso tan extraño para el Real Sporting de Gijón se han evidenciado esas dinámicas y momentos de forma que viven de manera particular cada uno de los futbolistas que conforman una plantilla. Ha habido momentos mejores y peores prácticamente para todos, aunque si un nombre está llamando la atención recientemente entre los habituales de David Gallego ese es, sin atisbo de duda, Aitor García.
El extremo onubense, desplazado al costado diestro ante la falta de efectivos para dicho carril, está siendo muy importante en los planes de Gallego cada fin de semana. Prueba de ello son los 22 partidos que ha disputado hasta la fecha en liga además de otros tres encuentros de Copa. De ello se deriva que Aitor tan solo se ha perdido 3 duelos en lo que va de temporada, el último de todos ante el Cádiz por unos problemas lumbares. Sin embargo, más allá de los minutos que acumula, el andaluz está destacando por los números que comienza a acumular de cara a portería: 5 goles y 3 asistencias, cifras que además han tenido un crecimiento importante en los dos últimos meses.
Afrontando la que es su cuarta temporada como rojiblanco -la tercera completa al haber jugado media campaña a su llegada en enero de 2019-, Aitor dejaba claro en sus intervenciones públicas que buscaba firmar de nuevo números similares a las de su primer año completo en Gijón, cuando consiguió anotar 7 tantos y repartir una asistencia. El curso pasado sus números en este sentido decayeron, con un rendimiento inferior prácticamente en todas las métricas ofensivas. Dicho y hecho. Aitor ha conseguido, tras sumar gol y asistencia en el último encuentro ante el Amorebieta, igualar la cantidad de goles generados en aquella temporada con estrella: 8 en ambas.
Pero no todo es el gol. Aitor ha mejorado todos sus registros ofensivos, evidentemente de la 20/21, pero también en promedio está mejorando su versión anterior (19/20) como rojiblanco: el Aitor de la 21/22 dispara más a portería (2,45 tiros por 2,37), suma más ocasiones claras de gol (0,24 xG vs 0,19), realiza más pases que finalizan con remate (1,26 vs 0,82), regatea más que antaño (5,27 vs 4,82), gana más duelos ofensivos (8,08 vs 8,02) y realiza más toques en área rival por partido (2,57 vs 2,1). Cuestiones estadísticas que además siempre van acompañadas del contexto que les rodea, siendo esta una temporada más irregular que la pasada. Aitor se sobrepone a todo ello, capaz de firmar sus mejores números en un equipo al que le cuesta más llegar y al que se le resiste -esto ya no es novedad- el gol. Como curiosidad, lo único en lo que Aitor no crece es en el número de centros por partido (2,33 vs 2,72), quizás muy influido por el estilo de Gallego respecto al de sus predecesores en el banquillo, pero eso no le impide aprovechar este momento dulce y ofrecer varios pases de gol a través envíos por alto al área, el último este mismo domingo. Con sus goles el Sporting puede encontrarse con un clavo ardiendo al que agarrarse mientras busca recuperar sensaciones pasadas.
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