Texto de análsis
05 ago 2022 . Actualizado a las 22:25 h.Juan Otero ha sido uno de los refuerzos para el extremo del Real Sporting de Gijón. Con su llegada se cubrió una de las demandas en la planificación de Abelardo Fernández, que pidió reforzar las bandas con extremos rápidos y verticales para su plan de juego. Una de las muchas parcelas que necesitaba apuntalar Gerardo García esta temporada en un verano exigente en materia de fichajes.
La cesión del colombiano al Sporting surge como una solución para ambas partes, después de que Otero haya declinado la oferta del Necaxa de la liga mexicana. Se trata de un futbolista que ya jugó para el Grupo Orlegi en el Santos Laguna entre enero de 2021 y el mismo mes de 2022, encajando dentro de los parámetros del grupo mexicano en su política de contrataciones y siendo conscientes de su situación en el América, donde no ha tenido la participación esperada. Los informes son positivos, si bien es cierto que su etapa en Santos fue de más a menos y el reto en Gijón será darle continuidad en el tiempo a su mejor versión.
Así juega Juan Otero
El extremo colombiano responde a un doble perfil: puede desempeñar su rol más pegado a la cal buscando los desmarques al espacio a partir de su velocidad o bien puede ocupar posiciones más interiores de partida para recibir al pie y desequilibrar desde el regate. Ambas características ya se han podido ver en los sucesivos amistosos de la presente pretemporada del Real Sporting, alternando combinaciones por dentro para acabar en gol (ante la Ponferradina) con recepciones abierto a banda para buscar diferentes tipos de jugada en el juego por los costados que tanto busca exprimir Abelardo Fernández.
Si bien por dentro ha mostrado su calidad asociativa para generar ventajas desde el pase y la combinación, por fuera Abelardo ha ido modificando lo que busca del colombiano. Inicialmente, por lo visto en entrenamientos y sus primeros ensayos, ha pasado de buscar desmarques y carreras al espacio con su velocidad, a participar cada vez más de manera activa en el juego ofensivo del Sporting. Esto se debe a que en esa lectura táctica reside uno de sus principales debe en esta toma de contacto como rojiblanco, pues no siempre trazaba estos movimientos en el momento exacto, midiendo mal los tiempos para obtener ventajas de sus movimientos, algo que puede responder meramente a su entendimiento con sus nuevos compañeros y el modelo de juego del asturiano, pues siempre ha sido un factor destacado en el colombiano.
A pesar de ello, por cualidades parece un futbolista con capacidad para explotar más su velocidad que su técnica, pero no por ello resulta carente de ella. Es el tipo de extremo que genera más ventajas a partir del desborde que del regate, aunque por lo que se le ha visto ya de rojiblanco, Abelardo puede buscar en él más que la amplitud y la búsqueda de línea de fondo -para lo cual está confiando en mediocentros llegadores como Zarfino o la incorporación de los laterales- su presencia en zonas más interiores para encontrar en él situaciones de finalización, donde muestra capacidad de llegada al área y remate. Un perfil que encaja con el fútbol vertical del técnico asturiano y que viene a sumar potencial para su ofensiva desde su físico y calidad en los últimos metros.
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