Texto de análisis
09 ago 2022 . Actualizado a las 10:18 h.Momento para resetear. La primera plantilla del Real Sporting de Gijón finalizó sus compromisos amistosos el pasado sábado con una doble jornada que le permitió a Abelardo Fernández dar una importante cantidad de minutos al grueso del plantel. Tras el día de descanso de ayer, hoy se han vuelto a entrenar en las instalaciones de la Escuela de Fútbol de Mareo, cambiando su rutina de pretemporada por una enfocada a preparar el primer compromiso de liga, que llegará este sábado 13 de agosto en su visita a Anduva. En un verano marcado por el traspaso de propiedad de la SAD y la amplia cantidad de fichajes acometidos, es momento de hacer balance de lo visto hasta el momento en el plano deportivo.
Fútbol vertical, con esa etiqueta que el propio Abelardo utilizó como "fútbol del norte". Las premisas del técnico asturiano quedaban claras ya en el tramo final del pasado curso, cuando cogió el banquillo del Sporting para el último mes de competición. Desde entonces hasta hoy, la progresión a nivel táctico del equipo ha quedado patente esta pretemporada. Muchas de las señas de identidad de lo que quiere el Pitu de su equipo se han podido ver en estos primeros ensayos, representados especialmente en la presión alta y la verticalidad tras recuperar.
Si bien el avance del mercado de fichajes marcó las posibilidades tácticas de Abelardo, partiendo, por ejemplo, con tan solo dos jugadores para la punta del ataque (Djuka y Campuzano), el técnico asturiano ha ido probando diferentes perfiles y combinaciones para esa punta de lanza que marca todo lo demás, pues al final, aunque los "números de teléfono" a los que se refería Menotti pueden variar y mutar entre 4-4-2, 4-2-3-1 o 4-4-1-1, en cuanto a intenciones y propuesta futbolística los planes de Abelardo han quedado bien marcados durante toda la pretemporada. Distintas formas pero mismo fondo.
Presión alta
Sin duda ha sido el aspecto más significativo de la idea de juego de Abelardo. El Sporting se ha caracterizado por ejercer una presión alta ante cualquier tipo de rival, independientemente de cuál sea su propuesta futbolística. Esta presión supone un reto para el Pitu, pues tratándose de un aspecto grupal, que depende de una gran coordinación entre los diferentes jugadores, es lógico que en estos primeros partidos logre presentar ciertas deficiencias. Y en algunos de ellos se vieron, por ejemplo ante el Mallorca concediendo espacios interiores a la espalda de los delanteros que acudían a la presión, pues ya sea con un punta o con dos, Abelardo siempre busca avanzar a uno de los pivotes para presionar ese elemento a la espalda, pero si el rival le genera superioridad en esa zona, como en este ejemplo, puede sufrir mucho para impedir el avance del rival con el balón controlado.
De igual manera, y siendo el principal argumento táctico sobre el que se sostiene el equipo, la valoración de dicha presión a estas alturas de temporada es muy buena. El equipo parece tener interiorizado cómo orientar la presión, intensificando la carrera con su hombre más adelantado cuando el balón pasa horizontalmente de un central a otro. Ahí se activa toda la maquinaria, con los laterales muy arriba para impedir la salida por fuera, los extremos aguantando el momento justo para saltar sobre el lateral rival y la clave de todo: el pivote que sale de zona para apretar al receptor de espaldas. Una agresividad e intensidad bien entendidas y coordinadas que han permitido al Sporting sumar muchas recuperaciones en campo rival y ha sido el preámbulo de más de un gol. Una secuencia que se resume en: obligar al rival a ir hacia fuera, dejando libre al más alejado y presionando con intensidad a los posibles receptores tanto dentro como fuera (foto de ejemplo ante Cartagena en la acción del 0-1), ya que estos recibirán de espaldas o mal perfilados. Una fórmula "arriesgada" pero cuya recompensa puede ser muy alta.
Transiciones ofensivas
La otra parte del ABC de Abelardo. Presionamos alto, conseguimos recuperar ¿y ahora qué? Pocos toques y directos a portería. Si el Pitu se lo ha resumido de alguna manera a los jugadores seguramente se parezca bastante a esa. El Sporting ha mostrado esta pretemporada esa verticalidad una vez recuperaba la pelota, llegando con varios hombres al ataque y con la firme intención de buscar área en la menor cantidad de pases posible. Se han dado de todas las maneras, tras recuperación del interior, del extremo o del segundo punta, pero todas con ese denominador común de activar a todos los jugadores sin balón para que ataquen los espacios una vez lo tienen de nuevo en su poder.
Importancia de los carriles exteriores
Los equipos de Abelardo siempre se han construido a partir de unos carriles exteriores de suma importancia. Ya sea buscando el centro lateral, ganar línea de fondo o partir de estos para atacar área, tanto los laterales como los extremos toman un rol de gran relevancia con el Pitu. Ha quedado patente en solo una prueba con 'Cote', pero también han destacado en este aspecto nombres como Pol Valentín, David Argüelles, Juan Otero o Dani Queipo. No es casualidad que así sea. Perfiles muy distintos y posiciones de partida también diferentes, pero que en ese ecosistema de hacer el equipo muy amplio que siempre propone Abelardo, han encontrado argumentos para hacer daño al rival de diversas formas. Como pruebas sirven tanto el último gol de la pretemporada contra el Avilés de 'Cote' o el que anota Otero frente a la Ponferradina.