Los dos futbolistas lloraron en sus últimos partidos, pero por diferentes razones
08 abr 2019 . Actualizado a las 10:43 h.Hace una semana, los caminos del jugador del Celta Iago Aspas y el del Villarreal Santi Cazorla se cruzaban en Balaídos. Este partido fue uno de los más intensos de la temporada debido al cambio de roles que experimentaron ambos equipos. El Villarreal se ponía por delante en el mercador antes del descanso con un 0-2. Una situación que dio un giro de 180 grados en la segunda parte, cuando el Celta tomó las riendas con Aspas como líder indiscutible ganando 3-2. Las lágrimas de emoción del gallego fueron retransmitidas por todas las televisiones y ampliamente comentadas en redes sociales, y es que Aspas es uno de esos jugadores modélicos que sienten los colores y luchan por su equipo. Sin embargo, la historia sería distinta para el Villarreal.Tras la derrota contra el Celta, este domingo cayó nuevamente por 2-1 ante el Betis. Una situación que se podría haber evitado si Santi Cazorla hubiera marcado el penalti que tuvo que lanzar en el minuto 89. Su fallo también provocó las lágrimas del asturiano, pero por una emoción muy distinta: impotencia.
La tristeza de la impotencia
El Villarreal está crisis tras su derrota contra el Celta y posteriormente contra el Betis. Estos infortunios pusieron al equipo de Javier Calleja en puestos de descenso. Una situación que quizás se podría haber evitado si Santi Cazorla hubiera marcado el penalti que tuvo que lanzar en el minuto 89. El asturiano, que también siente profunda pasión por el fútbol y especialmente por su equipo, se derrumbó ante la presión comenzando a llorar. Unas lágrimas que incluso enternecieron a sus rivales que comenzaron a consolarlo. Todos se volcaron con Cazorla, que afirmó en su Instagram: «El sentimiento de culpa que tengo no me lo quita nadie, pero me levantaré por mis compañeros y toda la familia del Villarreal. Nos quedan siete finales y juntos es la única manera de conseguirlo».
El asturiano es un futbolista que goza de la simpatía de la inmensa mayoría del fútbol español. Su carácter afable y su mezcla de timidez y simpatía le ha permitido ganarse a sus compañeros de equipo y también a su rivales. En sus convocatorias con la selección española, el resto de deportistas siempre ha destacado el rol del asturiano como nexo de unión del grupo. A ello se suma el espíritu de superación que demostró Cazorla al recuperarse de una su grave lesión. Estuvo cerca de dejar el fútbol, pero su trabajo y tesón le permitieron volver a sonreír. El Villareal le dio la oportunidad de volver a primera división, de ahí que el asturiano se sienta agradecido. Sus lágrimas, al igual de las que Aspas, han conmovido al mundo del fútbol.
Alegría irrefrenable
Las lágrimas de Cazorla contrastan con las de Aspas. Es una misma reacción para dos sensaciones que nada tienen que ver. La lucha del Celta por no descender se pelea gracias a jugadores como el gallego, que sienten los colores de su equipo de tal forma que pareciera que en vez de jugar con las piernas le moviese el corazón. Los gallegos estaban hundidos en la clasificación, en puestos de descenso, hasta que las tornas se cambiaron el pasado domingo contra el Villarreal, un equipo que estaba prácticamente en su misma situación. Si el celtiña ganaba, la salvación podría ser posible, pero si por el contrario perdía el descenso podría ser una realidad cada vez más cercana.
Por esta razón la remontada en la segunda parte fue una grandísima alegría para los gallegos, gracias, en gran parte a Aspas que marcó el 1-2 de falta y el 3-2 de penalti (el segundo gol fue marcado por Maxi Gómez). La afición en pie aplaudió incansablemente al delantero cuando fue sustituido cuando estaba finalizando el partido, este al sentarse en el banquillo no pudo contener la emoción y comenzó a llorar. «Gracias afición por ayudarnos a conseguir los 3 puntos en un momento de debilidad del equipo», comentaba en su Instagram.