El futuro es de las nuevas voces

La Voz

LA VOZ DE LOS ASTURIANOS

Esta galería de jóvenes brillantes traza los perfiles de científicos, artistas y empresarios que rondan la treintena y ya sobresalen en sus campos de actividad. Muestran que el talento y la creatividad formados en Asturias resisten las comparaciones y se hacen hueco en el mundo. Son el futuro de los mejores aspectos del Principado

14 nov 2017 . Actualizado a las 20:31 h.

Tanto se insiste en la fuga de talentos jóvenes, que existe el riego de olvidar cuántos conocimientos y cuánta creatividad reúnen los jóvenes que eligen quedarse en la región. No todos los que aparecen en este reportaje residen actualmente en Asturias, pero los que están fuera han planeado salidas temporales para completar sus estudios o pasar etapas de aprendizaje en centros prestigiosos del extranjero y prevén regresar a poner en práctica sus conocimientos más cerca de casa. De ellos, y de quienes hacen como ellos, depende el surgimiento de una comunidad autónoma a la altura de las investigaciones científicas más avanzadas y de las tendencias artísticas más rompedoras. 

Luis Fernández-Vega Cueto-Felgueroso, con su hermano y sus primos, forma parte de la quinta generación de la prestigiosa familia de oftalmólogos. Siguiendo la tradición familiar, le gustaría llegar algún día a formar parte del claustro de profesores de la Universidad de Oviedo y ocupar, como su padre, una cátedra de Medicina. Pero ese momento pertenece a un futuro aún lejano, considerado a quince o veinte años vista. Para llegar hasta ahí, faltan muchas horas de estudio. «Mi padre, mis tíos y el resto de los doctores del Instituto siempre nos dicen que hasta los 35 años no estamos formados de verdad», explica desde Londres. Ahí ha llegado este verano para trabajar un año en el Moorfields Eye Hospital. Para 2017, tiene planeada otra estancia formativa en el Bascom Palmer Eye Institute de Miami si el papeleo está listo a tiempo. Cuando vuelva a Oviedo, ya en 2018, Fernández-Vega tiene intención de aplicar todo lo que ha aprendido sobre nuevas técnicas de trasplante de córnea. «No hay ninguna duda de que en Asturias tenemos una medicina muy avanzada y de que es un buen lugar para trabajar», afirma.

También ha hecho las maletas Leticia Fernández Velasco, una ingeniera química destacada por el Instituto Tecnológico de Massachussetts (el MIT, una referencia mundial) como uno de los 10 jóvenes investigadores con mayor proyección de España. Su currículo es un producto del sistema educativo asturiano. Nació en Gijón, hizo sus estudios en la Universidad de Oviedo y realizó su tesis doctoral bajo la supervisión de especialistas del Instituto Nacional del Carbón, también en la capital de la comunidad. El logro que llamó la atención de los rastreadores de talentos del MIT es el uso de filtros de carbón para limpiar aguas contaminadas. Fernández Velasco trabaja ahora en Bruselas en un centro de investigación dependiente del ejército belga.

La tradición industrial de Asturias abona desde el siglo XIX esa formación de técnicos muy cualificados, pero no es ese el único campo en el que destacan los jóvenes nacidos en los 80 y que rondan hoy la treintena. En el campo de las artes, la violista Cristina Gestido es especialista en vivir entre dos aguas. En Londres, forma parte del elenco de la Ópera de la ciudad, pero eso no le impide ofrecer recitales como solista ni tocar con la Orquesta Sinfónica del Principado cuando está en Asturias. Pero no es esa la única frontera que cruza habitualmente. Gestido valora su formación clásica, pero no entiende la vida sin el pop y el rock desde que, aún muy joven, tocaba en una banda con su hermano. Ha compartido una actuación con Sting y no quiere ni oír hablar de elegir. «Depende del momento, pero necesito las dos músicas. Me dan equilibrio y se compenetran porque una es rígida y otra libre. A veces, me dicen que tocar rock puede perjudicar mi imagen como intérprete de clásica, pero de momento no lo ha hecho. Al contrario, me ha dado mucho», explica.

También entra y sale de Asturias Ximena Vera. Su papel con mayor proyección es el de Paloma, una de las vecinas de la familia Alcántara en Cuéntame. Pero sus tres temporadas (en breve empieza a rodar la cuarta) en la serie son solo una faceta de una carrera de muy largo aliento. La actriz ha creado su propia compañía y ha montado una obra escrita por ella misma, Nobilmente, un drama sobre la enfermedad de la violonchelista Jacqueline Du Pre que ha cosechado grandes críticas en su estreno en Madrid y podrá verse a finales de año en el teatro Palacio Valdés de Avilés. Vera, además, imparte cursos en los que ayuda a otros actores a preparar papeles hablados en inglés. Para ella, que estudió el bachillerato en un programa internacional en Suazilandia, el uso de otros idiomas es natural. Al país africano aún viaja para desarrollar proyectos con una ONG que incluyen talleres de dramaterapia.

A ser internacional aspira Jorge Meré. Sobre el central del Sporting, de 20 años, cae la responsabilidad de ser una de las promesas más brillantes del fútbol asturiano y también del nacional en una época de sequía en esa posición. Meré ya es profesional y estuvo en la preselección del equipo nacional previa a la última Eurocopa. «La selección es un aliciente, pero solo te llaman si lo haces bien con tu equipo. Mi lugar es la sub 21», admite. Por ahora.

También gracias a la actividad deportiva ha llegado a la atención pública Ecológica Bicicletas, una empresa de Gijón que empezó como una simple tienda de bicis y accesorios y hoy fabrica monturas de piñón fijo que, gracias al altavoz de internet, se venden a toda Europa y en varios países asiáticos y pronto desembacarán en los Estados Unidos. La calidad y la innovación de sus diseños ha hecho que el proyecto inicial se dispare. Irene Acuña y David Gómez, los fundadores, nunca soñaron en verse al frente de un proyecto que factura ya más de un millón de euros al año y colecciona premios a la mejor iniciativa empresarial joven. «Ha sido muy duro, pero hemos aprendido y hay buenas expectativas», explica Acuña. Nunca pensó que contrataría informáticos cuando empezó a trabajar con bicis.

Dentro de coordenadas más modestas, también marcha hacia adelante Flor de Cerezo, la empresa de catering de Sara López Corral, una de las dos cocineras más jóvenes del club que agrupa a las guisanderas tradicionales de la región. La chef se crió en Casa Telva, el restaurante de sus padres en Vadesoto (Siero) y se formó en la Escuela de Turismo de Gijón. Como guisandera, practica el 'slow food' y busca productos ecológicos y locales para sus recetas al estilo de toda la vida. Pero en el catering, si el cliente lo pide, se desmelena con toques actuales.