El actual sistema impositivo no es lo suficientemente efectivo como para paliar las tasas de pobreza entre determinados colectivos de población. El aumento del salario mínimo y el ingreso mínimo vital solo atenúan estos desequilibrios
Las empresas deben ajustar costes, aumentar la productividad e invertir en tecnología para sortear el reto de que sus asalariados trabajen menos y cobren lo mismo