Un «simpa» de camarones, pulpo y chuletón en Vigo

E.V.Pita VIGO

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RAMIRO

Identifican a una pareja de turistas que se marchó sin pagar una cena de más de cien euros de un restaurante de Vigo

31 jul 2018 . Actualizado a las 11:56 h.

En Vigo hay una nueva modalidad de turismo gastronómico, el turismo simpa. Consiste en visitar zonas típicas de la ciudad y degustar sus productos más genuinos y luego escaquearse sin pagar. Este fue el caso de una pareja de forasteros que vinieron desde otra comunidad a visitar Galicia y entraron el domingo a cenar en un buen restaurante del Casco Vello de Vigo, la zona que recomiendan todas las guías para ir de vinos o tapeo, conocer la gastronomía local o saborear el marisco fresco de la ría. Los clientes no se cortaron al consultar la carta: eligieron de menú una fuente de camarones, una buena ración de pulpo, un chuletón especial de buey y todo ello, regado con una botella de vino de albariño. Cuando la mesonera fue a entregar la dolorosa, los clientes se habían esfumado. La cuenta ascendía a más de cien euros.

Los turistas no contaban con que la Policía Local de Vigo iba a perseguirlos por las calles. La encargada del restaurante llamó a las 23.40 horas a la centralita del 092 para denunciar a la pareja de comensales que se habían marchado sin abonar la cuenta. Dio su descripción física y detalles de su vestimenta. Las patrullas de la Policía Local peinaron el Casco Vello en busca de los clientes morosos. Una hora más tarde, fueron vistos cuando entraban en un conocido local de copas de la zona del Areal, la zona más típica de la noche viguesa. Se trataba de un hombre de 33 años y una mujer de 29, ambos españoles y vecinos de otra comunidad autónoma. Fuentes policiales no quisieron detallar la región de la que proceden para evitar caer en tópicos.

Este caso de turismo simpa acabó mal para los forasteros, porque tuvieron que sacar la billetera y abonar religiosamente la factura a los agentes, que hicieron de eficaces cobradores.

Ella se encontraba mal

La pareja alegó que, durante la cena, ella se encontraba mal y que, por razones de urgencia, se habían tenido que marchar del local sin pagar. Aclararon que todo era un malentendido y que tenían toda la intención de volver al restaurante para abonar la cuenta. Y así lo hicieron, pues la pareja abonó al momento el importe de la factura a los agentes. Estos le entregaron el dinero a la responsable del restaurante, quien en un principio declinó presentar denuncia.

En la comisaría de Vigo tienen constancia de otros casos similares, pero son pocos. Suelen ser en bares y por pequeñas cantidades. En todo caso, no es habitual que ocurra en las discotecas de la ciudad, porque los clientes saben que a la salida hay unos porteros que los van a persuadir para que suelten el dinero.

Donde más problemas se detectan es en los hoteles de la ciudad, y generalmente acaban en juicio. Se han dado casos de clientes que iban con su pareja, se pasaban una semana de hotel a todo trapo y luego, alegando un problema con la tarjeta, desaparecían dejando una deuda de 400 euros o más. El modus operandi suele ser siempre parecido. La policía no entiende cómo estos timos se repiten, pues el huésped tiene que registrarse al ocupar la habitación y, al quedar plenamente identificado, es fácil seguirle el rastro.