La liga de los supermercados sin plástico

Lucía Vidal REDACCIÓN

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Esta película contra los residuos no la protagonizan superhéroes sino pequeños y grandes comerciantes que apuestan por reducir su impacto medioambiental

14 jun 2019 . Actualizado a las 13:57 h.

La última en sumarse al adiós al plástico ha sido Decathlon. La multinacional francesa dedicada a la distribución de ropa, complementos y artículos de deporte se deshace de las bolsas y solo ofrecerá, a partir de 3 de julio y como única alternativa, otras confeccionadas a partir de los excedentes textiles de sus artículos, bolsas de tela que se cobrarán a un euro. Ni siquiera se servirán envases de papel. Con esta medida, la compañía prevé reducir un 45 % sus emisiones de dióxido de carbono y retirar de la circulación 338.000 kilos de plástico al año. El dinero recaudado por la venta de las bolsas de tela se destinará íntegramente a la financiar la campaña anual de voluntariado ambiental que la firma organiza desde el 2014.

Esta misma semana otra gran empresa, Ikea, se subía al carro de la sostenibilidad ambiental. El gigante sueco del mueble ha anunciado el lanzamiento de una colección de manteles, fundas de cojín y bolsas, elaborados con plásticos recogidos en costas españolas. Se producirán en fábricas de Alicante y Valencia y su diseño correrá a cargo de Inma Bermúdez, que se basará en un patrón «sencillo y moderno con círculos, cuadros y triángulos combinados con una forma que recuerda a un pez», según ha informado la empresa a través de un comunicado. 

Musselbomma, que así se llama la colección, llegará a las tiendas de España e Italia en febrero del 2020. Después está previsto que llegue al resto de países. La multinacional no estará sola en su tarea por por aportar un granito de arena a la conservación del medio ambiente. La textil santanderina Sequal, cuyos tejidos están fabricados con hilo de poliéster de alta calidad elaborado a partir de materiales reciclados que incluyen botellas de plástico postconsumo y plástico capturado del mar, colaborará en la iniciativa. La compañía de muebles sueca se comprometió hace dos años a retirar en el horizonte del 2020 todos los productos de plástico de un solo uso

Ikea

Frutas y verduras que huelen

Otro grande, de la distribución en este caso, el alemán Lidl, acaba de eliminar el plástico de sus pasillos de frutas y verduras. En su lugar, utilizará envases totalmente biocompostables y biodegradables, que serán gratuitos para cliente, a pesar de que su coste es cuatro veces mayor al de una bolsa convencional. Ya se han introducido en los establecimientos de Baleares y se prevé que a lo largo del año se complete su implantación en las 580 tiendas que el grupo tiene en España. De esta forma, se adelanta a la entrada en vigor de la normativa nacional que prohibirá las bolsas de plástico de sección en el 2021. Lidl también ha sustituido los separadores de plásticos en sus envases de fruta y verdura por material de celulosa. La compañía se ha comprometido a eliminar los artículos de plástico de un solo uso (vajillas de plástico, pajitas para beber, bastoncillos de algodón para los oídos, etc.), y trabaja en otras medidas como el uso de materiales biodegradables para el embalaje; la reducción del porcentaje de plástico en las botellas de marca propia y la utilización del material reciclado en sus envases. Esta iniciativa forma parte de la estrategia global del grupo por un uso más eficiente del plástico, que tiene como objetivos la reducción del plástico al menos un 20 % hasta 2025 y garantizar la reciclabilidad del 100 % de sus envases.

Idéntico movimiento el efectuado por la francesa Carrefour, que este mes de junio anunciaba la eliminación del plástico en la sección de frutas y verduras, aunque de momento solo en sus tiendas Bio. La cadena ha puesto en marcha otras iniciativas como bolsas de algodón reutilizables, la eliminación de las etiquetas de papel en la fruta a granel y del film que envolvía pepinos y mandarinas, y la sustitución de la bolsa de plástico por una caja de cartón 100 % reciclable. En las secciones de charcutería, carnicería, pescadería y frutas y verduras, los clientes pueden llevar sus propios envases de casa. 

Meses antes hizo lo propio la británica Tesco -la tercera tienda minorista más grande del mundo y la primera de Reino Unido-, ofreciendo en dos de sus establecimientos productos frescos como manzanas, cebollas o champiñones, sin ningún tipo de envoltorio. Hasta cuarenta y cinco variedades de frutas y verduras sueltas, sin envasar, en una suerte de experiencia piloto cuyo objetivo es la reducción de residuos. Otras cadenas nacionales, como Morrisons y Waitrose, se están moviendo en la misma dirección, eliminando el embalaje de plástico y sustituyéndolo por bolsas de papel u otros materiales reciclables.  

Caprabo introdujo a principios de año una nueva gama de bolsas sostenibles, 100 % reciclables, como alternativa al plástico de un solo uso. Y desde hace meses, Gadisa dispone en su sección de frutería de bolsas de malla reutilizables y de papel reciclable, de forma gratuita. 

En supermercados de Nueva Zelanda llevan tiempo haciéndolo. El proyecto «Food in the Nude», literalmente, alimentos desnudos, es una campaña para poner fin a los envases de plástico en frescos. En las Antípodas varios productores del sector firmaron una declaración en la que se comprometen a hacer que todos los envases de las tiendas y las etiquetas sean 100 % reutilizables, reciclables o compostables en el 2025. Lejos de resultar un fiasco, a los consumidores la idea les atrae. Y mucho.

Un 300 % más de ventas

Según el diario NZ Herald, las ventas de algunas hortalizas se dispararon hasta en un 300 % después de que varias tiendas dijesen adiós al plástico que las recubría. Nigel Bond, propietario de uno de esos establecimientos, aseguró que la nueva disposición de las estanterías le recordaba a «cuando era un niño que iba a la frutería con mi padre y podía oler los cítricos frescos y las cebollas. Al envolver los productos en plástico los desinfectamos y privamos a las personas de esta experiencia». Bond rescató la idea tde un viaje de estudios a los Estados Unidos en el que vio lo que estaba haciendo la cadena Whole Foods, donde la forma en que comercializan la mercancía «es casi una forma de arte», explica. Dispuso estanterías de refrigeración donde se exhiben las frutas y hortalizas, que mantienen su frescura gracias a un proceso de nebulización. Además, ha instalado otro sistema, de ósmosis inversa, que trata el agua eliminando el 99 % de todas las bacterias y el cloro.

Sin salirnos del país kiwi, Foodstuffs también está probando alternativas de papel para las bolsas de mariscos, y bandejas de charcutería a base de fibra

Hace dos años nacía en Berlín Original Uverpackt, el primer supermercado del mundo sin envases, ni en alimentos ni en artículos de droguería, una forma de atacar un problema de grandes dimensiones, teniendo en cuenta que el 40 % de los residuos que generamos en el mundo proceden del embalaje de los alimentos: latas de conservas, cajas de comida prefabricada, cartones de huevo o leche, bandejas de carne y pescado, bolsas de legumbres y un largo etcétera. Detrás del proyecto, que ha cosechado varios premios, se encuentran dos jóvenes alemanas que lo llevaron adelante gracias al crowdfunding. Necesitaban cincuenta mil euros y en tres semanas consiguieron tres veces más de lo invertido. Ya han abierto dos supermercados más desde entonces. 

Todo a granel

Todos los alimentos están en contenedores con dispensadores, de forma que el comprador puede decidir qué cantidad se lleva de cada producto y transportarlo a su casa en su propio recipiente o bolsa: una bolsita de tela para el pan, por ejemplo, una fiambrera o táper para los productos frescos, o botellas de cristal para las bebidas. 

En España ya se han puesto en marcha iniciativas similares. Unpacked Shop fue el primer negocio abierto en Madrid inspirado en el movimiento 'Residuo Cero' y el segundo en España, por detrás de Barcelona, que fue la pionera. Las bolsas son de papel reciclable, las botellas de cristal y las pajitas de sorber de metal. Todo, reutilizable. Si no se traen recipientes de casa, se pueden adquirir en la propia tienda, donde vinos, vinagre, miel o aceites se sirven a granel. A Galicia, aunque con oferta un poco más reducida, también han llegado este tipo de establecimientos sostenibles. 

 

Aprobados y suspensos

La organización ecologista Greenpace publicó en enero de este año un ranking sobre los supermercados españoles y su tratamiento de los plásticos. Según ese informe, la única cadena de supermercados a nivel nacional que aprueba holgadamente con sus estrategias y compromisos en la lucha contra el plástico es Eroski, con una puntuación de 6'2 sobre 10. El grupo alemán Aldi es otro de los destacados en la lista. Obtiene una nota de 5'6. Mercadona saca un aprobado raspado. Lidl, un 4'7, una décima más que el Grupo Dia y cinco más que Carrefour. Entre los supermercados que suspenden con una nota inferior a 4, en este estudio realizado por Greenpeace, se encuentran Alcampo (3'5 sobre 10) y El Corte Inglés (3'4 sobre 10).