El vuelco total de Joe Biden

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Al Drago | EFE

El nuevo presidente de Estados Unidos se enfrentará a enorme retos con un enfoque completamente diferente al de Trump en todos lo terrenos

24 ene 2021 . Actualizado a las 11:45 h.

La llegada de Joe Biden a la Casa Blanca va a suponer un vuelco en la política estadounidense y mundial. Los expertos consultados por La Voz analizan los cambios que vendrán. Para el catedrático de Relaciones Internacionales Rafael Calduch, será «la oportunidad para iniciar un proceso de recuperación sanitaria, política, económica y moral de la sociedad norteamericana que permita superar los devastadores efectos de división social y desconfianza política e institucional heredados de la presidencia de Trump». Carlota García Encina señala que «cuando un presidente inicia su mandato siempre es una nueva página, pero en este caso hay que unir unas circunstancias únicas porque Biden tiene que hacer frente a grandes crisis, la de la pandemia y la de una economía en recesión en un país muy polarizado socialmente». «Su mensaje de unidad, resiliencia, de dar protagonismo a los norteamericanos, la democracia y las instituciones mueve al optimismo», añade la investigadora del Real Instituto Elcano.

cambio de discurso

Unidad frente a la polarización. Adam Dubin afirma que «lo que principalmente vamos a ver es un cambio de discurso». Este profesor neoyorquino considera que «Trump pasó cuatro años creando un enemigo dentro de EE.UU. y ahora Biden tiene que pasar otros cuatro diciéndonos que somos una América». En su opinión, «este discurso es fundamental no solo para dar un sentido de unidad sino para prevenir una seria amenaza a la estabilidad de EE.UU.». Dubin apunta que ha dicho «muchas veces que «EE.UU. podría algún día terminar en una guerra civil si no se reducen estas tensiones, los estadounidenses poseen más de 500 millones de armas y muchos estados tienen milicias que se están preparando para ‘defender la Constitución; si esta rabia continúa, podríamos ver más episodios como el del Capitolio». Por ello, «necesita calmar estas tensiones volviendo a lo básico: hacernos creer de nuevo en la grandeza de EE.UU. y que cada uno de nosotros es estadounidense, sea demócrata o republicano». «¿Podemos, en cuatro años, reconstruir ese sentido de unidad? Esta será la cuestión definitoria de la Administración Biden», concluye.

LOS RETOS

Pandemia, recuperación, desigualdad. Calduch enumera los cuatro «retos decisivos para la futura estabilidad política del país y su paz social: erradicación de la pandemia durante el 2021; recuperación económica y del empleo en la legislatura; restauración de la confianza en las instituciones, junto con la imposición del orden público sin sesgos racistas; y revisión de la política migratoria para compatibilizarla con los derechos humanos básicos así como la regularización de los inmigrantes ilegales que tienen ya residencia en EE.UU. desde hace años.

En cuanto a la pandemia, según Dubin, «la administración de Biden deberá demostrar que es capaz de confiar en la comunidad científica para elaborar un plan para reducir la tasa de transmisión y desplegar la vacuna de manera eficaz y rápida». Y añade: «Esto es importante también para hacer retroceder muchas de las teorías de la conspiración y el escepticismo de la ciencia que Trump y sus partidarios vendían». Además, Biden «deberá aprobar una ley de recuperación económica al estilo del New Deal que brinde asistencia a las pequeñas empresas, zonas rurales, las artes y otros sectores que han sido devastados por esta pandemia».

Rubin destaca que «Biden hereda un país en el que la brecha de riqueza y la desigualdad son peores que nunca». Por ello, considera que «debería presentar un plan a largo plazo más allá de una ley de recuperación pandémica que garantice el bienestar socioeconómico de la población».

PROPUESTAS LEGISLATIVAS

Senado dividido. García Encina pone el foco en la dificultades que puede encontrar Biden en un Senado dividido. «La mayoría de las propuestas necesitan 60 sobre 100 votos, la máxima prioridad de Biden es aprobar su plan de ayudas de 1,9 billones de dólares, y con el mayor consenso posible porque enviaría un mensaje de unidad y de que hay que trabajar todos juntos», explica. En su opinión, «Biden tiene la experiencia y las habilidades que le dan sus años en el Senado negociando con los republicanos». Pero, si no fuera posible, «está lo que se llama ‘la reconciliación presupuestaria’, que se puede aplicar solo una vez al año, por lo que tendría que escoger muy bien».

La principal confrontación será con Putin

En el ámbito económico, Biden «pretende abandonar la lógica del enfrentamiento comercial y tecnológico de la era Trump para regresar, paulatinamente, a la libertad comercial y financiera regulada por nuevas normas internacionales», sostiene Calduch. Esto permitiría a EE.UU. «aprovechar su superioridad económica y tecnológica para garantizar, junto con sus aliados, el cumplimiento de las buenas prácticas internacionales que están siendo sistemáticamente ignoradas o violadas por China». «De ahí que la confrontación entre EE.UU. y China la sitúe principalmente en este ámbito económico y tecnológico», concluye. En el ámbito político-estratégico, según Calduch, «la principal confrontación será con Rusia, debido a que Biden considera que el país está sometido a una élite autoritaria y corrupta presidida por Putin». «Las relaciones entre Washington y Moscú estarán dominadas por la lógica de la rivalidad disuasoria que requerirá, de una parte, el regreso a las negociaciones de desarme nuclear, pero también habrá una constante y proporcionada respuesta a las iniciativas desestabilizadoras del Kremlin en el ambiguo terreno de la ‘zona gris’ (manipulación propagandística por las redes sociales; ciberataques; operaciones encubiertas; etc.) y que excluye la escalada a la guerra convencional», asegura. «Para que la política con China y Rusia sea efectiva, Biden tiene previsto apoyarse en la movilización de sus aliados políticos y socios económicos tanto en Europa como en la zona indo-pacífica», añade. Por tanto, «es previsible una revitalización de la Alianza Atlántica y una renovación de los vínculos con Japón, Corea del Sur, Australia, India e Indonesia».

Recuperación del liderazgo y multilateralismo, las recetas en política exterior

En el plano internacional también se esperan cambios decisivos, empezando por un cambio de tono y de imagen. «Su política exterior se centrará en gran medida en un enfoque más multilateral de la gobernanza mundial», sostiene Dubin. García Encina señala que «se volverá a un proceso normal de toma de decisiones, que primará el multilateralismo para solucionar los grandes retos mundiales, ya sea la pandemia, el cambio climático o los temas comerciales»

«La Administración Biden buscará con ello recuperar el liderazgo político y económico a escala global a través de la movilización de una diplomacia multilateral respaldada por el dominio económico y tecnológico de Estados Unidos y un poder militar disuasorio que, llegado el caso, podrá ser utilizado en limitadas operaciones de apoyo y/o de inteligencia en terceros países», asegura el profesor Rafael Calduch en su análisis.

También resulta crucial, en la lógica del nuevo liderazgo por el que apuesta el Ejecutivo norteamericano, «aprovechar la diplomacia multilateral que ya está institucionalizada, como la Organización Mundial del Comercio o la OMS, o que se está desarrollando eficazmente en la gestión de problemas globales como el cambio climático y la aplicación de las medidas del Acuerdo de París».

Para Calduch, «el ambicioso plan de la política exterior y de seguridad de Estados Unidos debería de responder a las exigencias éticas y jurídicas que caracterizan los valores de la democracia y el estado de derecho, pues solo de ese modo se garantiza su legitimidad frente a las amenazas políticas de los movimientos populistas, ultranacionalista y autocráticos».

Estados Unidos ha vuelto

Dubin pronostica «un mayor enfoque en la protección de los derechos humanos, especialmente en Naciones Unidas. Espero que volvamos a unirnos al Consejo de Derechos Humanos y adoptemos una postura más agresiva sobre las violaciones de la protección de las personas en países como Corea del Norte y Rusia». «Esencialmente, Joe Biden demostrará una actitud de ‘Estados Unidos ha vuelto’, jugando con la idea de que Estados Unidos actúa junto con sus aliados, no contra ellos», afirma el profesor de Derechos Humanos para contraponer la posición del nuevo equipo presidencial con respecto a la etapa de Donald Trump.