El «chino facha» de Usera duda con su voto: «Por corazón a Vox, pero para gobernar quiero a Ayuso»

Manuel Varela Fariña
manuel varela MADRID / LA VOZ

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Chen Xiangwei, frente a su bar de exaltación franquista, en Usera
Chen Xiangwei, frente a su bar de exaltación franquista, en Usera m. v.

El hostelero Chen Xiangwei abrió este mes el bar Una, Grande y Libre decorado con simbología franquista

29 abr 2021 . Actualizado a las 19:17 h.

Dice Chen Xiangwei, más conocido como «el chino facha de Usera», que del bar que regentaba en la esquina de Antonio López lo echaron los dueños del local porque no querían tenerlo allí. El bajo sigue vacío, aunque todavía se sostienen dos banderas españolas y, en el segundo piso, una de Falange con su yugo y flechas rojas. En los cristales dejaron unas pegatinas de Pablo Iglesias e Isa Serra que Xiangwei no habría tardado en retirar con espátula al abrir por la mañana.

Este mes abrió su propio negocio a unos 500 metros, sin salir del barrio de Usera -donde viven uno de de cada cuatro chinos de Madrid-, en la calle Matilde Gayo. El bar está aún en reformas, y Xiangwei conversa en la entrada del Una, Grande y Libre con dos técnicos que sostienen los planos de las obras y cubren la cara con mascarillas rojigualdas. Dentro, a pesar de los trabajos que se están haciendo a la entrada de los baños, el hostelero ha instalado ya el santuario dedicado a Francisco Franco. En el pequeño vestíbulo hay un busto del dictador y un retrato suyo con borreguillo alrededor del cuello. Dentro, varias banderas preconstitucionales, una de Falange, más retratos de Franco y otro que se ha colado de Antonio Primo de Rivera. También réplicas de la cabeza de un venado y un toro. Todo está al gusto de Xiangwei. Aunque no tanto. El cartel del bar está cubierto con metacrilato, teñido en los extremos de blanco por los globos con pintura que le lanzaron. «A mi me da igual», dice el hostelero chino masticando un insulto a los asaltantes.

De la exaltación al dictador se limita a añadir que «esto es historia de España, nada más». «Yo quiero lo que dice el bar: una, grande y libre», apunta. Para el martes, sin embargo, aún no tiene claro a quien votar: «Voy a ver cómo está, pero yo creo que voy a votar a Ayuso o... ». Un hombre con buzo y las gafas colgando le corta: «No, Ayuso», remata. Varios clientes se reúnen alrededor de Xiangwei. Todos se declaran votantes de Vox, pero para estas elecciones tienen claro que cogerán la papeleta de la candidata popular. «Por el voto útil y por la hostelería, que es la única que le ha echado huevos», remata uno de ellos.

Chen retoma la palabra y reconoce que si votan a Vox no gobernarán. «Yo por corazón votaría a Vox. Les tenemos más cariño a ellos, pero para gobernar quiero a Ayuso», sostiene. Uno añade que «lo que tiene Vox» es que «hace limpieza», que el que quiera «prosperar y vivir» tiene que «trabajar como los demás» y que de historia «sabe un rato» y «si nadie da un golpe en la mesa, habrá una guerra civil». Vuelve Chen: «España tiene muchos problemas. Yo quiero que un partido luche por este país, para que sea unido, grande y libre. Que todos vivan con seguridad. Es el único país donde a uno le miran mal por llevar su bandera». Y tras un largo y apelotonado discurso sobre los males de España, Xiangwei pega la vuelta hacia el interior del bar sin despedirse.