Prueban marcas viales como alternativa a los radares para reducir la velocidad

José Manuel Pan
josé manuel pan REDACCIÓN / LA VOZ

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Las marcas denominadas dientes de dragón están diseñadas para reducir la marcha de los vehículos
Las marcas denominadas dientes de dragón están diseñadas para reducir la marcha de los vehículos MITMA

Varios ensayos tratan de influir en el conductor mediante la señalización

13 sep 2021 . Actualizado a las 19:09 h.

Hace años ya que los expertos en seguridad vial buscan soluciones que consigan influir en el comportamiento de los conductores para reducir el número de accidentes sin tener que recurrir a la sanción. ¿Y cómo se puede conseguir? Pues mediante el diseño de las carreteras, de la señalización y de las marcas en la calzada. Se trata de que el conductor perciba rápidamente que entra en una determinada zona en la que debe reducir la velocidad o que debe mantenerse en su carril sin invadir el sentido contrario. En Galicia hay varios ejemplos de balizas que la DGT instaló en la mediana de algunas carreteras para reforzar física y visualmente la división entre carriles. Pero hay más iniciativas.

El más reciente es el plan piloto que está desarrollando el Ministerio de Transportes en la carretera N-122, en la travesía de Nava de Roa (Burgos), donde ha pintado dos tipos de marcas viales para comprobar su eficacia. El objetivo aquí es la reducción de la velocidad. En el primer caso ha pintado una marcas denominadas dientes de dragón en los laterales de la calzada, con los que se busca que el conductor perciba un estrechamiento que le haga ir más despacio en ese tramo y que, al mismo tiempo, adapte la conducción a las circunstancias. Entra en una travesía con la velocidad limitada a 40 en la que hay peatones y cruces al mismo nivel. 

Líneas de borde quebradas para alertar a los conductores de que se acercan a una zona sensible
Líneas de borde quebradas para alertar a los conductores de que se acercan a una zona sensible

Más adelante, en la zona de más visibilidad, se ha pintado un paso de peatones que está precedido por líneas de borde quebradas cuya finalidad es concienciar al conductor de que se aproxima a una sección particular de la carretera por lo que deberá reducir la velocidad.

Desde Transportes señalan que estas pruebas permiten conocer la percepción real que tiene un conductor sobre las marcas viales, «ya que la interpretación por parte de cada usuario es muy subjetiva». Con estos tramos experimentales se quiere comprobar la eficacia de las marcas antes de incorporarlas a la normativa «y conocer el grado de percepción y comprensión por parte de los usuarios».

En Palencia, la Dirección General de Tráfico pintó líneas verdes en los laterales de dos carreteras convencionales de Castilla y León: la CL-615 y la CL-613. Se han probado ya con éxito en Suecia y Holanda, donde se comprobó que las marcas de colores generan en los conductores una sensación de estrechamiento del carril que induce a moderar la velocidad. Tráfico busca que el usuario identifique y asocie estas indicaciones con tramos de velocidad controlada, con el fin de que «no sea necesaria la instalación de sistemas de control de velocidad, y se obtenga una carretera autoexplicativa».

También están experimentando con marcas viales similares en Vitoria, para reducir la velocidad de circulación en sus calles sin tener que echar mano de los radares. En la capital alavesa, el Ayuntamiento ha pintado una especie de flechas, chevrones, para que el conductor sepa que tiene que reducir. Y también usa los dientes de dragón que se están probando en Burgos. Si la experiencia es positiva, el gobierno local extenderá esas marcas viales a otras calles de la ciudad.

Iniciativas parecidas se están extendiendo ya por otras ciudades, también en Galicia, con el pintado de isletas y otras marcas viales que buscan que los conductores se vean más limitados a la hora de circular por determinadas calles. Los ejemplos más claros se pueden ver en las zonas peatonales y en las calles limitadas a 30 y a 20 kilómetros por hora, en las que Pontevedra es pionera. A veces la simple colocación de un mobiliario determinado hace que el automovilista perciba que circula por un área en la que debe extremar las precauciones porque no es el único usuario, como sucede en el caso de las calles de plataforma única.

En urbanizaciones de Berlín hay calles largas y rectas en las que las autoridades municipales han colocado obstáculos en medio de alguno de los carriles para que los conductores tengan que esquivarlos y así olviden la tentación de acelerar y tengan la sensación de que están en una zona compartida.