Vetar el arrastre dejaría la despensa de Europa con un millón de toneladas de pescado menos

e. abuín REDACCIÓN / LA VOZ

ACTUALIDAD

cepesca

El sector de 14 países traslada a Sinkevicius el riesgo para la soberanía alimentaria

21 ene 2022 . Actualizado a las 11:16 h.

El mercado pesquero europeo es el más apetitoso del mundo. En él se aprovisionan ciudadanos como los portugueses, que consumen casi 60 kilos por persona al año y, aunque los hay como los checos, que con seis kilos por cabeza tienen suficiente para doce meses, también compran los españoles, que ingieren 45,6 kilos, y los franceses, con sus 33,7 por ciudadano al año, según datos de la propia DG-Mare (Dirección General de Asuntos Marítimos y Pesca). En definitiva, un mercado con un consumo aparente de 12,3 millones de toneladas, con un tique de compra de 130 euros por cabeza.

Ahora bien, la mayor parte de ese pescado que consume es importado. La pesca y la acuicultura comunitarias apenas dan para cubrir el 20 % de las necesidades y garantizar esa soberanía alimentaria que tan esencial se reveló durante la pandemia. Una capacidad, la de nutrir a su población, que se vería en riesgo si, como pretende la Comisión Europea, desaparece un actor fundamental como es el arrastre de fondo. Prohibir ese arte de pesca, así, sin datos científicos y revisiones de impacto contrastadas, pondría en riesgo la seguridad alimentaria al eliminar de la despensa comunitaria «un millón de toneladas de pescado», que son las capturas de los arrastreros comunitarios.

Ese fue el mensaje que el miércoles trasladaron al comisario de Medio Ambiente Océanos y Pesca, el lituano Virginijus Sinkevicius, representantes de organizaciones pesqueras de catorce Estados miembros.

Se mostraron como un frente común, el germen de lo que el mes que viene será la Alianza Europea de Pesca de Fondo (EBFA), y que representa a más de 22.000 pescadores y 8.000 barcos, explicó Europêche, la patronal de la pesca comunitaria, en un comunicado.

Abierta animadversión

La reunión con Sinkevicius fue solicitada por el sector pesquero, alarmado por la animadversión demostrada abiertamente por el comisario hacia ciertos artes de fondo, una percepción negativa que hace temblar al sector porque se expresa justo a las puertas del plan de acción que el Ejecutivo comunitario está desarrollando para proteger los recursos pesqueros y los ecosistemas marinos en el marco de la Estrategia de Biodiversidad 2030, un documento que hablaba de vedar a la pesca un 30 % de los mares y de prohibir el arrastre de fondo.

El presidente de Europêche, el español Javier Garat, ofreció la versión del sector pesquero a un comisario acostumbrado a escuchar mensajes verdes que no reparan en cuestiones socioeconómicas. Como eso de que desembarcan un millón de toneladas, «el 25 % de los desembarques comunitarios y el 40 % de los ingresos totales», que sustentan y generan riqueza y empleo en muchas zonas costeras y periféricas, expuso Garat. Galicia, sin ir más lejos.

La patronal europea reprocha que el comisario diga amén posando con ambientalistas a «afirmaciones sin fundamento como las relacionadas con la huella de la pesca o las emisiones de carbono del sector», cuando ya solo por su cargo, debería saber que «gracias a una gestión eficaz y basada en la ciencia, el arrastre solo faena en fondos marinos limitados y de alta resiliencia», apuntó Gerard van Balsfoort, presidente de los arrastreros holandeses.