El PIB aumentó un 0,5 % entre enero y marzo pese a la caída del consumo

Ana Balseiro
ana balseiro MADRID / LA VOZ

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Ramón Leiro

Roza el nivel prepandemia y el Ejecutivo cree que liderará otra vez el alza en la UE

28 abr 2023 . Actualizado a las 22:12 h.

Sorpresa positiva en el estreno del 2023. La economía española creció un 0,5 % intertrimestral entre enero y marzo —por encima de lo esperado—, gracias al efecto motor de la inversión y de las exportaciones. Así lo confirmó ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE) en el avance de la contabilidad nacional, que muestra cómo el PIB aceleró en el primer trimestre después del frenazo que experimentó en el tramo final del año pasado, cuando el alza —que ahora se ha revisado al 0,4 %— apenas fue de dos décimas, pese a que el conjunto del año cerró con un crecimiento del 5,5 %, idéntico al del año anterior.

Aunque la inflación desbocada en el último año y el giro de timón de la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE), que comenzó a subir los tipos el pasado verano, se han convertido en lastres añadidos, la economía exhibe más fortaleza de la esperada, hasta el punto de frisar el nivel de riqueza prepandemia. Desde el Ministerio de Asuntos Económicos destacaban ayer que este era el «último indicador pendiente de recuperar, ya que el resto están muy por encima, como es el caso de los datos de empleo, el paro juvenil, la inversión y la productividad por hora trabajada».

Por todo lo anterior, el departamento que dirige Nadia Calviño puso especialmente en valor la «solidez y resiliencia» demostradas por la economía española en un contexto internacional «de gran incertidumbre, marcado por las consecuencias de la guerra de Rusia en Ucrania».

Si en tasa intertrimestral la riqueza del país ha crecido medio punto, en comparativa interanual el avance ha sido del 3,8 %, frente al 2,9 % del último trimestre del 2022.

¿Cuáles son las claves de este mayor dinamismo? El ministerio señala dos principales: el tirón de la inversión —del 5,8 %, espoleada por los fondos europeos de recuperación— y la fortaleza de las exportaciones, con un alza del 1,9 %, pese a la invasión de Ucrania y a la crisis financiera que el mes pasado estalló en Estados Unidos e hizo tambalearse a las bolsas.

La inflación pincha el consumo

En el otro lado de la balanza, lastrando el avance del PIB, están la contracción del consumo de los hogares, que cayó un 1,3 % como consecuencia de unos precios que no dan tregua y que se suman a la subida de tipos. De hecho, el gasto de los hogares experimentó su menor crecimiento en dos años, apenas un punto y medio porcentual, Sin embargo, pese a consumir menos, gastaron más (un 6,5 %) como consecuencia de la inflación

El avance del INE también muestra que el empleo, medido en horas trabajadas, aumentó un 0,4 % entre enero y marzo respecto al mismo período del 2022. Esa misma evolución interanual positiva la mostró la víspera la encuesta de población activa (EPA), pese a que comparado con el trimestre anterior, en el primer cuarto del año se destruyó empleo y aumentó el paro.

En lo que respecta a las horas trabajadas, en términos intertrimestrales cayeron un 1,5 % respecto al final del año anterior, mientras que el avance de los puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo fue del 2,3 %, tres décimas de alza, lo que se traduce en 426.000 nuevos empleos a jornada completa en un año.

Aunque en la segunda mitad del 2022 algunos organismos (fue el caso de la AIReF en España o del propio FMI) verbalizaron el miedo a una recesión técnica —dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo del PIB—, finalmente ese escenario no se ha producido. Y ello pese a que algunos países europeos, como Alemania, la locomotora económica de la UE, tuvieron un pie en ella a finales de año.

Ayer la oficina estadística europea, Eurostat, publicó el avance del PIB de la eurozona, que fue de solo una décima en el primer trimestre, mientras que en el del conjunto de la UE la economía avanzó el 0,3 %, alejando el fantasma de la referida recesión técnica, tras la contracción del 0,1 % sufrida en el último trimestre del 2022.

España, con un alza del 0,5 %, fue el segundo Estado con mayor crecimiento —empatado con Italia y Letonia—, solo por detrás del 1,6 % de Portugal. En el extremo contrario se situaron países como Irlanda (-2,7 %) o Austria (-0,3 %).

En términos interanuales, las tasas de crecimiento fueron positivas para todos los países excepto para Alemania (-0,1 %) con el 3, 8 % de España como la economía con mejor evolución respecto al primer trimestre del 2022.

De hecho, el Gobierno espera que esta fortaleza del PIB prosiga y así se lo ha comunicado a Bruselas en el Programa de Estabilidad 2023-2026 remitido ayer, donde mantiene en el 2,1 %, sin revisión, el crecimiento esperado para este año, y espera liderar por tercera vez el avance de las economías europeas. Para el 2024 pronostica un alza del 2,4 %, que se moderaría al 1,8 y al 1,7 % en los años siguientes.