El sector crítico pide un giro en la estrategia de Podemos Asturies

Luis Ordóñez
Luis Ordóñez REDACCION

ASTURIAS

Héctor Piernavieja
Héctor Piernavieja

La candidatura de Piernavieja enlaza con las críticas de Bescansa en el posicionamiento del procés y reclama más «diálogo firme» con otros grupos

01 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La candidatura encabezada por el diputado Héctor Piernavieja, en la plataforma «Agora Asturies», que compite en el proceso de las primarias a la Secretaría General de Podemos Asturies frente a la del actual dirigente Daniel Ripa, propone en su documento político un giro en la estrategia planteada hasta el momento por el partido en la comunidad. Sin abandonar el intenso distanciamiento frente a los socialistas que ha marcado a los morados desde su nacimiento en Asturias, el texto es crítico también con el enfoque del partido en el énfasis puesto en las denuncias de casos de corrupción que «no pueden limitarse a describir entramados» sin plantear «construir una nueva realidad» además de señalar que junto a todas esas denuncias debe incrementarse el dar a conocer «las propuestas de cambio de modelo administrativo y ético que defendemos». «Agora Asturies» aboga además por reconsiderar las relaciones con Izquierda Unida al señalar que en el parlamento «hemos parecido enemigos encarnizados en vez de aliados naturales» y plantea toda una reflexión alternativa sobre las consecuencias que podrá tener para las expectativas electorales de Podemos tanto el proceso interno de renovación en el PSOE que aupó de nuevo a Pedro Sánchez a la Secretaría General como la posición que ha mantenido el partido a nivel estatal respecto al desarrollo del proceso soberanista en Cataluña. 

En la línea de Carolina Bescansa, que en pleno procés advirtió de que «me gustaría un Podemos que le hablase más a España y a los españoles, y no solamente a los independentistas»; el documento abanderado por Piernavieja describe el desarrollo soberanista como «el cataclismo catalán» que ha tenido como consecuencia una polarización de la sociedad con «dos bandos enfrentados azuzados por los intereses electoralistas de los independentistas en Catalunya y de la derecha en el resto del Estado» y que ha terminado por derivar, a su juicio, en «un repliegue hacia posiciones conservadoras y centralistas del sentido común colectivo». El texto defiende en todo caso la posición de Podemos estatal como «complicada» al tener que hacer «un ejercicio de pedagogía política para explicar que un conflicto político no se puede solucionar por la vía represiva ni por la vía de la unilateralidad». Pero con todo ello señala que sufrirá «un gran desgaste» y que el partido en Asturias, en esta tesitura con el encendido debate en la opinión pública hará «más necesario que nunca reforzar la idea de un proyecto integrado para el conjunto del Estado Español, desde la Autonomía Asturiana y la lealtad al proyecto colectivo».

En términos similares advierte de que la desgarradora crisis del partido socialista que se desarrollo a lo largo de este año se saldó con una victoria de Pedro Sánchez en las primarias que «le ha permitido desarrollar un discurso regenerador que ha adoptado gran parte de nuestros hitos discursivos»; uno que considera «desnaturalizado» pero que, en todo caso, podría tener implicaciones en los futuros comicios porque «a ojos de grandes sectores de la población le sitúan como una alternativa responsable a lo que nosotros defendemos». También defiende un «diálogo firme» con otros partidos en el arco parlamentario y respecto a la relación con los movimientos sociales advierte de que es preciso «abandonar la tentación de que los movimientos sociales sean un brazo ejecutor para golpear a nuestros rivales políticos», algo que ha podido derivar en «suspicacia de instrumentalización y, en consecuencia, una desmovilización de la iniciativa popular».

El documento de «Agora Asturies» es también crítico con otros posicionamientos de la formación a lo largo de la legislatura y respecto a la propia organización del Podemos señalando que ha habido abandonos por «frustración y desánimo». Así, destaca que debe ampliarse la participación y señala que su modelo pasa por «construir una organización fuerte, con personas con dedicación exclusiva a ello»; critica que se hayan convocado asambleas en el mismo día en que tenían lugar y recalca que el énfasis en los medios digitales, los que se ha «abusado», ha dejado fuera a sectores sociales del «medio rural y mayor edad». También afirma que la identidad propia de la agrupación asturiana debe defenderse pero con un «equilibrio» respecto al «proyecto común» del partido estatal y que «las tensiones con el resto de la organización han llegado a sobrepasar los límites de lo recomendable».

Con todo, la candidatura de Ripa es la que ha partido con más fuerza, al menos en cuanto al número de apoyos recabados al comienzo de la campaña entre los círculos de los principales núcleos urbanos y con el respaldo de cinco de los nueve diputados del grupo en la Junta General. El documento de «Asturies 2019» recoge la idea del «pacto del Duernu» defendida por Foro Asturias en su fundación y que plantea que el poder político en la comunidad se reparte de forma táctica entre PSOE y PP, lo que debe llevar a Podemos a luchar por poner en «jaque al régimen de Asturias». 

Ripa defiende en su documento una intensa apuesta por la municipalización con un posicionamiento feminista en la organización. Se fija como objetivo en los próximos comicios locales llegar hasta 50 concejos y «gobernar el área central». Respecto a las relaciones con otros partidos, singularmente con IU, defiende una autonomía de pactos locales en cada concejo que debe de tener traslado también a nivel autonómico. Así recuerda también que si Podemos estatal o las agrupaciones de otras comunidades podrían llegar a distintos grados de entendimiento con los socialistas (en Castilla La Mancha han entrado en el Ejecutivo regional) hay casos como el de Asturias o Andalucía en los que, en su opinión, «el PSOE está contaminado por la corrupción» por lo que esos acuerdos no son posibles. Fija también una diferencia entre el PSOE de Gijón y el de Oviedo, que desde su punto de vista, no tiene relación con «redes clientelares» que tienen su origen en la FSA. Y respecto al proceso de renovación interno de los socialistas asturianos con la victoria del sanchista Adrián Barbón, minimiza su impacto porque tras llegar a la dirección «en vez de reducir los salarios de los altos cargos, su primera medida fue subirse el sueldo: cobrará 14 pagas de 4.500 euros. Sobre la petición de entrada en prisión de los condenados del caso Marea o sobre el escándalo del Montepío, por el contrario, ha mantenido un silencio absoluto».

En su valoración sobre los resultados de los últimos comicios generales en los que la alianza de Podemos e IU cosechó en Asturias unos resultados muy por debajo de las expectativas marcadas, el documento achaca este saldo a que «el PP fomentó el 26-J una hiper-movilización del electorado mayor de 55 años, en el que son primera fuerza» y en la que también actuó el miedo al Brexit. Ripa defiende mantener un modelo de «partido movimiento» heredero a su juicio de las movilizaciones del 15M, descarta la vigencia de las las etiquetas ideológicas de izquierda o derecha, y asume el mismo posicinamiento del partido estatal respecto al procés catalán, señalando que en su desarrollo se produjo «una fuga de empresas alentada por La Moncloa».

Anticapitalistas

La tercera candidatura, que está encabezada por la concejala de Langreo, Vanesa Llaneza, es la más abiertamente crítica con cualquier acercamiento al PSOE, algo que recoge de forma reiterada en su documento político «Desde Abajo / Dende Abaxu» hasta el punto de resaltar que el partido debe «hacer oposición en la Junta General» con el objetivo de «construir una mayoría social» en la que el precedente de Unidos Podemos debe servir como base para ampliarlo en futuros comicios. En todo caso los anticapitalistas son también críticos con la deriva organizativa del partido en Asturias y apuestan por un regreso al mayor peso de los círculos y al sistema asambleario que al no haberse mantenido, en su opinión, «nos debilitó».