Estos son los lazos familiares del oso cantábrico

La Voz REDACCION

ASTURIAS

fundacion oso pardo

Un nuevo estudio pone en jaque el origen del linaje actual de la especie en la península. Cuestiona la teoría generalmente aceptada de que llegaron de Escandinavia

27 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

¿De dónde procede el oso cantábrico? ¿Está emparentado con el resto de ejemplares diseminados por Europa? ¿Con los rusos o suecos? ¿Existe un linaje común? Hasta ahora, había una teoría generalmente aceptada que apuntaba que los actuales animales que pueblan la cordillera Cantábrica están vinculados con los escandinavos, ya que las glaciaciones provocaron fuertes migraciones a través de lo que hoy se conoce como el continente europeo. Del norte descendieron al sur en busca de refugio para regresar una vez que el hielo se hubo retirado. Eso supone que existían lazos familiares milenarios. Sin embargo, una nueva investigación liderada por expertos de la Universidad de A Coruña, que ha analizado restos recogidos en todo el norte de España, incluida Asturias, ha puesto en jaque todo lo que sabía. Un artículo publicado recientemente en una revista especializada señala que esto no fue así, que los actuales osos pardos son descendientes de animales que llegaron después de la glaciación, incluso más tarde que a otros territorios. Señala incluso que puede existir una zona críptica de refugio donde se concentraron.       

La teoría de los refugios glaciares -como así se denomina el conocimiento que ahora se cuestiona- se basaba en que, tras la última glaciación, los osos del norte de Europa se resguardaron en el sur del continente. Lo que quiere decir que los pardos ibéricos eran descendientes de los huidos del norte en la Edad de Hielo. A pesar de ser una hipótesis científica ampliamente aceptada, este nuevo estudio descarta esta suposición. En su nuevo trabajo publicado en inglés en la revista Historical Biology, las científicas Ana García-Vázquez, Ana Pinto Llona y Aurora Grandal Danglade refutan la conocida hipótesis del origen de estos úrsidos. Durante el estudio se ha llevado a cabo una exhaustiva investigación del ADN de las mitocondrias de un extenso grupo de osos actuales, así como de la época del Pleistoceno y del Holoceno. Los resultados obtenidos no concuerdan con la primera teoría, tal y como aparece también reflejado en un artículo del Sinc.

La teoría de los refugios glaciares sostiene que los osos pardos ibéricos provienen del mismo linaje que los que en su día llegaron a la península desde el sur de Escandinavia. Con este descubrimiento, la hipótesis se centra en que éste sería el sitio elegido como refugio glaciar para los osos pardos, que al finalizar el último máximo glacial, habrían recolonizado el oeste de Europa desde la península. 

Sin embargo , esta nueva investigación ha llegado a unas conclusiones que nada tienen que ver. Durante el pleistoceno, en el norte de la península ibérica coexistían tres linajes maternos. En las glaciaciones ese linaje pleistoceno se perdió y los osos holocenos después del último gran glacial entraron en la península desde el norte 5.000 años después de haber recolonizado las islas británicas. Tal retraso en la ocupación del territorio podría deberse tanto a la orografía de los Pirineos como a la presencia de humanos en la entrada de la península. Así, el estudio concluye que los osos pardos ibéricos provienen del linaje holoceno, que nada tiene que ver con el pleistoceno. Además, proponen que el refugio elegido por los úrsidos no fue la península ibérica, sino un lugar desconocido de la Europa continental del Atlántico desde donde los osos se expandieron a medida que el hielo retrocedió.