Beyusco, el hórreo primitivo

Luis Ordóñez
Luis Ordóñez REDACCION

ASTURIAS

Hórreo beyusco, de Faela, en Ponga
Hórreo beyusco, de Faela, en Ponga

El Principado sólo concedió una de las cinco solicitudes de ayuda a la conservación para construcciones protegidas pero en 2018 ampliará las subvenciones

03 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El pasado mes de agosto, la administración asturiana lanzó un plan de ayudas para la restauración de hórreos que tuvieran la consideración de patrimonio cultural protegido. Cinco construcción optaron a esta subvención --hórreos de Ponga, Bimenes, Cabranes, Les Requeres y dos de Cabranes-- pero sólo uno pudo lograrla (por un valor de 5.625 euros) al ser el único que cumplía las condiciones estipuladas en el proyecto, entre ellas estar reconocido como Bien de Interés Cultural (BIC) o formar parte del Inventario de Patrimonio Cultural de Asturias (IPCA). Los detalles de este procedimiento se explican en la respuesta ofrecida por la Consejería de Cultura a una pregunta parlamentaria del diputado de Foro Pedro Leal; y en ella se destaca que a lo largo de este 2018 el Principado tiene previsto lanzar «una nueva línea de subvenciones exclusiva para hórreos y paneras a la que podrán acogerse todas las solicitudes, independientemente de su condición de BIC o Inventario». También se señala que ese único hórreo que año pasado logró la ayuda de restauración es un «beyusco».  

El término beyusco alude al desfiladero de Los Beyos, que discurre entre Asturias y León, desde Amieva y Ponga a Oseja de Sajambre; allí se encuentran estos hórreos, uno de los modelos más primitivos (y es en esa cualidad donde reside su valor), alzados sobre terrenos muy escarpados, que tiene un tejado a dos aguas y carecen del tradicional corredor de las construcciones del resto de territorio asturiano. Se conservan muy poco ejemplares y muchos de ellos en muy mal estado. Hacer tres años fueron inventariados para su protección y están recogidas las fichas de todos ellos en un documento publicado en el BOPA

Croquis de un hórreo beyusco
Croquis de un hórreo beyusco

Con fotografías de todos ellos y croquis de algunos (obra del etnógrafo Astur Paredes), la publicación de este catálogo recoge que «se considera que estos hórreos beyuscos son testimonio de la tipología dominante de graneros existentes en Asturias antes de la imposición del hórreo tipo asturiano de engüelgos, con cubierta a cuatro aguas y cámara con cureñes verticales». Con todo, a lo largo de los concejos donde se encuentran, los modelos son variados y no todos ellos encajan con esta descripción esquemática, precisamente, el texto de señala que «sin embargo, la realidad es mucho más complicada y precisamente el gran interés que tienen estos hórreos radica en la variedad de soluciones que podemos encontrar en un territorio tan pequeño y que, con seguridad, están aportándonos claves para indagar en el proceso de evolución del hórreo asturiano». Algunas de las soluciones arquitectónicas que se encuentran en los beyuscos muestras la evolución de los hórreos más elaborados que será posible encontrar en el resto del territorio asturiano.

Vivir en el hórreo

Los hórreos han sido objeto de un intenso debate en el ámbito político asturiano a lo largo del último año. Lo fue primero por la reclamación de que estas construcciones fueran exoneradas del pago del IBI, una iniciativa que se recogió finalmente en una proposición no de ley que fue aprobada en el Congreso de los Diputados a instancias del grupo de Unidos Podemos y para las construcciones de Asturias y Galicia.

Pero además, el Consejo de Patrimonio Cultural de Asturias comenzó el pasado noviembre los trabajos para elaborar un reglamento de hórreos y paneras que aborde una regularización pormenorizada de sus usos, una más actualizada ya que la vigente se elaboró en 1975. De cara esa reforma, la Asociación de Amigos del Hórreo Asturiano solicitó que se establecieran dos normativas distintas; una para hórreos y paneras con una antigüedad datada entre finales del siglo XV y principios del XVI hasta mediados del siglo pasado, de manera que estuviera protegida su construcción inicial y tuvieran amparo de la Administración para su mantenimiento. Pero para el caso de las construcciones de menos de 50 años o nuevas, solicitaba que se permitiera su uso como vivienda o alojamiento rural siempre y cuando se conservase su tradicional estructura exterior, pero permitiendo ventanas o canalones además de que su construcción no estuviera vinculada a una vivienda.