Javier Ledo ya había estado ingresado anteriormente en la cárcel asturiana por un caso relacionado con violencia de género
15 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Javier Ledo Ovide, autor confeso de la muerte de la gijonesa María Paz Fernández Borrego, de 43 años, ha sido incluido en el programa de prevención de suicidios que tiene activado el Centro Penitenciario de Asturias. De momento, permanecerá recluido en el Módulo de Ingresos y continuará separado del resto de internos, según han confirmado fuentes penitenciarias.
Los profesionales del equipo de la Junta de Tratamiento ya han mantenido las primeras entrevistas con el interno. El médico y el psicólogo han examinado al recluso y sus apreciaciones servirán de base a los informes que, junto a los emitidos por el educador y el trabajador social adscritos al centro, serán determinantes para su posterior clasificación penitenciaria en un módulo. En su situación de preso preventivo, se encuentra a disposición del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Luarca para la práctica de cualquier diligencia que se precise durante la instrucción de la causa.
Las pruebas incriminatorias
Su ingreso en la cárcel asturiana se produjo el pasado lunes, día 12, después de que la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Luarca, Marta Huerta Novoa, dictara un auto de «prisión provisional, comunicada y sin fianza», accediendo a la petición de la fiscal, Margarita Ranz, al considerar suficientes para su incriminación tanto su confesión ante los agentes de la Guardia Civil como las pruebas reunidas en los tres registros domiciliarios realizados en Navia y en Llosorio, en Coaña, donde reside su madre. Entre otras, una fregona con restos de sangre y unas muletas que actualmente están siendo analizadas por los expertos en la Comandancia de la Guardia Civil de Oviedo. Los componentes del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (Geas) siguen buscando nuevas pruebas en el embalse de Arbón, donde apareció el cadáver de María Paz Fernández lastrado con unas piedras. La mujer presentaba signos evidentes de una muerte violenta, causada por un objeto romo, según determinó la autopsia.
Otro ingreso carcelario anterior
Esta no es, sin embargo, la primera vez que Javier Ledo ingresa en la cárcel asturiana. Fuentes penitenciarias aseguran que ya estuvo internado, en el año 2009, cumpliendo una pena por un caso relacionado con violencia de género tras una denuncia de una pareja sentimental anterior. «Estuvo aproximadamente un mes», señalan las mismas fuentes.
Al estar incorporado al programa de prevención de suicidios, vigilarán especialmente los factores de riesgo que pudieran influir en su situación personal, dada la gravedad del delito por el que ha ingresado en la cárcel asturiana. La violencia empleada con la víctima, su frialdad al relatar varias versiones exculpatorias así como las entrevistas que mantuvo con los medios de comunicación en las que intentaba desviar la atención hacia otros posibles sospechosos son algunos rasgos de su personalidad que son tenidos en cuenta por los profesionales.
Fuentes penitenciarias explican que ahora una de las prioridades es «velar por la vida, integridad y la salud del interno, en aplicación del artículo 3.4 de la Ley Orgánica General Penitenciaria», a través de programas individualizados de detección y prevención de conductas suicidas.
Evaluación semanal de su evolución
El protocolo de actuación incluye la evaluación de su estado por el médico y el psicólogo, independientemente de las medidas urgentes que, de forma preventiva, se hayan adoptado. En algunos casos, se cuenta con la ayuda de internos de apoyo, especialmente «seleccionados y entrenados para acompañar a las personas incluidas en este programa, pero en ningún caso sustituyen a los profesionales», advierten las mismas fuentes.
Semanalmente se evaluará su evolución y, en función de su desarrollo, se acordará mantener o modificar las medidas, priorizando siempre la garantía de la integridad del interno.
Javier Ledo está inicialmente acusado de un delito de homicidio; una calificación que podría derivar en un delito de asesinato con agravante de género si las diligencias que se están practicando llevan a concluir que en el momento de cometer el crimen era pareja sentimental de María Paz Fernández y actuó presuntamente con alevosía y premeditación movido por un desprecio por razón de sexo.