Malestar en IU de Asturias por la propuesta centralizadora de Garzón

Luis Ordóñez
Luis Ordóñez REDACCION

ASTURIAS

Alberto Garzón, portavoz de IU en el Congreso.
Alberto Garzón, portavoz de IU en el Congreso. Fernando Alvarado | EFE

La dirección asturiana defiende su «singularidad e identidad» mientras el coordinador general niega su intención de disolverse en Podemos

27 abr 2018 . Actualizado a las 11:40 h.

Hay malestar en Izquierda Unida de Asturias pero también la intención de dar una respuesta sosegada y no crear confrontación ante la propuesta planteada por el coordinador general, Alberto Garzón, de disolver la personalidad jurídica de las federaciones territoriales en una centralización de la organización, además de promover un cambio en el modelo, pasando a ser un «movimiento» que en la práctica muchos han considerado un intento de disolver la coalición dentro de Unidos Podemos.

A través de su cuenta en tuiter, el coordinador general de IU, Alberto Garzón ha negado la veracidad de la información y señalando que «despertamos con otra noticia inventada -¡en portada!- sobre el supuesto final de IU ¡Qué obsesión! Ya es hasta de risa».

Sin embargo, La Voz de Asturias ha tenido acceso al documento en el que efectivamente se detalla la propuesta del comienzo del «proceso de desaparición de las personalidades jurídicas de las federaciones». Distintas fuentes han confirmado además que el documento ha sido difundido y comentado en el seno de la organización desde hace varios días.  

Desde la dirección de IU ha llamado a la calma ante la difusión del documento que se discutirá este fin de semana y han señalado que Garzón ya reconoció la «singularidad» de la federación asturiana --que frente a otros territorios tiene el gobierno de varios ayuntamientos importantes de la comunidad y también un grupo parlamentario fuerte en el Junta General-- y recordaron que en una votación interna de sus militantes, IU de Asturias aprobó por una amplísima mayoría mantener su identidad a la hora de presentarse a los próximos comicios locales y autonómicos. También han recordado que las decisiones de calado, tanto sobre la manera en la que concurrirán a las elecciones como las alianzas que se establezcan, tendrán que contar con el respaldo directo de los afiliados.

La dirección de Asturias «está muy tranquila», aseguran ante los procesos que puedan venir del Estado a la hora de defender esa singularidad y han destacado que en la discusión que tenga lugar este fin de semana irán a escuchar, sin estridencias para no ser destructivos. 

Pero si la prudencia es el lema más esgrimido a la hora de hacer una valoración oficial, entre las distintas fuentes pesa también el malestar por una propuesta que, a su juicio, contiene una fuerte dosis de cesarismo. El portavoz de IU en el parlamento, Gaspar Llamazares, que ha sido abiertamente crítico con la defensa de Garzón de la confluencia con Podemos señaló en tuiter su disgusto por la iniciativa.

Llamazares consideró «un despropósito» la propuesta que, en su opinión parte de «una vieja obsesión a la izquierda del PCE de enfrentar movimiento con partido, federaciones con unidad, cargos públicos con militantes etc... Todo para nada: disolverse sin ruido como corriente comunista en Podemos».

En el documento «Propuestas e hitos para la construcción del Movimiento Político y Social», la dirección federal promueve entre otras cuestiones un «proceso de desaparición de las personalidades jurídicas de las federaciones» en las que se les insta a disolverse «o bien modificar el nombre del partido que tengan registrado; de tal forma que Izquierda Unida (y sus siglas) no figure en la denominación de dicho partido». También apuesta por centralizar recursos para resolver los problemas de deudas con las entidades bancarias de la coalición, lo que se ha interpretado como un intento de amortizar los recursos de los territorios en una centralización de la formación que, paradójicamente, apuesta por reconocer la singularidad de Cataluña. En el partido se ha destacado la «arbitrariedad» de la propuesta y el hecho de que vaya a defender una visión federal de la organización del Estado a la par que centraliza la organización interna.

También abandona el modelo tradicional de partido para definirse como «un Movimiento Político y Social que aspira a ser Movimiento Popular» y define nuevas formas de participación con afiliados, activistas y simpatizantes.