¿Peligran 60.000 empleos por la descarbonización en Asturias?

Luis Ordóñez
Luis Ordóñez REDACCION

ASTURIAS

Factoría de Arcelor en Veriña
Factoría de Arcelor en Veriña

Un estudio de CCOO advierte de las consecuencias demoledoras para el conjunto de la industria de una transición energética acelerada

14 sep 2018 . Actualizado a las 17:48 h.

Con el anuncio de Iberdrola, ya en noviembre del año pasado, de su intención de cerrar las centrales térmicas de Lada y Velilla, el presidente asturiano, Javier Fernández, advirtió de que se abria la espita para que Asturias padeciera una «segunda reconversión industrial» con consecuencias demoledoras para el empleo y la economía de la comunidad. A medida que avanzaron los planes de la empresa, y con el nombramiento de Teresa Ribera --declarada partidaria de una descarbonización acelerada-- como ministra de Transición Energética, CCOO le puso números a lo que supondría esa nueva reconversión en términos de empleo: nada menos que 60.000 puestos de trabajo, alrededor del 15% del empleo de toda Asturias. Pero ¿de dónde sale esa cifra?

En el documento, elaborado el pasado mes de julio, «El impacto de la transición energética en Asturias», la federación de industria del sindicato comienza señalando que el cierre de Lada sumado a los planes del gobierno de poner en marcha un fin acelerado de las térmicas supondría no sólo la clausura de la primera planta sino un efecto dominó que arrastraría al resto y que eliminiaría cualquier tipo de incentivo para que las compañías lleven a cabo las inversiones previstas en las cuatro plantas asturianas de aquí a 2020. Se trata de Aboño y Soto de Ribera, de EdP; Lada, de Iberdrola; y Soto de la Barca, de Gas Natural Fenosa, que según CCOO, «generan casi 600 puestos de trabajo, entre directos y de contratas». A ellos, el sindicato añade también que «las paradas para reparaciones y trabajos de mantenimiento suponen la contratación de entre 250 y 300 personas». 

La quema de carbón autóctono en las térmicas es testimonial, y de hecho las explotaciones mineras tienen una fecha de caducidad marcada en diciembre de este año que el Ministerio considera «irrevocable»; de la muy potente en el pasado minería asturiana apenas quedan 1.800 empleos en la actualidad que también se verían abocados a desaparecer. El sindicato suma a sus tesis todos los empleos de las industrias electrointensivas --es decir aquellas para las que la electricidad es un factor esencial de su proceso-- ya que son altamente dependientes de que la energía tenga un precio competitivo. Son Arcelor, con 5.500 puestos de trabajo, Alcoa, con 360, y Asturiana de Zinc, con 870, todos ellos directos aunque a su alrededor se puedan contar varios centenares más indirectos. Por último, CCOO asume que con la descarbonización express toda la industria asturiana se vería comprometida, y en su conjunto suma 50.700 personas en Asturias. Es así como se llega a la cifra global de 60.000 puestos de trabajo en riesgo, lo que afectaría al 15% del empleo total de la comunidad a fecha de 2017.

¿Es un cálculo exagerado? La tesis de CCOO no se basa en una mera especulación, sino que detalla el enorme peso que tiene la relación entre la producción energética de las térmicas en Asturias y la elevadísima tasa de consumo de la tarifa singular, distinta del pool de ciclo combinados, para los grandes consumidores, esto es la industria electrointensiva. Y de hecho, el porcentaje de Asturias en esta tarifa -- la tarifa de acceso 6.4-6.5-- es enorme. «El desglose por tarifas de la energía eléctrica comercializada en España revela el elevado consumo de las grandes industrias instaladas en Asturias: 4 instalaciones radicadas en nuestra región concentran el 55,0% del consumo eléctrico total regional y el 2,2% del consumo eléctrico total nacional», señala el informe que también destaca que «Asturias, a la que corresponde únicamente el 4,0% del consumo eléctrico total nacional, concentra el 22,4% del consumo nacional realizado bajo la tarifa de acceso 6.4-6.5. Es más: las grandes industrias ubicadas en Asturias que acceden a dicha tarifa realizan, por sí solas, el 2,2% del consumo eléctrico total realizado en España (donde se incluyen consumidores domésticos, etc)».

En este sentido, el informe del sindicato advierte de que «con el sistema vigente de compensaciones para las empresas electrointensivas (el llamado 'pago por interrumpibilidad': rebajas de la factura eléctrica para compensar su desconexión de la red en caso de tensiones entre la demanda y la potencia eléctrica instalada), que ha ido menguando, algunas de estas fábricas ya no son rentables, y a esta situación se ha sumado la incertidumbre que supone el mecanismo de subasta de incentivos». Así señala que con un cambio de modelo, y con la pérdida de las térmicas sin una alternativa de producción energética se terminaría lastrar la competitividad de estas industrias y «justificar decisiones de desviar la realización de inversiones, e incluso hacer peligrar su continuidad».

No hay planes en el Ejecutivo central para sustituir las centrales térmicas en Asturias por otras fuentes de producción energética que, ademas dadas las condiciones geográficas de la comunidad, harían muy difícil que llegaran a implementarse fuentes 'limpias' como la solar, o la eólica. Por el momento, en la Mesa del Carbón, el Ministerio de Transición Energética ha postulado la misma receta que los años 80 y 90 para poner fin a la minería del carbón: prejubilaciones, bajas incentivadas y ayudas. Sin embargo, tanto CCOO como UGT rechazaron este jueves esas mediadas. «Lo que no queremos es un plan social, dar dinero para prejubilaciones y callar bocas sino un plan laboral, una estrategia económica y con empleo», destacó el secretario general de UGT de Asturias, Javier Fernández Lanero; mientras que el secretario general de CCOO de Asturias, José Manuel Zapico, apuntó que «el mejor plan social que existe es mantener el empleo» y remarcó su escepticismo sobre soluciones como las planteadas por el Gobierno dados los precedentes con «escasos recursos» que no se han materializado en una reindustrialización de las comarcas mineras «y que ni siquiera se cumplen».