La crisis de Alcoa une a Asturias y Galicia para reclamar estabilidad en los precios de la energía

Luis Ordóñez
Luis Ordóñez REDACCION

ASTURIAS

Javier Fernández y Alberto Núñez Feijoo exigen un pacto de Estado para evitar futuras deslocalizaciones de otras compañías

19 oct 2018 . Actualizado a las 21:18 h.

La crisis de Alcoa, con la amenaza de cierre inmediato de las fábricas de Avilés y A Coruña, con el despido de más de 600 trabajadores, provocó una reunión de urgencia entre los presidentes de Asturias y Galicia que se celebró en Oviedo, apenas una hora antes del comienzo de la ceremonia de entrega de los premios Princesa, y en la que ambos mandatarios reclamaron la implicación del Ejecutivo central para tratar de revertir la decisión de la compañía pero, ante todo, para que establezca un marco regulatorio estable para los precios de la electricidad de la industria que evite que haya más deslocalizaciones en el futuro.

Ya por la mañana, en los encuentros con los medios celebrados en el Hotel de la Reconquista, el presidente asturiano destacó que le «preocupa mucho» el posible cierre adelantado de las centrales térmicas de carbón por el impacto que tendría sobre la industria, ya que el mayor peso de las instalaciones de gas implicaría un encarecimiento de la energía, «que ya es muy cara en relación a países de referencia europeos». En todo caso, indicó que no teme «con carácter inmediato» por la continuidad en Asturias de ArcelorMittal y Asturiana del Zinc, otras dos empresas electrointensivas. 

Pacto de estado por la energía

Tras su reunión con Núñez Feijoo, el presidente del Principado recalcó la importancia de que se asuma «un pacto de Estado» respecto a los precios de la energía de la industria que permita a las compañías establecidas en España poder ser tan competitivas como las del norte y el centro de Europa. Javier Fernández destacó que para empresas como Alcoa, en la que el precio de la electricidad puede llegar a suponer un 40% de sus costes de producción, es necesario que haya un marco estable en el suministro y expresó su temor de que, si no se toman medidas, «tendremos un riesgo de deslocalización muy peligroso» que podría empujar a más empresas industriales a buscar otros territorios para establecer sus factorías.

Fernández y Alberto Núñez Feijoo mostraron en Oviedo un entendimiento total a la hora de reclamar que Alcoa revierta su decisión de cerrar la plantas  Avilés y A Coruña. Un entendimiento en el que quieren sumar también al Ejecutivo central toda vez que, según recalcó, Feijoo, es el Gobierno del estado el que tiene «las competencias» para establecer un marco estable en los precios de la energía que requiere la industria.

Primera cita el martes

El presidente gallego apuntó que la «hoja de ruta» pactada por ambos gobiernos autonómicos pasa por mantener un encuentro en primer lugar con los responsables del Gobierno central --la primera cita tendrá lugar el próximo martes entre el secretario de Estado de Energía y los consejeros del ramos de las dos autonomías; además de una reunión con la ministra de Industria Reyes Maroto cuando concluya su viaje a China-- pero fundamentalmente «porque el Gobierno establezca un marco concreto para la energía en 2019 y abone las partidas previstas para las empresas electrointensivas que están previstas en los presupuestos.  «No es de recibo que los gobiernos nos enteremos de una decisión tan drástica por los medios de comunicación» insistió Feijoo quien calificó de «poco respetuosa» la posición avanzada por la multinacional con el anuncio de cierre unilateral.

Javier Fernández también se refirió al hecho de que a lo largo de la última década Alcoa haya contado con ayudas en la subasta de interrumpibilidad (que fuentes de la administración central cifraron en alrededor de 1.000 millones de euros en los últimos diez años) y que ahora la compañía alegue que las plantas de Avilés y A Coruña no son suficientemente productivas. «Les hemos permitido tener un precio eléctrico con el que competir» indicó Fernández para añadir que si la empresa no ha invertido en la modernización de las factorías «es algo que no se puede achacar a la administración».

El presidente gallego cerró su intervención destacando que en los últimos años, en encuentros «con los tres presidentes que ha tenido Alcoa España» todas sus conversaciones giraron respecto a la necesidad de que el Gobierno central realizara esfuerzos para que los precios de la energía fueran asequibles por lo que volvió a insistir en la necesidad de que el Ejecutivo central se implique en la búsqueda de una solución para que, como hoy con la marcha de Alcoa, «no se hable en el futuro de otras compañías».