Trasladan de cárcel a Trashorras tras amenazar a funcionarios y relacionarse con yihadistas

La Voz REDACCIÓN

ASTURIAS

Emilio Trashorras
Emilio Trashorras

La administración ha vuelto a clasificar al exminero dentro del primer grado. Está solo en una celda y solo puede salir cuatro horas al patio

19 ene 2019 . Actualizado a las 18:56 h.

Amenazó a funcionario y comenzaba a tener relaciones fluidas con yihadistas. Esas son dos de las razones que parece explicar el enésimo traslado de prisión de José Emilio Trashorras, el asturiano condenado a 34.715 años por suministrar los explosivos con los que se cometieron los atentado del 11-M en Madrid. La versión oficial que ofrece un portavoz de Instituciones Penitenciarias se limita a confirmar que el recluso ha sido trasladado «razones regimentales». Ese cambio se produjo hace unos meses, en concreto, en verano. Trashorras fue desplazado de Alama, en Pontevedra a La Moraleja, en Palencia.

Este comportamiento ha sido entendido dentro de la Administración de prisiones como un agravamiento de su conducta, lo que ha provocado que vuelva a ser clasificado en primer grado, que es el más restrictivo. Trashorras había conseguido en 2013 pasar a segundo grado, pero también es cierto que lleva ya tiempo incluido en el programa para la atención integral a enfermos mentales, explica El Confidencial.

El exminero fue detenido el 30 de marzo de 2004, a las tres semanas del atentado. Tres años después, la Audiencia Nacional le condenó al considerar probado que suministró el explosivo que necesitaban los radicales para fabricar las mochilas bomba que colocaron en los trenes. Concluyó que su colaboración había sido necesaria para que se produjera la muerte de 192 personas y que era corresponsable material. El Tribunal Supremo ratificó después esa sentencia, convirtiendo a Trashorras en el español con la condena más elevada de la historia.

Inicialmente, parecía que su adaptación a la vida en la cárcel era buena. La junta de tratamiento, recuerda El Confidencial, había valorado de manera positiva su activid, contaba que participaba en las actividades y que no tenía problemas de convivencia. Ha pasado por multitud de cárceles, de Alcalá Meco a Soto del Real, Mansilla de las Mulas, El Dueso (Cantabria), A Lama (Pontevedra) y ahora en La Moraleja (Palencia). Sus problemas comenzaron en su etapa en la cárcel de Asturias, a donde fue trasladado para estar más cerca de su padre. Escribía, asistía a un taller de lectura y cumplía con el tratamiento prescrito para su esquizofrenia.

Su abogado de aquella época explicó que había sido castigado por conceder una entrevista. Lo sacaron de Asturias y lo enviaron a Pontevedra, donde nunca llegó a aclimatar. Empezó a relacionarse presos complicados, algunos de ellos yihadistas. Su actual abogado, que lleva solo unas semana defediéndole, le ha dicho a El Confidencial que no sabe cuál es el motivo de este último traslado. En Dueñas, está recluido en el módulo 9, para presos de primer grado. Está solo en la celda, donde desayuna, come y cena. Solo puede salir al patio cuatro horas al día y tiene limitada la participación en actividades. Fuentes penitenciarias han explicado que el asturiano solo habla por teléfono con su abogado, su padre y su actual novia.