Las fortunas de los millonarios asturianos menguan en 2018

S.D.M.

ASTURIAS

Billetes de euro
Billetes de euro

El dueño de TSK, los propietarios de Alimerka y Gonzalo Álvarez Arrojo se libran de los recortes en su patrimonio

31 ene 2019 . Actualizado a las 08:50 h.

No fue un año boyante para las grandes fortunas asturianas. 2018 se llevó una parte importante de su patrimonio. La mayor parte de los millonarios asturianos vieron menguados sus extensos recursos. Solo unos pocos se libraron de ese retroceso, por otra parte, generalizado en toda España. Se han convertido en una excepción, con un saldo positivo, algunos como Sabino García Vallina, el propietario de TSK, la familia Fernández González, dueña de Alimerka; o también Gonzalo Álvarez Arrojo, que ya está fuera de Duro Felguera. Entra con fuerza, en esa vertiente positiva, Ladislao Azcona, con 115 millones de euros.  Se han quedado a cero, es decir, sin registrar movimientos patrimoniales significativos Leopoldo Fernández Pujals, exTelepizza y Jazztel, o la familia Alonso Villalón, gestores del Grupo Daniel Alonso. El resto pasa por horas bajas. Así aparece reflejado en el listado publicado por el diario El Mundo, donde el rey indiscutible sigue siendo un Amancio Ortega, que perdió 1.000 millones al mes. 

La familia Masaveu, con Fernando Masaveu Herrero a la cabeza, continúa ostentando la mayor fortuna del Principado. Se le atribuye un patrimonio total de 2.100 millones de euros, lo que supone 300 millones euros menos que en 2017. Si se establece un paralelismo con el propietario de Inditex, los asturianos más ricos perdieron una media de 25 millones al mes o poco menos de un millón al día. La actual generación de esta saga económica, la quinta, ha diversificado sus negocios: banca, inmobiliario, industrial, sector sanitario o vinícola.

Esa misma senda descendente la ha seguido la familia Cosmen, propietaria de Alsa, que ha pasado de 510 millones de euros a 450 millones o el médico Víctor Madera, que en 2016 vendió Quirón Salud y sus 43 hospitales a Fresenius, y que perdió durante el último año 80 millones de euros. No obstante, Madera todavía conserva 360 millones de euros. 

Tampoco le fue demasiado bien a Blas Herrero, propietario de Kiss Fm, ni a la familia Orejas, dueños de Química del Nalón. Ambos registraron una situación prácticamente calcada. Los dos entraron en 2018 con 150 millones de euros y 12 meses después tenían 145 millones. Es decir, sus pérdidas son de 5 millones de euros. Diez millones perdió la familia Rivas, dedicada al transporte marítimo a través de la empresa Suardíaz; aunque todavía le queda un patrimonio de 130 millones de euros. La familia Alvargonzález vio cómo también se le esfumaban otros 10 millones de euros. Esta saga se reparte Ership, una empresa consignataria de buques, estibadora y agente de aduanas, que factura 1.600 millones, y declaró en 2018 unos bienes valorados en 290 millones. Otro clan de ascendencia asturiana en horas bajas es el de los Argüelles Salaverría, expropietarios del Banco Banesto, que pasó de 280 millones a 220 millones en solo un año. 

El que ha desaparecido del mapa es el piloto asturiano Fernando Alonso. El ránking 2018 de El Mundo solo incluye cuatro entradas en el apartado de deportes y ninguno tiene relación con el Principado. Francisco Roig, el dueño de mercadona y del Villareal; la famila Gil Marín y Enrique cerezo, del Atlético de Madrid, conforman un ránking donde sólo aparece un deportistas: Rafael Nadal, con 185 millones. La desaparición de Alonso es significativa porque sí estaba en 2017, con 200 millones de euros.

A los Álvarez Guil les otorga 1.480 millones de euros. Por su parte, a Dimas Gimeno le atribuye 430 millones. Estas dos ramas familiares vinculadas a El Corte Inglés aparecen por separado, mientras que en 2017, en el ránking, aparecían juntas. Este cambio en el baremo hace complicado medir su evolución. Sí se puede analizar qué ha sucedido con una tercera rama vinculada a El Corte Inglés, la de Carlota Areces Galán. Sumó 10 millones más a un patrimonio que ya asciende a 870 millones de euros. Aún hay una cuarta pata de este entramado familiar. Es César Álvarez y cuenta con otros 280 millones de euros. 

Viento favorable

A Sabino García le ha ido mucho mejor. Su fortuna sigue creciendo de manera firme. En 2018 acumuló 10 millones de euros más y ya roza los 300 millones. En concreto, el propietario de TSK,  una empresa con casi 1.000 trabajadores y más de 500 ingenieros, cuenta con 290 millones de euros. Guillermo Fierro Eleta, hijo del asturiano Ignacio Fierro, al frente del Grupo Fierro y Ron Cartavio, tampoco puede quejarse. El año pasado logró incrementar su fortuna, que pasó de 1.300 millones de euros a 1.590 millones. Esto supone que amasó 24,1 millones más al mes. 

Esa es la misma línea ascendente de la familia Fernández González, dueña de Alimerka. Alejandro Fernández González, hijo del fundador, Luis Noé Fernández, es el presidente de la cadena asturiana de distribución comercial, con casi 6.000 trabajadores. Su patrimonio asciende a 180 millones de euros, 10 más de los que declaró doce meses antes. Mientras, Gonzalo Álvarez Arrojo, el que fuera máximo accionista de Duro Felguera, suma 200 millones de euros, 40 más que el año anterior. Álvarez Arrojo pasó malos momentos en la empresa, que tuvo que se reflotada pero sus cuentas siguen saneadas.