«El avispón asiático ha venido para quedarse: es imposible erradicarlo»

Nacho G. Ruano REDACCIÓN

ASTURIAS

Una «vespa velutina», comunmente conocida como avispa asiatica
Una «vespa velutina», comunmente conocida como avispa asiatica Lavandeira jr | Efe

Manuel Calvo, director de Biodiversidad del Principado de Asturias, alerta de la situación crítica que vive la región. En apenas un año (de 2017 a 2018) aumentó en un 158% el número de nidos de velutina en la comunidad

24 jun 2019 . Actualizado a las 20:39 h.

«El objetivo es mantener la población de vespa velutina (avispón asiático) en unos niveles aceptables», confiesa Manuel Calvo, director de Biodiversidad del Principado de Asturias. La situación crítica que vive la región ante la amenaza de esta especie invasora, debido a su capacidad de reproducción y los escasos medios de los que dispone la administración, obliga a las entidades que se encargan de controlar la presencia de la avispa asiática a asumir la dura realidad: «es imposible erradicar a esta especie», asume Calvo. Entre las metas realizables se halla el control de la población de esta especie, de forma que pueda convivir con las abejas melíferas y no suponga un problema para la actividad agroalimentaria asturiana, dañada por el impacto de una avispa que se avistó por primera vez hace un lustro en San Tirso de Abres. La capacidad de multiplicación de la velutina es significativa: en apenas un año (de 2017 a 2018), ha aumentado un 158% el número de nidos de esta especie en el Principado.

Desde ese primer descubrimiento, el Principado ha librado una verdadera «guerra» contra la invasora, como señala Cecilia Pérez, vocal de la comisión ejecutiva de la Federación Asturiana de Concejos (FACC). Una ardua batalla contra una especie que «amenaza no solo a las abejas de la región, sino a toda la apicultura asturiana», como afirma Pérez. Para conseguir plantar cara a la vespa velutina, la colaboración ciudadana es capital. Por ello, se pone a disposición de la población herramientas que esta puede utilizar para ayudar a controlar la población de esta avispa. El trampeo es uno de los factores que más incidencia tiene en el control y erradicación de los nidos de esta especie, y cuanto más temprano sea, mejor. Las condiciones meteorológicas de las que disfruta la comunidad permitirá la instalación de trampas tempranas con las que comenzar a actuar cuanto antes ante la propagación del avispón asiático, que en un año ha pasado de localizar sus nidos casi exclusivamente en las alas de la región a extenderse por todo el territorio, aprovechando los cauces de los ríos para ampliar su área de influencia.

Con el fin de proporcionar a los ciudadanos instrumentos para colaborar en esta causa, Eloy Álvarez, técnico del SERPA, diseñó AvisAp, una aplicación que cuenta también con una página web en la que el usuario puede localizar sus trampas caseras y contar los ejemplares capturados en ellas. Mediante un formulario de registro muy básico, y una serie de condiciones que el ciudadano debe cumplimentar, el usuario puede situar sus trampas en el mapa mediante geolocalización, lo que permite un control efectivo de la población de avispón asiático y recabar datos sobre los ejemplares capturados que favorezcan un seguimiento exhaustivo del proceso. El ciudadano debe describir su trampa casera y tratar de evitar que en la misma caigan otras especies beneficiosas, como son las abejas melíferas. 

Estrategia nacional y la figura del coordinador de municipios

La estrategia nacional diseñada en 2014 contempla unos mecanismos de actuación para el control y erradicación de esta especie. Sin embargo, en opinión de Manuel Calvo, no recoge una partida presupuestaria que permita contar con los recursos necesarios para plantar cara a una amenaza que exhibe un potencial multiplicador enorme. «Es necesario destinar recursos para que se pueda disponer de las herramientas que posibiliten hacer frente a esta especie invasora. Que los ciudadanos puedan contar con subvenciones o ayudas para adquirir el material que se requiere para construir trampas», defiende. Además, según el director de Biodiversidad del Principado de Asturias, se deberían organizar más reuniones entre las comunidades autónomas para hacer más efectiva esta coordinación y avanzar en el plan común.

Otro aspecto que considera capital es la figura del coordinador de municipios. Una propuesta que, a pesar de que muchos ayuntamientos no la vean crucial, Calvo señala se trata de un agente imprescindible, ya que permite recoger las necesidades y problemáticas de una zona concreta y canalizarlas hacia los organismos competentes, que se encargan de la intervención en dichos lugares. Una labor de actualización de la situación de la población de la velutina en estos municipios necesaria para abordar esta amenaza de forma efectiva, apunta el director de Biodiversidad del Principado de Asturias. Por ello, la designación de estas figuras debería realizarse con la mayor premura posible, a fin de comenzar a diseñar estrategias de actuación y coordinar actuaciones concretas de forma inmediata. 

Datos del plan de control de la velutina en 2018 y previsiones para 2019

La situación de la región en el año 2018 muestra la capacidad invasora de esta especie. En total, el número de nidos en todo el territorio aumentó un 158% de 2017 al año pasado, auspiciado por la expansión del avispón asiático por todo el territorio autonómico y por la escasez de recursos con los que cuentan las entidades encargadas del control de la población de su población. Tres concejos concentran el 50% de capturas de vespa velutina (El Franco, Valdés y Navia), y cuatro registran el 50% de las trampas (El Franco, Valdés, Tineo y Boal). 

El Principado contará en 2019 con un presupuesto de 150.00 euros para continuar luchando contra esta especie invasora. «Una cantidad insuficiente, nos hubiese gustado contar con más ayuda presupuestaria», afirma Manuel Calvo. Las condiciones meteorológicas de las que disfruta la región permiten adelantar la fase de trampeo de las reinas, clave para controlar de forma eficaz la población del avispón asiático. Una especie que llegó al puerto de Burdeos en 2004 mediante un cargamento de cerámica procedente de China y que, diez años después, desembarcó en el Principado. Una región que lleva un lustro en guerra contra una invasora que ha llegado para quedarse.