El relevo generacional de los bebedores de sidra no está garantizado

Nacho G. Ruano REDACCIÓN

ASTURIAS

De izquierda a derecha de la mesa, Tino Vázquez, del llagar Panizales; Francisco Ordóñez, de Vida de Angelón, David Fernández-Prada, de Gustatio; David Castañón, escritor gatronómico, y Pedro Caramés, presidente del Bulevar de la Sidra
De izquierda a derecha de la mesa, Tino Vázquez, del llagar Panizales; Francisco Ordóñez, de Vida de Angelón, David Fernández-Prada, de Gustatio; David Castañón, escritor gatronómico, y Pedro Caramés, presidente del Bulevar de la Sidra GUSTATIO

Una tertulia de expertos alerta del descenso del consumo en la población joven y debate la necesidad de subir el precio de la botella para sostener el actual modelo

28 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El futuro de la sidra pasa por los jóvenes asturianos, que deben tomar el testigo de las generaciones mayores a la hora de prolongar el consumo de la bebida típica asturiana. El sector sidrero alerta del escaso consumo del popular brebaje entre los jóvenes, que se decantan por otras opciones, como la cerveza. «Antes había muchísima menos oferta de bebidas que ahora. En este momento hay un bombardeo mediático de opciones que no son la sidra», señala el escritor gastronómico David Castañón, uno de los ponentes de la mesa redonda que escanció en La Finca de Gascona los grandes retos a los que se enfrenta la sidra asturiana, que se encuentra en plena campaña para lograr la candidatura a Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Los ponentes coincidieron en señalar la importancia de un sector «del que viven todos en Asturias», y alertan de que, con los precios actuales, la «sidra no es sostenible con este modelo de precios». Por ello, los expertos piden una mayor participación y concienciación en el Principado con respecto a la importancia de este producto. Profesionales del sector, como Pedro Caramés, presidente del Bulevar de la Sidra, apuntan a la diferenciación como un factor clave a la hora de revalorizar la sidra frente a otros productos como la cerveza, y señala que «el futuro pasa por el escanciado, que es lo que la hace única».

Los profesionales del sector consideran que la sidra debería mimarse y tratarse con cariño. «Vender una experiencia», afirma Tino Vázquez, del llagar Panizales. Para promover el escanciado como forma única de servir la sidra, Castañón considera que «no debería abrirse ningún local con el nombre de sidrería que no escanciase la sidra». Además, potenciar la figura del escanciador ayudaría a reforzar uno de los rasgos definitorios de la cultura sidrera asturiana. «Los escanciadores son nuestra seña de identidad, algo que debemos proteger», sostiene Francisco Ordóñez, de Viuda de Angelón. 

Visibilizar la sidra como primera opción de bebida en las distintas cartas de los restaurantes es otra de las propuestas que consideran los expertos sidreros a la hora de fomentar el consumo de la bebida. Una liturgia que, según el llagarero de Vida de Angelón, debería ser «pagada». «Escanciar es un arte que deber ser valorado y pagado en consecuencia», defiende. Además, considera que la sidra debería tener un lugar más protagonista dentro de las cartas de los restaurantes, situándose como una opción principal de bebida con el fin de darle una mayor visibilidad frente a otras opciones como el vino. «Los turistas vienen a Asturias a tomar sidra, no un vino de Rueda», apunta. «Somos el único sitio que no ofrece sus productos principales en la primera página de las cartas», afirma David Castañón.

Los jóvenes prefieren otras opciones

El sector sidrero tiene el punto de mira en el público juvenil, ante el necesario relevo generacional de consumidores de sidra. Un sector poblacional que bebe menos, según Castañón, y que se decanta por otras opciones, como la cerveza. La necesidad de introducirse con éxito en este segmento poblacional es clave para que el consumo de esta bebida se prolongue y se transmita de generación en generación de asturianos. Para ello, los expertos abogan por presentar las peculiaridades de este producto, como es el escanciado. Especializarse en esa forma de servir la sidra es una de las formas con las que el sector sidrero busca atraer al público joven mostrando las singularidades de este modo de consumir la bebida asturiana.

Darle un matiz más exclusivo y diferenciado a la sidra respecto a la cerveza es la principal propuesta de los profesionales del sector, que alertan del descenso en el consumo de la bebida asturiana en comparación con generaciones anteriores, que preferían el brebaje a base de manzana antes que opciones como la cerveza. Los llagareros y expertos tratan de descubrir formas de enganchar a los jóvenes, entre las que se encuentra la evolución del producto para adaptarse a los gustos de estos consumidores, con el fin de dar con la tecla para asegurar el futuro de la sidra asturiana. Los profesionales investigan e innovan con diversos formatos con los que plantar batalla a las opciones preferidas por los jóvenes.

Subida de precio del producto

La subida del precio de la sidra ha sido una de las cuestiones de actualidad sobre las que más propuestas se ha discutido en esta mesa redonda. A pesar de la falta de un consenso sobre las medidas para favorecer el futuro del sector, existe un acuerdo sobre una serie de cuestiones que viene demandando el sector. La revalorización de todo el proceso productivo de la sidra, desde la recogida hasta la el escanciado del producto, es uno de los principales reclamos del sector, que pide también un cambio de mentalidad de la ciudadanía asturiana ante el valor de la sidra. «Esto tiene que ser cuestión de país, de defender lo nuestro. De la sidra vive todo el mundo en Asturias, es como una enorme rueda», explica Ordóñez. 

Debido a esta concepción transversal de la sidra como motor económico de la región, los expertos consideran que se debe promover iniciativas como el turismo sidrero o realizar una campaña de márketing que englobe tanto al propio sector como a la administración. Los llagareros piden poner en valor las singularidades que presenta la sidra asturiana respecto a otras sidras de países como Alemania«Los sidreros que vienen de fuera a ver cómo hacemos la sidra quedan sorprendidos de que cojamos las manzanas manualmente y que vendamos el producto tan barato. La sidra asturiana es la bebida más barata del mundo», afirma el llagarero de Viuda de Angelón. Por ello, defienden una buena campaña que información y márketing que explique a la ciudadanía las singularidades del producto.

Falta de apoyo de la administración

Una de las cuestiones sobre las que más debatieron los ponentes fue sobre la falta de apoyo de la administración a la sidra asturiana. «Una de las patas que vertebra la mesa no ha puesto de su parte», considera Castañón. El escritor gastronómico considera que la administración asturiana debería «valorar lo que tenemos aquí». El también bloguero considera que la región debe demostrar en todos los niveles que «somos los mejores del mundo haciendo sidra». Para ello, Castañón considera que se debería crear una industria fuerte en torno a la sidra, que sea rentable «para el paisano que recoge la manzana, el que la produce y el que la vende». 

El escritor defiende que la rentabilidad del sector sidrero es posible, pero para ello es necesario la unión de todos los profesionales de la sidra y que la administración apueste por esta actividad económica. Una campaña externa que ayude a promocionar la cultura sidrera asturiana es clave, sobre todo, argumenta Castañón, «el turismo sidrero de mayor calidad, según los últimos estudios, es el procedente de otros países con tradición sidrera». El turismo sidrero atlántico es una de las opciones que más podría beneficiar a la industria sidrera asturiana, debido al interés de países como Estados Unidos o Canadá por la bebida típica asturiana.

Los retos de la sidra asturiana se concentran en tres principales vertientes: la viabilidad económica, la promoción del consumo entre los jóvenes y el apoyo de la administración para llevar a cabo una potente campaña de márketing. Una acción conjunta de la ciudadanía de la región a todos los niveles para dar a conocer las singularidades de una bebida que busca ser candidata para Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, a la vez que desoja la margarita sobre un relevo generacional que no acaba de dar sus frutos.