Asturias, entre las zonas de Europa con más riesgo de argayos

Carolina García REDACCIÓN

ASTURIAS

Mapa europeo realizado con el riesgo de deslizamientos
Mapa europeo realizado con el riesgo de deslizamientos

Un mapa internacional tiñe de rojo el Principado. Varios estudios señalan las cuencas mineras, especialmente a los concejos de Mieres, Langreo y San Martín del Rey Aurelio, como los puntos críticos en España. Los expertos reclaman una directiva europea para mitigar los daños a la población

17 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Asturias figura entre las zonas con más riesgo de sufrir un argayo en Europa. Los registros de los movimientos de ladera sitúan a la comunidad autónoma como uno de los puntos con la probabilidad más alta de todo el continente. Factores como la humedad, las pendientes y el tipo de suelo, característicos de nuestra región, elevan el riesgo de registrar un movimiento del terreno respecto a otras zonas. De hecho, hay estudios que señalan a toda la cuenca minera como el área de España donde se han registrado más deslizamientos de terreno. En concreto, si hablamos de Europa, las conclusiones son el resultado del trabajo de un grupo de expertos en riesgos geológicos, liderados por Gerardo Herrera, del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), que aglutinaron la base de datos de distintos países con el objetivo de elaborar el primer mapa que dibujara la situación real de los argayos.

Mapa europeo realizado con el riesgo de deslizamientos
Mapa europeo realizado con el riesgo de deslizamientos

Hasta ahora no existía un registro como tal y este, el primero, se ha llevado a cabo sin financiación, gracias al trabajo de los investigadores. ¿El objetivo? Denunciar ante Europa las carencias que existen ante este peligro geológico y solicitar la colaboración de todos los organismos implicados. «Urge una directiva europea sobre los movimientos de terreno», recalca Herrera. Tal es así que, explica, a la hora de elaborar el PGOU (Plan General de Ordenación Urbana) «no se tienen en cuenta los estudios de los riesgos por movimientos de ladera. La mayoría de las comunidad sí exige a los ayuntamientos un mapa de riesgo de inundaciones porque así lo exige una directiva europea». Y en este sentido trabajan los expertos, con el objetivo de reclamar la puesta en marcha de una directiva europea para romper con el actual vacío legal. «Existe una información deficitaria», matiza.

2.300 argayos desde los años 80 en Asturias

Para hacerse una idea de la incidencia de los argayos en toda la región, un estudio eleva hasta 2.300 el número de deslizamientos que se registraron durante 36 años, desde los años 80 hasta 2016. En concreto, es el resultado de las tesis doctorales elaboradas por María José Domínguez, profesora titular de la Universidad de Geología de Oviedo (la primera fase estudió desde 1980 hasta el año 1995), y  del doctor por la Universidad de Oviedo, Pablo Valenzuela (que cogió el testigo y continuó el trabajo desde 1995 hasta 2016) y que señalan a las cuencas mineras como la zona, no solo de Asturias con mayor número de deslizamientos, sino también de todo el país. De hecho, en toda la cuenta destacan los concejos de Mieres, San Martín del Rey Aurelio y Langreo.

La explicación no es otra que se trata de una zona con el terreno más peligroso (rocas con presencia de carbón) y la peculiaridad del suelo contiene lutitas, una especie de roca que se altera con mucha facilidad. Lo explica María José Domínguez que apunta a dos, como los factores que trabajan en este riesgo geológico: la peligrosidad de la zona y la mayor exposición de los bienes (zonas más pobladas, con mayor riesgo a sufrir daños).

En Asturias se dan dos condicionantes como son las pendientes y el tipo de roca que, junto con el factor desencadenante que es el agua, el riesgo a registrar un argayo se dispara. «En otras zonas, el desencadenante es otro, como pueden ser los terremotos. Aquí es el agua. El 90% se debe a las precipitaciones». Por eso, coincide con Gerardo Herrera, en reclamar una normativa europea que ayude a mitigar los daños a la población. «El problema es que se actúa a posteriori. Por eso una directiva europea sería una punta de lanza». En otros países, explica, como Italia o países nórdicos que sufren grandes problemas por los argayos, «están más avanzados en cuanto a normativa».