«Está secuestrada dentro del hospital»

S.D.M.

ASTURIAS

Concentración a las puertas del HUCA para protestar contra el ingreso forzado de una embarazada
Concentración a las puertas del HUCA para protestar contra el ingreso forzado de una embarazada

Una decena de personas se concentra a las puertas del HUCA para exigir que «liberen» a la mujer embarazada ingresada por orden judicial

25 abr 2019 . Actualizado a las 18:00 h.

«Está secuestrada dentro del hospital». Una decena de personas está concentrada delante del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) para exigir que se permita salir a la ovetense ingresada por orden judicial. La portavoz de la familia, Elena Fernández, está en contacto también con la abogada que representa a la mujer, Francisca Fernández Guillén, pero no ha adelantado si se van a adoptar medidas legales. De momento, reclama que «se cumpla la ley de autonomía del paciente y se la libere». Reconoce que «sería un milagro» verla salir antes de dar a luz. Así que sólo queda confiar «en que no sufra ensañamiento terapéutico o violencia obstétrica». 

La versión que ofrecen sus allegados es que esta mujer embarazada nunca se dio a la fuga. Cuando acudió a la cita de monitorización, le ofrecieron la posibilidad de inducirle el parto, porque ya había cumplido las 42 semanas. Como es una decisión importante, ya que conlleva ciertos riesgos, asegura que les pidió tiempo para pensarlo. Salió a pasear y regresó. Para entonces el servicio ya había cerrado, así que decidió a casa. «Nunca se dio a la fuga», explica Elena Fernández. Asegura que el control del embarazo «fue normal», y que siguió «todas las recomendaciones». Pero, al mismo tiempo, matiza que ninguna prueba sanitaria «es obligatoria» y que tampoco existía «ningún peligro inminente».

Por todas estas razones, se muestra escandalizada con que «la hayan incapacitado de un día para otro» y lamenta que sea «porque está embarazada». Denuncia la violación de los derechos de esta mujer y alega que «el paciente tiene que tener la última palabra». Insiste en que ningún protocolo tiene carácter de ley, por lo que si el protocolo que sigue el HUCA marca que tiene que ingresar a una embarazada que ha rebasado las 42 semanas y esta se niega, no tendría que obligarse a nadie. Es más, recuerda los riesgos se multiplican cuando se provoca el parto. Elena Fernández asegura que esta embarazada ingresada contra su voluntad «nunca dijo que quería dar a luz en cada ni llegó a rechazar nada». 

Entre los concentrados, se encuentran simpatizantes del colectivo El parto es nuestro, una asociación española que defiende, entre otros aspecto, el parto en casa como una opción. La letrada que representa los intereses de la gestante ingresada, Francisca Fernández Guillén, es también una colaborada habitual de este movimiento. Fernández Guillén se presenta como una especialista en negligencias médicas y defiende que «toda mujer atendida en servicios de Ginecología y Obstetricia tiene derecho a recibir una atención adecuada no sólo desde el punto de vista clínico, sino también a que se respete su dignidad e intimidad, a decidir libremente sobre su propia salud y su propio cuerpo, a elegir entre las opciones clínicas disponibles, y a que se pida su consentimiento expreso antes de ser sometida a cualquier intervención que afecte a su salud o ser utilizada con fines docentes».

Los carteles de la concentración silenciosa, organizada delante de la puerta principal de hospitalización del HUCA, confirman sus planteamientos. «Guardamos silencio por la defunción de la evidencia científica y la aplicación en España de las recomenDaciones de la OMS respecto al parto», recoge uno de ellos. «Mi parto. Mi decisión. Mi cuerpo. Mi bebé», señala otro de los eslogan escritos.