La Policía actúa contra ciclistas, runners y mayores que se saltan el estado de alarma

c.d.n. REDACCIÓN

ASTURIAS

Asturias vive con desconcierto el primer día de confinamiento. Agentes de Policía Local y Nacional están realizando labores de información y advierten de las cuantiosas multas

15 mar 2020 . Actualizado a las 14:20 h.

Muchos asturianos viven el primer día de confinamiento con cierto desconcierto y con muchas dudas sobre las prohibiciones. El decreto de estado de alarma, declarado ayer a última hora por el Gobierno central, limita los desplazamientos a los casos de fuerza mayor, entre los que se encuentran ir a trabajar, retornar al lugar de residencia habitual, comprar alimentos o medicamentos, acudir a hospitales o cuidar a ancianos o personas dependientes, desplazarse a entidades financieras. Los agentes de Policía Local y Nacional de las diferentes ciudades y municipios asturianos están realizando tareas de información para todo aquel que encuentran en la calle, en su mayoría ciclistas y runners, a los que advierten de que la infracción supone penas de hasta 3.000 euros. Además, los mayores no están renunciando a sus paseos. En cuanto al tráfico, hay poco, pero todavía se ven coches en las principales arterias de la región. 

En Oviedo, durante la mañana, se han podido ver a decenas de personas que paseaban junto a sus perros, aprovechando para dar una vuelta por las calles vacías. Agentes de la Policía Local recuerdan a los dueños de mascotas que «no se trata de realizar un paseo de 45 minutos con los animales, sino de que realicen sus necesidades y volver inmediatamente a sus hogares». Además, la gran mayoría de transeúntes cargaban con un pan bajo el brazo y algún periódico o revista. Precisamente, junto a estos locales se amontonaban en sus puertas, en la calle, largas colas de personas que esperaban su turno para acceder de uno en uno dentro del establecimiento.

Además, los agentes comenzaban a vigilar más exhaustivamente los parques y lugares donde podían acumularse más personas paseando, como el parque San Francisco, en pleno centro de Oviedo, donde se veía la mayor cantidad de personas. Mientras, en la pista Finlandesa, donde ayer se veían grandes cantidades de personas, hoy no se ve apenas a nadie después de que los agentes actuasen a primera hora de la mañana.

También coches de la Policía Nacional con megáfonos están avisando por las calles de la necesidad de permanecer en el interior de las casas y de que sólo se salga al exterior en el caso de necesidad. En su mensaje, los agentes advierten de que no se puede permanecer en la calle y de que sólo se pueden realizar los trayectos permitidos por el estado de alarma que ayer decretó el Gobierno central, entre ellos, los precisos para ir a comprar comida o ir a trabajar. 

En Gijón, la situación es similar a la de la capital asturiana. Se podía ver al menos a un individuo en casi todas las calles de la ciudad, y muchos dueños de perros dando paseos para sacar a sus animales al aire libre. Además, las colas se viven en el resto de ciudades de la región, y Gijón no es una excepción. La ciudad congregaba en las puertas de establecimientos de alimentos, sobre todo panaderías (al ser domingo no están abiertos la mayoría de supermercados y tiendas de alimentos), hileras de personas que esperaban, pacientemente, y con una cierta distancia del resto, su turno para comprar una hogaza. Algunas personas mayores incluso dormitaban al sol, como ilustra una de las imágenes que acompañan este reportaje.

En Pola de Siero, los ciclistas también son unos de los grandes protagonistas de la primera jornada de confinamiento. Además, la Policía Local ha precintado la senda verde a lo largo del río Nora para evitar que los transeúntes se decidieran dar paseos por la zona. En el inicio de dicha senda, se encuentra un parque de perros que, a media mañana, tenía bastantes usuarios. Asimismo, es precisamente en esta localidad, donde un runner ha vivido en primera persona cómo agentes de la Policía Municipal le interceptaron y le mandaron para casa, advirtiéndole de que, la próxima vez, le penalizarían con una multa de 3.000 euros.

Por su parte, en Mieres ocurre algo parecido al resto de ciudades asturianas. Agentes a pie paran y preguntan a coches y transeúntes cuál es su dirección y manda para casa a aquellas personas que salen, exclusivamente, a pasear. Además, advierten de que no se puede realizar ningún tipo de deporte al aire libre, así como dar una vuelta, y que las mascotas solo pueden sacarse para que realicen sus necesidades.