No es una Asturias (del todo) fantasma

La Voz REDACCIÓN

ASTURIAS

Los comercios y bares echan el cierre este mediodía. Las policías recorren los barrios para vigilar los cierres. Las sendas que rodean las principales ciudades se llenan. El centro también se convierte en refugio de paseantes

14 mar 2020 . Actualizado a las 19:05 h.

Los comercios y establecimientos hosteleros ya están cerrados. Durante los próximos 14 días, tras el anuncio del Gobierno asturiano de ayer a última hora, ningún local, salvo los relacionados con la alimentación y servicios farmacéuticos, podrá abrir las puertas a sus clientes, para evitar la expansión del coronavirus. Pasado el mediodía, echaban el cierre y confiaban en que estas dos semanas sean suficiente y, una vez superadas, se pueda volver a la normalidad. Mientras, con el sol y la buena temperatura de este sábado, lejos de convertirse en una Asturias fantasma, ha habido quien no ha podido resistirse a dar un paseo, aunque sin café o cerveza en terrazas. Usuarios de la pista Finlandesa en Oviedo, aseguran que estaba «como la calle Uría». En cambio, la calle Uría lucía prácticamente desierta. 

En las grandes ciudades, los vecinos han salido a la calle, muchos intentando aparentar una extraña, como hubiesen hecho cualquier sábado del año. Por las calles paseaba gente que se negaba a «encerrarse en casa con el día que hace». Ha seguido habiendo tráfico, sobre todo por la mañana, pero menos denso. Eso sí, los taxistas apenas han hecho carreras en este primer día de cierre. «Trabajé cuatro horas, para realizar una sola carrera», comentaba un taxista, asegurando que dejará de correr el taxímetro, al menos durante unos días. Las grandes dudas que surgían, en las horas posteriores al «cerrojazo», era qué establecimientos podrían encontrar abiertos. Todos se preguntaban, unos a otros, si estaría cerrado un comercio, un bar o una confitería concretos.

Además, en varias carnicerías y fruterías de Asturias, las colas se asoman al exterior, ya que solo están permitiendo la entrada de uno en uno. Por su parte, en la plaza de la Escandalera, en Oviedo, podía verse cómo había quien utilizaba los nuevos bancos para hacer una parada en su paseo del día. Eso sí, sentados de uno en uno. Solo compartían asiento aquellos que eran familia o conocidos. Asturianos de toda la región han aprovechado también esta mañana para realizar rutas por senderos, montañana e, incluso, para ir a la playa.

La Policía Local, ya durante las horas previas al mediodía, realizó patrullas a pie recordando y avisando a los hosteleros de que a las 12.00 horas tendrían que cerrar. Si bien es cierto, que desde la Policía, aseguran que casi todos los establecimientos, tanto de hostelería como de comercio, que hoy tenían que echar el cierre al mediodía, ni siquiera han abierto sus puertas por la mañana. Los agentes cuentan también que lo más difícil de comprender entre los dueños de los negocios era cuáles sí tenían que cerrar y cuáles no, pero, reconocen, que nadie se ha mostrado reacio al cierre. Además, desde las dos de la tarde, la Policía Local patrulla a pie asegurándose que los locales correspondientes estén cerrados. Entre los negocios que siguen abiertos, además de las tiendas y supermercados de alimentación y farmacias, también están los quioscos. El desconcierto y desconocimiento es generalizado, ya que se ha visto cómo, en bastantes ocasiones, clientes trataban de entrar en los bares, sin saber que estaban cerrando. Los vermús y aperitivos de este sábado, y de las próximas dos semanas, se tendrán que llevar a cabo en casa, tal y como hacen ya centenares de asturianos. 

Los supermercados han registrado colas sobre todo por la mañana, incluso antes de la apertura. Cada una de las cadenas se ha ido organizando a su manera. Algunos han utilizado agentes de seguridad para regular la afluencia. Otros se han arregulado de manera automática. Fuentes de Alimerka han explicado que la jornada ha sido un punto de inflexión. En los últimos días las ventas se habían disparado pero en este sábado parecen haber tocado techo. No obstante, la cadena introducirá la próxima semana algunos ajustes horarios para mejorar la tarea de reposición de productos. También extremará las medidas de seguridad e higiene de sus trabajadores y aplicará el teletrabajo en aquellos puestos en los que sea posible.

Pasada la hora de comer, las ciudades del Principado sí notaron un bajón de la cantidad de gente paseando por sus calles. La imposibilidad de salir a tomarse un café después de comer provoca que sean las casas de cada uno los «nuevos» bares y cafeterías. Y Asturias, se convierta durante la primera tarde de cierre, en una región más paralizada que nunca. 

Cada vez más personas de las que salen a la calle lo hacen con guantes de látex y mascarillas, de muy diversos tipos. Otras, utilizan sus pañuelos o bufandas a modo de máscara para evitar el mayor contacto posible con el resto de transeúntes.