Lecciones de la Asturias vaciada frente al virus

Marcos Gutiérrez ASTURIAS

ASTURIAS

Aitor García, alcalde de Bimenes, manda desde su casa un mensaje de ánimo a los hosteleros del concejo
Aitor García, alcalde de Bimenes, manda desde su casa un mensaje de ánimo a los hosteleros del concejo

Los municipios rurales o menos poblados de la región afrontan con coraje, paciencia y civismo la lucha contra el Covid-19

23 mar 2020 . Actualizado a las 12:55 h.

Las ciudades asturianas parecen desde hace una semana, con algunas excepciones, el escenario de una película apocalíptica. Calles vacías y solo un puñado de negocios abiertos para frenar el avance de ese enemigo invisible e implacable cuyo nombre ya conocemos todos: Covid-19.

Pero el coronavirus no solo está golpeando cruelmente a las grandes urbes y poblaciones de la región. La denominada Asturias vaciada y los entornos más rurales también están afrontando sus efectos. Quizá con un coraje y orgullo que solo puede encontrarse en los pueblos y el campo del Principado, que saben de sobra lo que es vérselas con apreturas y situaciones críticas de todos los colores desde siempre. Ahí es, al fin y al cabo, donde se encuentra la despensa y el alma de una región que ahora trata de mirar al final de un túnel que, por desgracia, aún no se atisba.

«Por una vez jugamos con ventaja»

Con 1.700 habitantes, Bimenes se encuentra en la 29 posición entre los concejos menos poblados de la región. Estos días la apacible estampa de sus caleyas, sendas y prados es aún más apreciable, si cabe. Eso sí, el brutal giro en la rutina diaria que se padece en las ciudades no es allí tan intenso. Aitor García, alcalde del municipio, resalta que «la gente es bastante respetuosa y se lleva bastante bien». «Hasta el día de ayer no había ningún infectado en o de Bimenes», añade.

Destaca que «a través de servicios sociales y del programa Rompiendo la Distancia seguimos dando atención a las personas más vulnerables». Pese a conocerlo de sobra, no puede evitar sentirse «sorprendido» del civismo y buen ánimo de los yerbatos. «Las zonas rurales en esta ocasión podemos presumir de que, por una vez, jugamos con ventaja; al estar en tu pueblo y tener tu prao no es lo mismo que estar confinado entre cuatro paredes», indica. En este sentido, «cuidar de tres o cuatro animales en casa» o atender las labores dentro de tu propia finca «te permite que continúes con esa rutina».

El concepto de distancia social en ocasiones suena lejano en las áreas menos pobladas de la región. «Con el abandono que llevamos sufriendo varios años, antes ya había días en los que no te cruzabas con un solo vecino», explica García. «Alguna ventaja teníamos que tener», añade. Comenta que para él en concreto estos días no han supuesto una alteración radical, ya que aprovecha «ahora que no suenan teléfonos en el Ayuntamiento para quitar trabajo de delante que había amontonado. El caso es que los últimos años los he pasado enclaustrado, ya que no tenía vacaciones y por voluntad propia». «Lo único en lo que lo noto es en los chigres», apunta, a la vez que apuntala la idea de que «hay que ser responsables si queremos que esto se acabe cuanto antes».

También quiere valorar el hecho de que «la gente está reponiendo en las tiendinas rurales que tenemos y que están ejerciendo una labor que antes no se apreciaba»

Civismo de la Asturias vaciada

José Ramón Feito es el alcalde de Tineo, el municipio con más localidades incluidas en el mapa de la Asturias vaciada elaborado por el gobierno del Principado. «La verdad es que el tema en los núcleos rurales se lleva un poco mejor», explica. Comenta que «Tineo tiene 340 pueblos y en los que están alejados de la villa tienen casas aisladas, lo que te permite llevar mejor el estado de alarma que en la ciudad en un piso pequeño. Es una ventaja que tenemos en eso que se ha dado en llamar la Asturias vaciada».

Y es que «al final todo el mundo tiene sus patatas, huevos, lechugas y productos de la matanza, por lo que casi ni tienes que ir a comprar». «Nosotros, a través de los servicios sociales y la empresa de ayuda a domicilio, estamos atendiendo los servicios más urgentes y manteniendo contacto telefónico constante, como yo con los alcaldes de barrio que me informan si hay alguna persona que necesite algo», destaca.

En este inédito escenario los vecinos de Tineo «tratan de ser responsables y cumplir con las medidas impuestas», pese a la lógica «preocupación» que genera «no saber cuándo va a acabar esto». «En el centro de salud de Tineo me trasladan que la gente se está portando muy bien, desplazándose única y exclusivamente cuando hay una urgencia», añade. En este sentido trae a colación como un alcalde de barrio le decía que «su rutina es la de siempre. Estar en una casa con finca y cuadra es muy distinto que vivir en un piso de 70 metros cuadrados en la ciudad. Aquí tienes más capacidad de movimiento y el día a día se parece más al que teníamos antes».

Concejo ganadero

En otro municipio agroganadero por excelencia, Ponga, los vecinos siguen con su vida intramuros con entereza y responsabilidad. José Luis Llera, teniente de alcalde, asevera que «dentro de lo que cabe lo que tenemos de desventaja en otras ocasiones, estar bastante aislados, es ahora un punto a favor. Ahora le gente no viene y no tenemos ningún positivo». En este caso «el tema que tenemos es que, al contar con una población envejecida tenemos que tomar más medidas de precaución».

«Lo que hemos hecho desde los servicios municipales es fomentar que se mantengan al máximo que se pueda para garantizar el funcionamiento, pero en el Ayuntamiento se ha apostado por el teletrabajo para evitar el movimiento de gente. Se sigue con la tramitación pero por correo, online o teléfono», apunta. Considera «primordial mantener con los protocolos establecidos la residencia de mayores, con diez personas alojadas», a las que se mantiene bajo una supervisión constante.

Explica que el servicio de ayuda a domicilio se mantiene «para casos que así lo requieran, pero para aquellas personas que precisan de labores no esenciales, como limpieza de vivienda por ejemplo, no lo estamos haciendo ya que en muchos casos son personas mayores y puedes llevarles el virus».

Asimismo «el servicio médico se mantiene como hasta ahora». Explica que Ponga «es un concejo ganadero y los ganaderos tienen que atender a sus animales, que no entienden de coronavirus» y el resto de la población que no precisa moverse por su trabajo «se está manteniendo en lo que se dicta».

También ha querido resaltar que en el concejo «se hace un seguimiento a diario de personas en las viviendas por teléfono, si bien debido a  la escasez de cobertura en la zona el personal se tiene que desplazar en algunos casos para asegurar que las personas están bien». Insiste en que «las trabajadoras a domicilio de guardia y el personal del Ayuntamiento también están a disposición» para personas en situaciones particulares que requieran que se les asista para proveerse de medicamentos u otros bienes. Aquellos que lo precisen solo tienen que trasladar su aviso al Ayuntamiento.

«La situación es compleja»

Sergio Hidalgo, alcalde de Salas, también se muestra orgulloso de sus vecinos, pese a lo complicado del escenario actual. «La situación es compleja. Estamos intentando estar con la gente al 100%. Hemos puesto en marcha distintas iniciativas desde el Ayuntamiento. La primera es un número de acercamiento de medicinas, alimentos y todo lo que precisen a gente mayor que funciona las 24 horas del día; también estamos haciendo limpiezas viarias con lejía, desinfección en los centros urbanos de Salas, La Espina y Cornellana y, además, previniéndonos un poco con la plantilla municipal hemos organizado grupos de trabajo que no se vean unos con otros para protegerlos al máximo, porque sí es cierto que en otras condiciones si cayera uno caerían todos», dice.

Apunta que «los primeros días costaba un poco más, especialmente con la gente mayor, pero hay que decir que las fuerzas del orden público han hecho una gran labor de concienciación con la gente. Nosotros, desde el ayuntamiento, lo hemos intentado también. Aquí la gente no se desplaza, no hay nadie por la calle y los vecinos están cumpliendo muy bien las indicaciones y así lo agradecemos».

El alcalde de Salas quiere mostrar su «agradecimiento a los trabajadores municipales, que estamos dando la cara, atendiendo a la gente, caso de las asistentas sociales, fuerzas del orden, Policía, Guardia Civil y el equipo de ayuda a domicilio», ya que «se está haciendo una labor humana impresionante». «Estamos trabajando de mañana y tarde. Hay gente de obras repartiendo alimentos por las casas y atendiendo a la gente que llama», resalta. «Hemos llamado a casi todas las personas mayores que tenemos en el listado de servicios sociales para ver si necesitan algo y decirles que estamos para lo que precisen», concluye.

Estos son solo algunos ejemplos concretos. Pero en este contexto de miedo, incertidumbre, solidaridad y, en algunos casos residuales, falta de civismo, hay muchas lecciones que aprender de la resiliencia, coraje, aguante y responsabilidad de los asturianos que viven en las zonas más apartadas.