La Asturias libre de coronavirus podría adelantar la desescalada como La Gomera o Formentera

Susana D. Machargo

ASTURIAS

La viceconsejera de Medio Ambiente y Cambio Climático, Nieves Roqueñí; el vicepresidente y consejero de Infraestructuras, Medio Ambiente y Cambio Climático, Juan Cofiño, y el director general de Movilidad y Conectividad, Jorge García.
La viceconsejera de Medio Ambiente y Cambio Climático, Nieves Roqueñí; el vicepresidente y consejero de Infraestructuras, Medio Ambiente y Cambio Climático, Juan Cofiño, y el director general de Movilidad y Conectividad, Jorge García.

El Principado reclama para las comarcas rurales el mismo tratamiento que las islas. El Gobierno elaborará protolocos cuidadanos con normativas para parques, playas y espacios públicos

30 abr 2020 . Actualizado a las 19:42 h.

El Gobierno del Principado solicitará para comarcas rurales asturianas libres de coronavirus el mismo plan de desescalada que se ha aprobado para islas como Formentera o La Gomera. La idea es que avancen al mismo ritmo desde el principio. Es decir, desde la fase cero que comienza el lunes. Esa es una de las prioridades en la que trabaja el comité de expertos creado por el Ejecutivo para trasladar al Estado las singularidades de la región. Ese comité también reclamará un tratamiento diferenciado para las zonas fronterizas con otras provincias, tal y como sucede con Lugo, Cantabria o León, ya que la estructura inicial no permite en ninguna circunstancia este tipo de movilidad. Al mismo tiempo, este equipo de trabajo comenzará a diseñar protocolos clave por sectores, para la vuelta a la normalidad, y también guías ciudadanas para el uso de espacios públicos como los parques o las playas.

Así lo ha anunciado el vicepresidente del Principado, Juan Cofiño, al término del comité de expertos. Cofiño ha insistido en que la coordinación y la lealtad son fundamentales pero también ha defendido la existencia de una «hoja de ruta asturiana» dentro del plan de desescalada nacional, entre otros motivos, porque así lo establece el propio plan, que ha calificado de «sensato y adecuado». Ha reclamado la colaboración de toda la ciudadanía y ha alertado de que el riesgo de rebrote es más que una lejana posibilidad. «Vamos a empezar a socializar pero el virus sigue ahí», ha insistido como parte de ese llamamiento a la responsabilidad. La prioridad, a día de hoy, «siguen siendo salvar vidas».

La hoja de ruta asturiana

Cofiño no ha prometido que la Asturias libre de coronavirus vaya a poder adelantar sus desescalada. Lo que sí se ha comprometido es que van a intentar llegar a tiempo. Van a presentar al Ministerio de Sanidad todos los datos epidemiológicos, del sistema sanitario y también del grado de aislamiento de esos territorios para intentar que tengan los mismos plazos que las islas. Intentarán que se sumen al mismo ritmo desde la fase cero, que comienza el lunes. Pero si el Principado no llega a tiempo, volverá a intentarlo en la siguiente etapa. Eso supondría que habría una «desescalada regional en dos velocidades», lo que requerirá un esfuerzo extra. Pero ha justificado la necesidad de que territorios tradicionalmente castigados por el aislamiento se vean ahora beneficiados por esa misma circunstancia.

No ha especificado para qué territorios concretos reclamará ese acelerón en la desescalada. Pero sí que ha recordado cómo es el actual mapa del coronavirus en el Principado, con 18 concejos sin un solo caso y con otro nutrido número sin apenas casos. Algunos, como es el caso de los Oscos y Taramundi o los Valles del Oso conforman comarcas rurales perfectamente delimitadas sobre el papel. «Socialmente tenemos que beneficiarlos», ha insistido, con la reserva de lo ajustados que son los plazos actuales, para llegar a tiempo al lunes.  

La movilidad entre las zonas fronterizas es otro de los temas que el Principado cree que merecen volver a barajar. Con la actual estructura de la desescalada, son compartimentos estancos que no se pueden mezclar. Pero Cofiño ha indicado que es algo que está valorando el comité de expertos  de Asturias para ver cómo se lo puede plantear al Estado, ya que es asunto con un marcado carácter social.

Para marcar el ritmo de la desescalada, tanto en estos territorios que están libres del coronavirus como en el resto de la región, se va a atender a marcadores epidemiológicos y sanitarios. El vicepresidente no ha bajado al detalle de cuáles son estos factores pero sí ha explicado que el Principado está entre los seis o siete primeros en todos ellos, al menos, en este momento en el que se comienza a aliviar el confinamiento. Ha presumido de la fortaleza del sistema sanitario público asturiano y ha agradecido el esfuerzo de los trabajadores.  

La vuelta al coche

Uno de los aspectos que más quebraderos va a dar a la Administración es la movilidad urbana e interurbana. Cofiño ha dado por hecho una vuelta al vehículo particular. Ha reconocido que en estas semanas se ha producido giro de 180 grados en las políticas de transporte público que se llevan años intentando impulsar. La desescalada va a obligar al Principado a «hilar fino», ha dicho el vicepresidente. Con esa expresión ha recalcado que es imprescindible equilibrar oferta y demanda y empezar a ver el número de usuarios que se tienen a medida que se afloje el confinamiento para ver los servicios de autobús y ferrocarril necesarios, para cumplir, además, las drásticas restricciones de aforo con las que se comenzará.

Cofiño ha reconocido que tiene muchas incertidumbres y pocas certezas en cómo se van a movilizar otra vez los flujos en el área, cuántoa aumentará el uso de vehículos privados o si será necesario adoptar otras decisiones. Ha insistido en que se trendrá que analizar día a día. 

También se irán elaborando, de manera paulatina, protocolos y guías para que cada sector económico sepa las medidas de seguridad que debe adoptar en la nueva rutina, para que sepan sin género de duda cómo deben actuar. Los ciudadanos tendrán sus propias guías de espacios públicos. Los dos ejemplos que ha citado son las playas y las piscinas. El verano está a la vuelta de la esquina y el Principado tiene que empezar a pensar cómo se vivirán esas jornadas.