Asturias hace acopio de plasma de pacientes curados de Covid-19 para un futuro rebrote

Elena G. Bandera
E. G. BANDERA REDACCION

ASTURIAS

Tubos de extracción de sangre

El Centro Comunitario de Sangre cuenta con stock suficiente y protocolos si el empleo de esta terapia fuera requerido para hacer frente a una segunda oleada de casos mientras llega la vacuna

12 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El Centro Comunitario de Sangre y Tejidos de Asturias ya ha hecho suficiente acopio de plasma de pacientes curados de Covid-19, que contiene anticuerpos contra la enfermedad, que podría ser empleado como terapia si así fuera necesario ante posibles rebrotes. Y si llegara una segunda oleada de casos de coronavirus antes de que aparezca una vacuna, también estaría en disposición de ofrecer plasma de sangre donada por pacientes recuperados, que se denomina plasma convaleciente, puesto que se han establecido los circuitos necesarios para disponer de posibles donantes ante ese supuesto.

«El centro dispone de un stock de plasma convaleciente de manera que, en principio, a día de hoy no necesitamos hacer un llamamiento a la población para que acudan a donar, que no se descartaría si la situación más adelante así lo hiciera necesario, pero de momento está todo previsto, incluso ante una situación de rebrote«, explica la hematóloga y directora técnica del centro, Ana María Ojea, que recuerda que el uso terapéutico del plasma convaleciente se basa en las experiencias de otros brotes epidemiológicos que ha habido en relación con coronavirus como el SARS y el MERS, virus como el ébola o incluso la gripe de 1918.

«En esos casos ya se utilizó plasma de personas que se habían curado, y que por tanto ya tenían los anticuerpos de haber superado la enfermedad, con fines terapéuticos para curar a otros pacientes y, basándose en esas experiencias que fueron eficaces, se ha planteado también realizarlo en los pacientes enfermos de Covid-19», explica.

Este acopio de plasma, siguiendo las instrucciones del Ministerio de Sanidad, se inició en los meses de abril y mayo en colaboración con el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Los donantes han sido pacientes que han ido superando la enfermedad del SARS-Cov-2 y la obtención del plasma se ha realizado en el propio Centro de Sangre y Tejidos de Asturias.

En estas donaciones, además de los criterios que se deben de tener para obtener un plasma convaleciente, se ha aplicado la normativas para cualquier donación de sangre, realizando las pruebas de seguridad transfusional como la serología para la hepatitis B y C, VIH y sífilis, así como la prueba NAT de la hepatitis B, C y VIH. Además, se realiza un tratamiento especial de inactivación de patógenos para hacer más seguro el componente.

De momento, como indica Ojea, no es necesario hacer un llamamiento a posibles donantes que hayan superado la enfermedad Covid-19, pero si en un futuro hiciera falta tampoco sería necesario «que se acerquen de manera voluntaria a donar, sino que seríamos nosotros los que nos pondríamos en contacto con ellos dándoles cita previa cuando necesitemos disponer del plasma. Hemos hecho un esfuerzo para prepararnos y tener los mecanismos para disponer de este plasma si su uso fuera necesario ante un posible rebrote», explica la hematóloga.

Instrucción de Sanidad y de la UE

En este sentido, una de las instrucciones del Ministerio de Sanidad para profesionales sanitarios durante esta pandemia se centraba en la obtención de plasma de pacientes recuperados de la enfermedad que provoca el SARS-Cov-2. Además, el pasado 1 de abril la Comisión Europea emplazaba a las autoridades sanitarias competentes en sangre y componentes sanguíneos a trabajar en un programa común para la Unión Europea sobre obtención y transfusión de plasma convaleciente de Covid-19, «con el objetivo de armonizar criterios a nivel europeo y disponer de una plataforma común de datos, que permita obtener resultados más sólidos y de forma más rápida en relación con la eficacia y seguridad del uso de plasma de convaleciente de Covid-19».

Además, en la instrucción del Ministerio de Sanidad se explicaba que un reciente informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que «los primeros resultados con el uso de plasma de convaleciente sugieren que puede ser una modalidad de tratamiento potencialmente útil» para la Covid-19. Por ello, se pidió en las comunidades autónomas que se buscaran donantes que hubieran superado la enfermedad para hacer acopio de plasma en previsión de que pudiera haber una segunda oleada de casos mientras llega la vacuna. En Asturias, esa labor ya está hecha.

Asimismo, a principios de abril, el consejero de Ciencia, Borja Sánchez, anunciaba que el HUCA iba a participar en uno de los muchos ensayos clínicos que se están llevando a cabo en todo el mundo para emplear el plasma de pacientes curados como terapia para tratar la Covid-19. En ese proyecto también participa el Centro Comunitario de Sangre y Tejidos de Asturias. Esta investigación está liderada por el Hospital Universitario Puerta de Hierro de Madrid y su interés radica precisamente en que está basado en la donación, una práctica en la que España es un referente.

La viabilidad de la transfusión de plasma convalenciente para rescatar pacientes graves ha sido y está siendo objeto de múiltiples trabajos de investigación. Hasta ahora los resultados no son concluyentes, pero sí están indicando en algunas investigaciones que el plasma de pacientes recuperados puede servir como una opción de rescate prometedora para los casos de enfermos más graves.

Como explicaba Ojea, la terapia con plasma convaleciente ya se había aplicado en la prevención y en el tratamiento de enfermedades infecciosas con anterioridad. La llamada gripe española de 1918 es un ejemplo, pero en las dos últimas décadas también se utilizó con éxito en el abordaje de otros coronavirus como el SARS y el MERS, así como en la pandemia de gripe A-H1N1 de 2009 o en la del virus de Ébola, la única en la que los resultados no fueron lo satisfactorios que se esperaba.

En el caso de este nuevo coronavirus, del que prácticamente a diario se descubren nuevas características, la eficacia de este tipo de terapia aún es incierta al seguir en estudio la exploración de sus posibilidades. Se han realizado por ejemplo estudios que indican que una dosis de este plasma con una alta concentración de anticuerpos neutralizantes puede reducir rápidamente la carga viral y mejorar los resultados clínicos, aunque este tipo de investigaciones requieren de mayor profundidad y de unos procesos aleatorizados que llevan su tiempo para que se puedan alcanzar resultados concluyentes.

Pero no por ello deja de ser «una herramienta más», como dice Ojea, a tener en cuenta mientras se sigue investigando a contrarreloj para dar con una vacuna, que sigue siendo el recurso fundamental para detener la propagación del contagioso SARS-Cov-2.