Dos banderas negras ondean este verano en Asturias

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Estación Depuradora de Aguas Residuales Gijón Este
Estación Depuradora de Aguas Residuales Gijón Este Confederación Hidrográfica del Cantábrico

Ecologistas en Acción otorga estás dos enseñas al Principado por el saneamiento de Gijón y la gestión del cormorán

30 jun 2020 . Actualizado a las 14:23 h.

«La falta de saneamiento de Gijón y la mala gestión del cormorán moñudo». Estas son las dos razones por las que Ecologistas en Acción otorga dos banderas negras al Principado este verano. El informe anual del colectivo hace hincapié en ambos aspectos. Sobre la falta de depuración de las aguas de saneamiento del este de Gijón recuerda que es un clásico de todos los veranos. «La completa ausencia de depuración de las aguas de una buena parte de la ciudad ha merecido tanto la bandera negra de la mala gestión como la de la contaminación en informes anteriores», explica. Por otra parte, destaca lo que califica de «mala gestión a una de las joyas de la biodiversidad costera asturiana», el cormorán moñudo.

Esta ONG ambiental explica que la negligente gestión en la construcción de la depuradora de la zona de este de Gijón, cuya ejecución fue mucho más tarde de lo previsto en la normativa, «hizo que nunca entrase en funcionamiento puesto que el Tribunal Supremo la declaró ilegal en sentencia firme». Esto ha desencadenado que la Unión Europea sancione a España por «esta negligencia». «Ya hemos pagado varias decenas de millones en multas por la falta de depuración en varias partes de nuestro territorio, desde que en julio del año 2018, la Unión Europea sancionara tanto a la zona este de Gijón como a otras ocho zonas del estado español con 12 millones de euros, por no cumplir con la directiva del año 1991, que tenía por plazo el año 2000 para el saneamiento de todos los núcleos con más de 15.000 habitantes en toda Europa. De estos nueve lugares, Gijón es la mayor aglomeración con esta grave deficiencia. La multa que estamos pagando se incrementa en 10 millones de euros cada seis meses», argumenta.

Ecologistas en Acción advierte de que la materia orgánica generada en la parte este de la ciudad se canaliza hacia el emisario de Peñarrubia, que «libera esta carga contaminante directamente al mar». Además, añade, en épocas de avenidas los colectores desbordan y «desaguan directamente en el río Piles» que desemboca en la playa de San Lorenzo. Según la organización conservacionista, «todos estos vertidos de materia orgánica afectan de forma grave a la biodiversidad tanto del río como de la costa».

Con respecto al cormorán indica que esta especie es un ave que vive en interacción permanente con la costa, sin adentrarse en el mar más allá de cinco kilómetros. En la costa asturiana, su presencia seconcentrada principalmente en el occidente, en concreto, en el tramo costero limitado por los concejos de Castropol y Coaña, aunque con menor densidad también aparecen colonias en casi todo el litoral. El informe advierte del «descenso constante y muy acusado» de la población de esta especie, principalmente debido a la mortalidad accidental en aparejos de pesca. El cormorán moñudo suele alimentarse cerca de la costa y en profundidades de hasta 50 metros, donde faenan barcos artesanales que emplean artes de enmalle y de anzuelo. En algunos casos, advierten los ecologistas, estas embarcaciones llegan a largar sus aparejos a menos de 10 metros de distancia de las colonias de cría del cormorán moñudo.

Ecologistas en Acción recuerda que el Principado aprobó en 2001 un plan de conservación para este ave, incluida en el catálogo de especies amenazadas, sin que se hayan aplicado las medidas previstas. La organización pide «medidas urgentes» como la prohibición de artes de enmalle a menos de 30 metros de profundidad y a menos de 500 metros de las colonias en la época de reproducción y emancipación de los pollos o el empleo de técnicas disuasorias como alertas sonoras y visuales o cebos artificiales que permitan mantener la actividad pesquera pero sin atraer a las aves marinas.

El informe de Ecologistas en Acción otorga dos banderas negras, una por contaminación y otra por mala gestión, a cada provincia litoral, más Ceuta y Melilla. Según la organización, al igual que en 2019, el mayor problema de las costas españolas se centra en vertidos de aguas y su mala depuración. Algunas zonas repiten bandera negra, como el sistema de saneamiento de Gijón, el proyecto del puerto de Fonsalía (Santa Cruz de Tenerife) o la «grave situación» del Mar Menor (Murcia).