El Principado activa la alerta naranja por coronavirus en cinco concejos del oriente

L.F. / S.D.M. REDACCIÓN

ASTURIAS

Pruebas PCR en el autoCOVID para la recogida de muestras en el polígono de Guadamia, Asturias
Pruebas PCR en el autoCOVID para la recogida de muestras en el polígono de Guadamia, Asturias Alberto Morante

La administración reclama evitar reuniones de más de 10 personas, anular eventos e incrementar la presencia de las fuerzas de seguridad

26 ago 2020 . Actualizado a las 18:50 h.

El Principado ha adoptado la decisión de declarar la alerta naranja por coronavirus en el oriente, tras detectar un incremento de incidencias en la zona. En concreto, esta activación afecta a los concejos de Parres, Cabrales, Cangas de Onís, Ribadesella y Llanes. Así lo ha adelantado el director general de Salud Pública, Rafael Cofiño, quien ha advertido de que allí el riesgo de transmisión comunitario es mayor que en el resto de la región. El Gobierno asturiano da este paso 24 horas después de que se batiese el récord de contagios en un día desde el fin del estado de alarma. Ayer, martes, la administración comunicó 53 positivos más diagnosticados con pruebas PCR. El ritmo se mantiene estable, ya que hoy se han contabilizado otros 48 infectados.

La activación de esta alerta supone la adopción de una serie de medidas excepcionales, antes de otras más drásticas como sería decretar cierres perimetrales o confinamientos. La administración intensifica los mensajes a la población local, a los colectivos vecinales y a los turistas como medida preventiva; se aconseja evitar reuniones de más de 10 personas y anular eventos y actividades que puedan generar masificación y se refuerza la comunicación con la Delegación de Gobierno para el caso de que sea necesario incrementar la presencia de las fuerzas de seguridad del estado. Salud también impulsará la comunicación con los ayuntamientos de la zona para que detecten «zonas calientes» en las que, por sus características, existe un riesgo más elevado de contagio, y tomará medidas en las residencias al tratarse de zonas vulnerables. En función del tipo de actividades, sería necesario cambiar la forma de proceder o incluso llegar a suspenderlas.

En el día a día de la ciudadanía las medidas no supondrán ningún cambio radical. Se trata de actuaciones de refuerzo del control y la prevención y es una llamada de atención para que tanto los colectivos vecinales como las asociaciones y los turistas sean conscientes de la situación. Eso sí, la alarma está encendida y el siguiente escenario, el de entrar en fase roja, podría suponer el cierre perimetral de la zona o incluso el confinamiento. Para entrar en esa fase no hay un dato que marque el salto. Según ha explicado Cofiño, la decisión se toma por un compendio de elementos «cuantitativos y cualitativos». Son los datos de incidencia sumados a «la percepción y aumento de prácticas de riesgo que puedan existir». 

Brotes en red

El Principado ha tomado esta medida después de que en el Área Sanitaria VI, el que engloba a estos cinco concejos, se haya detectado una incidencia de 64 casos por cada 100.000 habitantes. Esto es más del doble de la media asturiana. Además, según ha detallado Mario Margolles, director del Observatorio de la Salud del Principado, en la zona hay activos cuatro brotes -en Cabrales, Parres, Ribadesella y Llanes- y se han cerrado a las visitas tres residencias de mayores. Dos de ellas son por prevención y la Ulpiano Cuervo de Colombres por el positivo de un residente.

«El riesgo de infección allí es más elevado y eso justifica la intervención específica», ha defendido Cofiño, quien ha explicado que, solo en agosto, se estudiaron más 250 contactos en el Área VI, y eso sin incluir los llamamientos públicos ni los contactos del cribado comunitario de Poo de Cabrales. «Eso significa muchísimo», ha aseverado Cofiño, quien ha añadido que en los casos confirmados «muchos tienen múltiples contactos, incluso entre sí. Es una exposición en red. Esto es mucho peor porque es más difícil de controlar y no podemos cortar un único hilo».

En cuanto a los brotes, Margolles ha especificado que están «interconectados». «Cada brote incluye varios microbrotes», ha explicado, y esto hace que sea más difícil controlarlos. A modo de ejemplo, ha señalado que el brote de Arriondas tiene 10 casos y el de Cabrales otros 10, pero que el número «va aumentando día a día». Estos focos son «lugares de agregación donde la gente compartió, aparte del ocio, virus», ha afirmado, y ha hecho referencia a una cadena de transmisión en la que están conectados negocios de hostelería, una quesería, un supermercado, una escuela de surf... El gran objetivo es mantener apartado estos focos de los espacios más vulnerables, por eso las medidas tomadas en residencias.

Las autoridades sanitarias han explicado que esta alerta naranja es una especie de semáforo, una llamada de atención para la población ante el incremento de casos. La alerta se revisará de manera periódica en base a criterios epidemiológicos. Será en esas nuevas evaluaciones donde se decida si se mantiene el aviso o se pasa a un terreno más drástico. En este primer nivel solo se realizan recomendaciones y no prohibiciones.