¿Cómo influyó la reconquista en la densidad de población de Asturias?

ASTURIAS

Un estudio analiza el efecto de la expansión de los reinos cristianos en la distribución de la población en la península ibérica

21 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Fuera de Asturias, y especialmente en el debate sobre los factores que han influido en las diferentes respuestas territoriales a la llegada de la pandemia de coronavirus, se suelen imaginar al Principado como una sucesión de aldeas separadas en un entorno bucólico de valles y montañas. Lo cierto es que Asturias es una comunidad muy envejecida y con un densidad de población muy distinta en las alas o en el centro, donde se encuentra la inmensa mayoría de sus habitantes, hasta 800.000 personas en el área metropolitana que se dibuja entre los tres principales núcleos urbanos más las cuencas mineras y con una densísima red de autiopistas en un espacio muy reducido (130Km de autopistas y autovías por cada 1.000 Km2, muy por encima de las grandes metrópolis europeas como Madrid (95 km/1.000 km2), Berlín (86 km/1.000 km²) o Paris (50km/1.000 km²). ¿Tiene que ver la distribución de la población con la historia? Según algún autores mucho y además con una enorme variación a lo largo de la geografía de la península ibérica y con una relación directa con la expansión de los reinos cristianos en la Edad Media.

En el estudio Las raíces históricas de los patrones de poblamiento en España, recogido en la web Nada es Gratis, del autor Daniel Oto-Peralías, profesor de Universidad Pablo de Olavide, se destaca que «la población en España se encuentra mucho más dispersa en el norte que en el sur», hasta el punto que «la densidad de asentamientos en el sur de España es realmente baja en perspectiva europea. Un dato interesante es que las provincias de Ciudad Real, Albacete y Badajoz tienen menor densidad de asentamientos que la región finlandesa de Laponia». ¿Por qué? Junto a factores climáticos y geográficos, el autor apunta que «hay un factor importante que se remonta muy atrás en el tiempo, a la Edad Media, cuando la meseta sur fue escenario de una cruenta guerra fronteriza entre reinos cristianos e imperios musulmanes. Una hipótesis existente en la historiografía plantea que esta guerra fronteriza medieval fue un determinante significativo de la manera en la que se repobló el territorio».

La frontera del Tajo fue casi un campo de batalla durante largo tiempo, hasta el punto de que esto determinó «una ocupación militarizada del espacio basada en la concentración de la población en unos pocos asentamientos bien defendidos, y favoreció la ganadería sobre la agricultura, ya que el ganado es más fácil de proteger ante una incursión enemiga y es menos intensivo en factor trabajo».

¿Y Asturias? Por tratarse de un territorio desde el que parten las llamadas reconquistas en el relato medieval de la expansión cristiana, la situación es particular. Al respecto, Daniel Oto-Peralías, destacó que «Asturias no fue ocupada por los musulmanes y, por tanto, no tuvo que ser repoblada. En este sentido, se puede decir que Asturias apenas resultó afectada por la ocupación y posterior expulsión de los musulmanes. Por tanto, se mantuvo y desarrolló su poblamiento originario de manera que no se aplica la dinámica de guerra fronteriza que analizo en el artículo».

Con todo, el autor señaló que este hecho «la ausencia de guerra fronteriza, contribuye a explicar que la densidad de asentamientos sea relativamente alta y que la concentración de la población no sea alta» y explicó que Asturias ocupa en el puesto 27 de 50 en términos de concentración de la población; «70.6% de la población vive en el 1% más poblado de la región».

Muy distinta la situación al sur del Tajo, donde el especialista resaltó que, por ejemplo, «buena parte del territorio al sur del Tajo cayó en manos de las órdenes militares, que fueron agentes repobladores menos dinámicos. El 80% y el 50% de la tierra en Ciudad Real y Badajoz, respectivamente, estaba en sus manos a principios del siglo XVI».