Así ha triplicado Asturias la incidencia del coronavirus en un mes

Elena G. Bandera
E. G. Bandera REDACCION

ASTURIAS

Pruebas PCR en el HUCA
Pruebas PCR en el HUCA J. L. Cereijido

«La incidencia más creciente se sigue observando a nivel de Gijón, mientras en Oviedo y Avilés hay cierta estabilidad pero con indicadores todavía muy altos», explica el director de Salud Pública

02 nov 2020 . Actualizado a las 19:18 h.

La tasa de incidencia acumulada del coronavirus a 14 días, que es uno de los indicadores clave en la evolución epidemiológica de la pandemia, se triplicó en un mes en Asturias. El 28 de septiembre ese indicador era de 114 nuevos casos por 100.000 habitantes y, a día de hoy, es de 441. Este incremento ha tenido su reflejo en la presión asistencial, cuyo notable incremento en las últimas semanas hoy ha motivado que el Gobierno del Principado anuncie que a partir del miércoles se imponen medidas más restrictivas como el cierre de toda actividad económica no esencial para reducir la movilidad y la actividad social con el objetivo de frenar la propagación del SARS-CoV-2 entre la población y evitar así un posible colapso hospitalario.

¿Cómo se ha llegado a esta situación? «En las últimas tres semanas ha habido un aumento claro de la incidencia del coronavirus, más localizado en zonas urbanas pero sobre todo en algún municipio como puede ser Gijón», explicaba esta mañana la directora gerente del Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa), Concepción Saavedra, que ha reconocido que las previsiones que se manejaban, basadas en la primera oleada y en las cifras manejadas por el servicio de Vigilancia Epidemiológica, apuntaban a que el aumento progresivo de ingresos hospitalarios se iniciaría a principios de este mes de noviembre y que, a finales, entre la tercera y cuarta semana, llegarían los picos de ingresos en cuidados intensivos.

No ha sido así. «Ha habido un cambio de tendencia con un aumento rápido de ingresos hospitalarios y de críticos que ha provocado un incremento de la ocupación de las camas de hospitalización y de forma muy especial e intensa en las unidades de cuidados intensivos (UCIs)», según explica Saavedra, que confirma también que ese acelerón ha sido mucho más notable en esta última semana, generando una «cierta sobrecarga» dentro del sistema asistencial de Asturias que, en todo caso, «es asumible» y, hoy por hoy, «se va a dar la misma atención que estamos dando a cualquier paciente que acuda al servicio de salud».

La secuencia de la situación en la que ahora mismo se encuentra Asturias, en donde los altos niveles de los indicadores epidemiológicos han activado el nivel de alerta 4 -que es el máximo posible-, se iniciaba fundamentalmente el pasado 9 de octubre, cuando a raíz de un incremento de los brotes en las residencias de la tercera edad la tasa de incidencia acumulada sube a 135 casos positivos por 100.000 habitantes en Asturias, que aún es una situación de riesgo medio. Cinco días después, el 14 de octubre, el riesgo ya era alto y el Principado decide establecer nuevas medidas restrictivas, en lo que se llamó una fase 2 de la desescalada modificada, sobre todo debido a que la incidencia en personas mayores de 65 años también se había situado en la zona de riesgo alto.

«Planteamos un primer bloque de medidas intensa con limitación de actividad social, protección de espacios como el interior de hostelería y sobre todo una recomendación intensa en cuanto a limitar la movilidad y la actividad social, proceder al autoconfinamiento y a crear burbujas sociales para evitar situaciones de riesgo protegiendo a las personas mayores», explica el director general de Salud Pública, Rafa Cofiño.

Ese 14 de octubre, además, los indicadores de respuesta asistencial ya comenzaban a entrar en la zona de alerta, aunque el relativo a la presión asistencial se mantenía en un nivel medio. «De forma global estábamos en lo que denomina un nivel de alerta 2, pero las medidas que se decidieron tomar entonces formaban parte de un nivel 3. Tiramos un poco por delante en aquel momento», indica. Sin embargo, la situación siguió empeorando y la incidencia de la covid-19 en algunos municipios seguía subiendo, lo que motivó que se plantearan cierres perimetrales en Oviedo, Gijón y Avilés el 23 de octubre.

«Las incidencias totales eran de un riesgo muy alto y ya había sido la tasa de positividad que es un indicador que nos da una foto de la capacidad de actuación que estamos realizando. También la respuesta asistencial estaba en riesgo alto y, en conjunto, nos situábamos en un nivel 3 aunque ya estábamos planteando medidas de actuación de un nivel 4», indica, en referencia a los cierres perimetrales de Oviedo, Gijón y Avilés, de la propia comunidad autónoma y el establecimiento del toque de queda nocturno.

«La situación de transmisión comunitaria era de moderada a alta, aunque la capacidad del sistema asistencia aún era sostenible», precisa Cofiño. La presión hospitalaria entra en zona roja, no obstante, entre el 28 y el 29 de octubre. «Los indicadores asistenciales se incrementaron y se pasa a una situación de riesgo muy alto. De hecho -explica-, el viernes por la noche la directora gerente del Sespa nos comunica el incremento de las hospitalizaciones en las UCIs». La alerta ya es extrema en ese sentido y se decide tomar medidas aún más avanzadas como las que entrarán en vigor a partir de este miércoles.

¿Cuál es la situación concreta a día de hoy? Con esa incidencia acumulada en el conjunto de Asturias de 441 casos por 100.000 habitantes a 14 días (con más de 250 el riesgo ya es extremo), el dato más elevado es el de Gijón con 756 positivos por 100.000 habitantes. Oviedo presenta una incidencia de 243 y, Avilés, de 387. «La incidencia más creciente se sigue observando a nivel de Gijón. Hay cierta estabilidad en Avilés y en Oviedo pero con unos indicadores todavía muy altos», señala Cofiño, que apunta que además preocupan sobremanera las cifras de la incidencia acumulada en mayores de 65 años, que es clave en la evolución de la situación epidemiológica al ser el grupo de edad con mayor riesgo de morbilidad y de mortalidad

Ese indicador, en el caso general de Asturias, asciende a 554. En Gijón sigue siendo el más alto: 568, mientras que el Oviedo es de 229 y en Avilés de 281. Se considera nivel extremo más de 150 casos positivos por cada 100.000 mayores de 65 años. «Desde el inicio de la pandemia en Asturias siempre he insistido en que Asturias es la comunidad autónoma más vulnerable porque tenemos la población más envejecida y muchísimas personas con patologías pulmonares derivadas de la actividad minera e industrial. Estamos viendo que los ingresos hospitalarios están creciendo a un ritmo que si no actuamos ya pueden llegar al colapso porque somos más vulnerables», recordaba hoy el presidente del Principado, Adrián Barbón, durante la rueda de prensa en la que han ido desgranando las nuevas medidas y los motivos para establecerlas.

«Esta situación de incremento de riesgo en la presión asistencial nos alerta en el sentido de tener que tomar medidas más avanzadas», indica Cofiño, que también ha reconocido que el planteamiento inicial en todo caso era esperar una semana más para ver el impacto de los cierres perimetrales porque «sabemos que, de alguna forma, han tenido cierto éxito por ejemplo en la no transmisión de incidencias altas a otros municipios, que tienen una situación sostenida, pero con los datos actuales que tenemos y que vamos a tener de presión asistencial teníamos que dar un paso adelante».

Es cierto que los contagios diarios, tras varios récords consecutivos, han ido descendiendo en las últimas dos jornadas, pero han coincidido en fin de semana. Además, el continuo aumento de pacientes tanto en planta como en UCIs, de no tomarse estas nuevas medidas de las que Cofiño ha indicado que «realmente son las que adoptamos el 14 de octubre pero con un marco de obligatoriedad en vez de recomendación», podría haberse estabilizado en esta peligrosa situación actual. «Eso supondría acumular más casos y posiblemente más hospitalizaciones y más personas en situación de riesgo en las próximas semanas por lo que la indicación es tomar medidas de la forma más urgente posible cerrando espacios para limitar la movilidad y la interacción social, que son los elementos claves para la propagación del virus y el incremento del riesgo», según Cofiño.