El escaso margen de Barbón para aprobar nuevas restricciones

Luis Fernández
Luis Fernández REDACCIÓN

ASTURIAS

El presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón
El presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón Alberto Morante

Las medidas en Asturias son de las más duras del país y el Gobierno central se niega a aprobar el confinamiento domiciliario. Tras un fin de semana de récord de contagios y fallecimientos, el Principado debe decidir si reabre el comercio

16 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Adrián Barbón pasa por uno de los momentos más delicados desde que es presidente de Asturias. Tras una primera ola en la que la región aguantó relativamente bien las embestidas del coronavirus, la pandemia golpea ahora con mucha más fuerza de la que esperaban las autoridades sanitarias. El Principado es una de las comunidades con las restricciones más duras del país, pero a pesar de ello, el virus sigue desbocado. Y el margen del líder del Ejecutivo para aprobar nuevas medidas que ayuden a frenar la expansión de la Covid-19 es escaso. Pedido al Gobierno central el confinamiento domiciliario -y denegado, al menos de momento-, son pocas las cartas que tiene encima de la mesa. En este contexto, el fin de semana batió un triple récord: de contagios (793), de fallecidos (23) y de tasa de positividad (11,45%). Pese a ello, las presiones para que reabra parte de la actividad económica se multiplican y hoy debe decidir si flexibiliza su postura y permite una apertura, con limitaciones, del comercio.

Un análisis de las restricciones aprobadas por el resto de comunidades evidencia que Asturias es una de las que tiene en vigor las medidas más duras. Sus tres principales concejos están cerrados perimetralmente, lo mismo que el conjunto de la región; el toque de queda abarca el horario más amplio que permite el estado de alarma -de 22.00 a 6.00 horas- y está cerrada toda actividad no esencial. Además, el Gobierno autonómico también ha hecho varias recomendaciones a la ciudadanía para que se autoconfine y que limite sus relaciones sociales a una burbuja de seis personas. El Principado ha instado al teletrabajo y ha recomendado unas franjas horarias de paseo: de 6.00 a 9.00 y 18.00 a 21.00 horas para los menores de 65 años. Y por otro lado de 9.00 a 12.00 y de 15.00 a 18.00 para mayores de 65 años, personas dependientes o con patologías. Pero parece que todo esto no es suficiente. 

Descartado, por el momento, el confinamiento domiciliario debido a la negativa del Gobierno central, son pocas medidas las que puede tomar. Solo hay dos en toda España más restrictivas que las que están en vigor en Asturias. Por un lado, la que tiene Galicia de prohibir en 60 concejos toda reunión con personas que no sean convivientes, y la de la provincia de Burgos, que reduce a tres personas no convivientes el número que puede juntarse en reuniones.

Otra opción que permitiría reducir la movilidad y la interacción social, que son los dos grandes objetivos que repiten insistentemente las autoridades sanitarias, es ampliar los cierres perimetrales a otros concejos además de Oviedo, Gijón y Avilés o que estos sean incluso por barrios. Algo así ocurre en Galicia, donde además de las localidades más pobladas, la Xunta ha ampliado los cierres a sus municipios limítrofes.

Entre las posibilidades que sí podría adoptar el Principado están medidas en el transporte público regional y en los centros educativos, pero el Gobierno autonómico ha defendido que no existe constancia de brotes importantes en esos escenarios y, por lo tanto, no parece probable que se tomen nuevas medidas en esa línea.

Confinamiento domiciliario

El Gobierno central ya ha explicado en varias ocasiones que las medidas aprobadas en Asturias son duras y que deben dar sus frutos. Por ello, se niega a modificar el estado de alarma para que este permita el confinamiento domiciliario. A pesar de su negativa, el vicepresidente del Principado, Juan Cofiño, repitió la semana pasada que volverán a pedir la medida si no logran doblegar la curva.

Nuevas medidas en Europa

El coronavirus se está cebando con Asturias, pero la región no es una excepción. Aunque el conjunto de España parece que empieza a controlar la situación y el número de casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días lleva dos jornadas bajando, en Europa la situación sigue siendo alarmante.

Por este motivo son varios los países que ya han aprobado el confinamiento domiciliario que rechaza España. El último ha sido el Gobierno griego, que ha decretado el cierre de la enseñanza primaria y guarderías después de que hace una semana lo hiciera con la secundaria. El país ya está confinado parcialmente.

También Austria acaba de anunciar que pasa de toque de queda nocturno a un confinamiento total en el que solo hay unas pocas excepciones como hacer ejercicio o la compra.

 Presión en Asturias

En este delicado momento, Barbón debe decidir si levanta levemente la mano o si la cierra todavía más. Todo parecía indicar que el pasado viernes anunciaría una reapertura del comercio minorista, con restricciones de aforo y superficie y horario especial para los más vulnerables, pero los datos epidemiológicos, con récord de contagios, aumento de fallecidos y el sistema sanitario en alerta máxima, le hicieron replantearse sus intenciones.

Los ayuntamientos asturianos, especialmente los de Oviedo y Gijón, y los empresarios presionan para que se retome la actividad. En Avilés y en las cuencas ha habido encierros reclamando una relajación de las medidas. En este escenario se reúne hoy el comité de crisis de la covid-19. Posteriormente a ese encuentro, a las 17.30 horas, Barbón dará una rueda de prensa en la que anunciará sus planes.