Una enfermera que vacuna contra la Covid-19: «Priorizamos el trabajo a nuestra vida personal para acabar con la pandemia»

Nel Oliveira
Nel Oliveira REDACCIÓN

ASTURIAS

Uno de los equipos vacunando en una residencia
Uno de los equipos vacunando en una residencia

Los grupos de vacunación, formados por voluntarios, inoculan las dosis de Pfizer mañana, tarde y festivos: «Creíamos de verdad que era importante hacer ese esfuerzo. Así que se hizo y ha sido muy gratificante. La gente lo estaba esperando»

18 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras largos meses de espera, la vacuna contra la Covid-19 ya es una realidad. El pasado 27 de diciembre comenzó en Asturias la campaña de vacunación con las primeras dosis de Pfizer. La meta para este año, según el presidente del Principado, pasa por inocular al 65% de los asturianos para alcanzar así la inmunidad de rebaño. En esta tarea trabajan mañana y tarde los 50 equipos de vacunación, formados por 148 profesionales, que tiene la comunidad. «Hay mucha esperanza con la vacuna. Llevamos mucho esperando por ella», explica Ruth Álvarez, coordinadora de vacunación para los centros sociosanitarios del área VIII (Hospital Valle del Nalón).

En esta área sanitaria trabajan sin descanso doce equipos de vacunación. «Hemos estado mañanas y tardes con un tiempo mínimo de parada con tal de poder vacunar al mayor número posible cada día», señala Álvarez. La disponibilidad, dedicación y entrega por parte de todo el equipo está siendo máxima. Cabe destacar que todos los profesionales que integran los equipos han sido voluntarios. «Era algo esperable. Todo el personal sanitario llevamos sufriendo muchos meses y la vacuna es la luz al final de túnel», asegura la coordinadora. «Teníamos muchas ganas y muchas esperanzas de que comenzara el proceso de vacunación, deseando que llegaran las dosis y ponerlo todo en marcha».

Como se suele decir, la profesión va por dentro. «Tenemos tantas ganas de terminar con la pandemia que priorizamos antes el trabajo a nuestra vida personal», cuenta emocionada Ruth Álvarez. «¿Vas a vacunar menos porque sea festivo? Pues no, vacunamos porque creíamos de verdad que era importante hacer ese esfuerzo. Así que se hizo y ha sido muy gratificante. La gente lo estaba esperando», remata.

¿Cómo es un día normal de vacunación?

En primer lugar, los grupos trabajan de dos formas distintas. Por un lado están los que vacunan al personal de primera línea y por otro el que se desplaza a las residencias. No obstante, el proceso en ambos casos es muy parecido. «Lo primero que hacemos en el día es ir al punto donde tenemos almacenadas las vacunas en el área sanitaria, y que conocemos pocas personas», explican los profesionales sanitarios.

A continuación, cogen tantas dosis como sean necesarias para ese día. «Cada una tiene nombres y apellidos, que sabemos desde el día anterior». Llevan las dosis al punto de vacunación, donde están los equipos esperando, «entonces empezamos a vacunar a las personas que estén citadas».  En el caso de las residencias es el equipo de vacunación el que se desplaza hasta el lugar con las dosis. Equipado, además, de un equipo de reanimación por si se encontraran con una reacción adversa a la vacuna.

«Tuvimos que recibir formación tanto en la forma de administración como en la forma de registro. La vacuna tiene unas características específicas, como por ejemplo el tema de la conservación, por eso desde el Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa) hubo una formación centralizada», señala Ruth Álvarez.  Aunque a la hora de inocular la vacuna es como cualquier otra, «es importante toda la logística del desarrollo del programa de vacunación. Todos teníamos que conocer las características y la peculiaridad de la vacuna porque eso te condiciona a la hora de organizarlo todo», añade Álvarez. Por ello recibieron varias sesiones online de un par de horas repartidas en varios días.

Contabilizan un 5% de rechazo hacia la vacuna

Según sus cálculos, un 5% de personas, entre trabajadores (3%) y residentes (2%), han rechazado la vacuna. ¿La razón?: «miedo o desconocimiento», apunta el personal sanitario. No obstante, los que la reciben aseguran estar encantados. «Bendita vacuna, nos dicen».

A los que no quieren ponerla, «les diríamos que hay que pensar un poco en los demás y no tanto en uno mismo. O lo hacemos o esto no va a tener solución a corto-medio plazo. Todos debemos tener una responsabilidad individual y respetar las recomendaciones sanitarias», explica Álvarez. El porcentaje de rechazo es anecdótico y la aceptación está siendo magnífica. «Hay mucha esperanza con la vacuna. Por ejemplo, los residentes de los centros no han podido tener visitas en muchos meses y han visto muy reducida su actividad. Hay ganas de que esto se pueda solucionar y es a través de la vacuna. Está muy bien acogida»

En definitiva, tras tres semanas de vacunación intensa el personal sanitario del área VIII considera que el esfuerzo está siendo muy gratificante. «Nos quedamos con la esperanza y la gratitud de haber puesto nuestro granito de arena para que terminar con la pandemia de una vez por todas».