Manadas, daños y batidas: así está la cuestión del lobo en Asturias

E. G. B. REDACCION

ASTURIAS

Un ejemplar de lobo.Un ejemplar de lobo
Un ejemplar de lobo CSIC

Tras la polémica decisión sobre su protección, la actualización de la estrategia nacional para la gestión de la especie pretende garantizar una coexistencia «justa» con la ganadería extensiva

15 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

«El debate no está en elegir entre lobo o ganadería, sino en cómo garantizar de forma eficaz y justa una coexistencia con los ganaderos predecible para las instituciones, solvente para el lobo y, sobre todo, solidaria para con las familias que viven en zonas donde hay grandes depredadores». Son declaraciones de la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, que dan en el clavo de la cuestión del lobo por mucha polémica que haya causado la decisión de la Comisión Estatal para el Patrimonio Natural de incluir al lobo ibérico en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre).

Teniendo en cuenta que se trata de un conflicto social que existe desde siempre en cualquier parte del mundo en donde coexistan lobos -una de las especies clave para que los ecosistemas no se colapsen- y actividad ganadera, lo cierto es que en Asturias su caza no está permitida desde hace décadas salvo en los controles de población que podrían seguir contemplándose -como decía el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán- en la actualización de la Estrategia para la Conservación y Gestión del Lobo en España que está elaborando el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

Lo cierto también es que, pese al rechazo a esa decisión de las partes implicadas -ecologistas incluidos por considerar que la especie debe estar también en el Catálogo Español de Especies Amenazadas-, el modelo actual de gestión del lobo en España no resulta eficaz porque sencillamente no ha resuelto el conflicto. El ministerio de Ribera, con la actualización de esta estrategia, aspira, por un lado, a conservar la especie en línea con el régimen de protección que tiene en la Unión Europea (UE) y, por otro, ofrecer una mayor seguridad y rentabilidad a la ganadería extensiva.

Esa nueva estrategia, en cuya elaboración participarán todas las partes implicadas, parte de un borrador en el que, de mano, se plantea un marco estatal común para gestionar con equilibrio ecológico la población de lobo ibérico en toda la península y para tramitar los pagos por daños.

En Asturias, a falta de que los datos del programa de gestión del lobo para el periodo de 2019 y 2020 sean definitivos, esto es lo que se sabe en los últimos años sobre la especie y su coexistencia con la actividad ganadera.

¿Cuántos lobos hay en Asturias?

El plan de gestión del lobo en Asturias -el primero se puso en marcha en 2002- establece siete zonas de actuación que abarcan el 70% de la superficie del Principado: noroccidental, Palo-Esva, suroccidental, centroccidental, central, centroriental y Picos de Europa. Las siete, según los datos de informe del plan de gestión de 2017-2018, sumarían entre 40 y 45 manadas -cinco probables grupos adicionales- , de las que 31 son reproductoras. La zona centroccidental tendría el mayor número de manadas, ocho, seguida con seis cada una por el noroccidente, Palo-Esva y suroccidente. Son las más extensas en superficie.

En enero, cuando se prorrogaba el programa de 2019 y 2020, desde la consejería de Medio Rural y Cohesión Territorial se matizaban esos datos al indicar que, en 2017, había 41 manadas y, en 2018, 40, «cifras que se mantienen estables desde hace un lustro».

El último censo global del lobo ibérico en España se realizó entre 2012 y 2014 -el anterior es de 1987-, cuando se calculó que existían 297 manadas. Este censo, al igual que el análisis que se realiza sobre cada periodo de vigencia de un programa de gestión en Asturias, habla de manadas, no de ejemplares. No se sabe cuántos ejemplares hay en cada manada y, por ello, calcular un número aproximado de lobos en Asturias no es simple. De esas casi 300 manadas del último censo nacional elaborado hace ya siete años, alrededor de 35 estarían en Asturias.

En los últimos años también se ha calculado que en España existen entre 1.500 y 2.000 lobos, agrupados en esas 300 manadas que se calcularon en 2014, con lo que grosso modo podría decirse que cada una tiene una media de entre cinco y siete ejemplares. Es decir, que en Asturias, según los datos oficiales de las manadas, podría haber unos 200 ejemplares de lobo ibérico. La estrategia nacional que se está elaborando, en todo caso, plantea realizar un nuevo censo entre este año y el que viene.

¿Cuáles son los daños del lobo en Asturias?

Al prorrogarse el programa actual de gestión en enero, se aportaba también otro dato: los ataques del lobo se redujeron entre 2014 y 2018 en más de 1.300 reses. A falta de los datos definitivos de los 2019 y 2020, en el informe del plan de 2017 y 2018 se muestra la evolución de los daños en la cabaña ganadera entre 2012 y 2018. No se aportan expedientes, sino animales afectados. Así, en 2018 fueron 3.317 cabezas de ganado con el siguiente desglose: 1.018 de equino, 967 de ovino, 856 de bovino y 475 de caprino.

En 2017 se habían denunciado ataques a 3.839 animales y, en 2014, que fue el año de toda la serie con mayor número de cabezas de ganado atacadas, 4.645. Por zonas, el descenso se aprecia en todas ellas salvo un ligero incremento en la zona noroccidental que, en el cómputo global, apenas se percibe porque supuso un 7% del total.

En estos datos hay que tener en cuenta que, según la encuesta ganadera que elabora cada año el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en 2018 había en Asturias 391.087 cabezas de ganado bovino, mientras que las cifras son mucho menores -y además con una acusada tendencia a la baja- en ovino y caprino: 69.125 ovejas y 45.282 cabras.

¿Cuánto cuestan los ataques del lobo al año?

Las indemnizaciones por daños también vienen disminuyendo. En 2018, por esas 3.317 cabezas de ganado, los daños por la depredación del lobo se valoraron 889.549 euros. Un 11% menos que en 2014 y 2013, cuando fueron poco más de un millón de euros. 

El sector ganadero en Asturias siempre se viene quejando de que las indemnizaciones «llegan tarde y mal». Desde el ministerio se defiende que, con la nueva estrategia nacional, se pretende establecer sistemas de peritación homogéneos y pagos ágiles y justos.

También se pretende priorizar la protección y mejora del ganado con fondos públicos y, cuando a pesar de las medidas preventivas los ataques sigan existiendo, se agilizarán «los mecanismos de gestión de las poblaciones de lobo en base a criterios comunes que cuenten con el suficiente respaldo legal y técnico tanto para las administraciones involucradas como para los particulares».

¿Cuántos lobos se cazan legalmente en Asturias?

En enero, la Consejería de Medio Rural y Cohesión Territorial decidía prorrogar durante medio año, como máximo, el Programa de Actuaciones de Control del Lobo en el Principado, que se había puesto en marcha a finales de septiembre de 2019 y que autorizaba la caza legal de 42 ejemplares. No obstante, los lobos abatidos en ese periodo de 15 meses fueron 24.

En el periodo de 2017-2018 habían sido 23, aunque también hay que sumar 11 lobos muertos por otras causas (tres por atropello, dos por lazo y seis no constan). En este periodo, dentro de estos controles de población, se realizaron 64 batidas en el oriente de Asturias, Los Oscos, Navia, Castrillón, Illas y Corvera.

En ellas participaron cazadores, como está previsto en el plan de gestión, que dieron como resultado cuatro lobos muertos en el oriente. En el mismo periodo también se dieron 177 autorizaciones de disparo en las cacerías de las reservas regionales con otros cinco lobos cazados. De los 23 ejemplares abatidos legalmente entre 2017 y 2018, los 14 restantes lo fueron por agentes del Medio Natural.

¿Dónde se realizan más controles de población?

En la zona de Palo-Esva, según el análisis del plan en 2017 y 2018, es donde más lobos se abatieron en los años anteriores a ese periodo. En 2018 había seis manadas confirmadas. En la zona suroccidental, en la que este mismo análisis apunta a la presencia de nueve manadas en 2017, eran seis en 2018 y, aunque «la incidencia de los daños sigue siendo relativamente baja la conflictividad social generada no ha cesado, quizá como conciencia de la diferencia respecto al periodo 2011-1006», cuando se calculaban 3,5 manadas de media.

En la zona noroccidental, según el análisis del plan en 2017 y 2018, no se habían previsto medidas de control del lobo pero en ese periodo sí se estableció un cupo debido a la presencia de nuevos grupos en Belmonte, Taramundi y los Oscos. En la zona centroccidental, que históricamente es la tercera en daños, se calcula que las manadas se han estabilizado entre siete y ocho.

En la zona centroriental «parece haberse incrementado» respecto a periodos anteriores (ocho grupos en 2018) mientras que en Picos, con una importante densidad de ganado menor dedicado a la producción de leche para elaborar quesos, se calculaban cuatro manadas. A estas siete áreas se suman aquellas de distribución esporádica en las que, según el propio análisis del plan del lobo, se genera una alta conflictividad social «más si consideramos que son áreas con una vocación ganadera fuerte» en las que la presencia de estos grandes depredadores se ha incrementado en las últimas décadas. En estas zonas, el control se desarrolla permanentemente y sin limitación de cupo.