El Principado ofrece un sinfín de alternativas para aprovechar el buen tiempo sin tener que estar en la toalla junto al mar
12 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Llega el calor y con él las ganas de darse un buen chapuzón. Una gran oportunidad para estrenar el bañador, pero no a todo el mundo le gusta acudir a la playa para disfrutar del verano. Por eso, el Principado es el destino ideal puesto que ofrece un sinfín de alternativas para aprovechar el buen tiempo sin tener que estar en la toalla junto al mar. Desde piscinas naturales hasta ríos donde es apto el baño, incluso cascadas con encanto permiten refrescarte mientras disfrutas del idílico paisaje. Además, en ocasiones, para acceder a estos lugares hay que realizar una pequeña ruta por lo que se puede convertir en el plan perfecto.
Una playa del interior
Si el calor aprieta en el interior de la región, Asturias ofrece la posibilidad de ir a la playa, pero sin que esta tenga arena u olas. Una de ellas se encuentra en la localidad allerana de Llanos, a tan solo 40 minutos de Oviedo y 20 del Puerto de San Isidro. Perfectamente señalizada y hecha en el mismo río, esta playa fluvial más conocida como El Cherón de Kiko es ideal no solo para zambullirte en sus aguas cristalinas sino para disfrutar de una tarde de verano en familia. Cuenta con una extensa área recreativa, ya que el bar que allí se encuentra y que también reparte comidas, ha instalado mesas y sombrillas, así como barbacoas por toda la finca. También hay una zona de juegos para los más pequeños de la casa.
En la ribera del Sella
En Aballe, uno de los pueblos con más encanto de la ribera del Sella, existe una playa fluvial, concretamente cerca de la iglesia. Además, este Pueblo Ejemplar de Parres, catalogado así en 2013, permite que cualquier turista conozca la esencia de una aldea asturiana puesto que está conformada por casas con corredores, así como hórreos y paneras. También pueden apreciar la variedad de ganado y cruzar el río de un lado a otro a través de una pasarela colgante. En definitiva, se trata de un entorno natural único que además está a tan solo media hora del Parque Nacional de Picos de Europa.
Bañarse reunido con xanas y trasgos
En el interior del concejo marinero de Castropol, hay una misteriosa ruta que comienza en las antiguas escuelas situadas entre Piantón y Vilarín y que te adentra en un frondoso bosque autóctono. Después de recorrer casi tres kilómetros con un desnivel de 160 metros, toca descender por una pendiente para llegar al río donde se encuentra uno de los lugares más mágicos de Asturias. Se trata de la cascada de Cioyo, un salto del agua de 30 metros de altura que a sus pies rebosa el agua cristalina.
Un paraje de ensueño que guarda una estrecha relación con la mitología asturiana. Cuenta la leyenda que una xana que habitaba el bosque se quedó enamorada de un mozo que cada día bajaba al río a dormir la siesta. Pero, una tarde de tormenta hizo que el intenso caudal se llevase río abajo al joven que vio cómo su vida peligraba puesto que iba a despeñarse por la cascada de Cioyo. Sin embargo, la xana utilizó su magia para crear una pequeña poza al final del salto y, así, salvarle la vida.
Chapuzón prerrománico
Aunque parezca mentira, en la capital asturiana también es posible darse un chapuzón en una playa. Rodeada de una abundante y frondosa vegetación, esta se encuentra en la localidad de Trubia y ha sido formada por el río Nora. Además, este afluente del Nalón, a lo largo de su recorrido por el municipio, va dejando diferentes enclaves ideales para refrescarse y desconectar un rato mientras se disfruta del paisaje verde tan característico del Principado, así como del prerrománico que lo rodea.
Talasoterapia en Tapia
También es posible hacer talasoterapia en el Principado. Este método terapéutico basado en el medio y el clima marino es posible llevarlo a cabo en Tapia de Casariego. Este concejo de la costa occidental de Asturias cuenta desde hace siete años con una piscina de agua salada donde puedes bañarte con unas impresionantes vistas, puesto que a su alrededor se sitúan los acantilados. Además, es posible tomar el sol con todas las comodidades, ya que cuenta con una zona recubierta de madera, ideal para que jueguen los niños. Una experiencia más que saludable que es imposible resistirse a ella.
