Daniel López Acuña: «Con tantos contagios, existe el riesgo de que surjan nuevas variantes amenazantes»

Elena G. Bandera
Elena G. Bandera REDACCION

ASTURIAS

Daniel López Acuña, exdirector de Acción Sanitaria en Crisis de la Organización Mundial de la Salud y consultor independiente en Salud Pública y Asistencia Humanitaria
Daniel López Acuña, exdirector de Acción Sanitaria en Crisis de la Organización Mundial de la Salud y consultor independiente en Salud Pública y Asistencia Humanitaria

El exdirectivo de la OMS aboga por completar ya la pauta de vacunación en el tramo de 60 a 69 años: «Yo no esperaría ni un día»

11 jul 2021 . Actualizado a las 05:05 h.

«Esta nueva ola debe tomarse con toda la cautela del mundo porque, aunque no genere la misma presión asistencial y mortalidad que las anteriores, sí va a generar presión en la atención primaria y riesgo de que, con tantos contagios, surjan nuevas variantes amenazantes». Daniel López Acuña, epidemiólogo y exdirector de Acción Sanitaria en Situaciones de Crisis de la Organización Mundial de la Salud (OMS), habla claro sobre lo que supone la actual escalada de contagios, que está concentrada en personas más jóvenes, «pero no exclusivamente porque también está afectando al grupo de edad de 30 a 49 años y tiene el potencial de extender el contagio al segmento de población de 60 a 69 años que aún no está vacunado».

-¿Qué nos ha llevado a esta quinta ola?

-Un problema estructural que viene arrancando desde hace prácticamente dos meses, cuando se levantó el estado de alarma, se quitó la restricción del toque de queda, de los confinamientos perimetrales, se liberó el ocio nocturno, se relajaron los límites de las actividades sociales que multiplican la interacción, se quitó el uso de la mascarilla… Todo esto nos ha llevado a interacciones sociales desprotegidas en el grupo menos protegido por la vacunación y el grupo que más se aglomera, se reúne y actúa desprotegidamente. La combinación es la crónica de una ola anunciada.

-¿Fue un error levantar la obligación de llevar mascarilla en exteriores? ¿Falta pedagogía para explicar que hay que seguir llevándola si no se puede mantener una distancia mínima interpersonal de dos metros?

-Fue un error y falta pedagogía. Totalmente. No se explicó bien y después se quiso remendar diciendo que siempre y cuando no se mantuviera la distancia física y siempre y cuando no hubiese aglomeraciones. La mayor parte de las circunstancias en una ciudad grande es de aglomeraciones en los centros urbanos, en las calles peatonales…

-En los tramos de edad de 15 a 30 años se están alcanzando incidencias elevadísimas pero la mayoría de quienes se contagian o son asintomáticos o tienen síntomas leves. Habrá quien, por ello, le reste importancia…

-Son incidencias altísimas y hay que tener cuidado con eso. No hay que restarle importancia porque hay posibilidad de cuadros que se compliquen en jóvenes, que pueden llegar a tener que ingresar en hospitales, que pueden tener neumonías y que pueden referir ingreso en UCI. El riesgo no es cero. Puede ser menor que en las personas mayores, pero hay un riesgo. Y además hay un riesgo de contagio en personas mayores y también existe el riesgo de que con tanto contagio, con tanta incidencia, se desate la aparición de nuevas variantes.

«Es importante hacer un cribado dirigido en la población joven y yo valoraría el que hicieron en Navarra a pie de autobús, que dio un 50% de positividad»

-Asturias, en donde la incidencia entre 15 y 30 años se ha disparado por encima de 1.000 casos por 100.000 habitantes, tiene en marcha un cribado voluntario en el que, hasta el viernes, 17 de cada 100 testados daba positivo.

-Es importante hacer un cribado masivo en la población joven, un cribado dirigido. El 17% es una positividad altísima y yo valoraría hacer un cribado como el que realizaron a pie de autobús en Navarra, que dio un 50% de positividad. Estamos jugando con fuego y echándole gasolina al fuego. Tenemos que dirigir acciones como el cribado masivo, el diagnóstico precoz, el aislamiento de positivos, el hacer más pruebas diagnósticas, con medidas de salud pública, y tenemos que retomar medidas restrictivas que tienen que ver con el ocio nocturno, limitado o cerrado, con recomendar el uso de mascarilla en exterior, con limitar la interacción social desprotegida y con limitar la desprotección en eventos masivos. Lo que tenemos ahora mismo es un caldo de cultivo para que esto siga creciendo.

-¿Vacunar a los jóvenes es una solución para contener esta ola?

-No, no es la solución. La vacuna de los jóvenes es algo importante como la vacuna en todo el mundo, pero no es la solución para frenar estos brotes porque la vacunación tardará entre mes y mes y medio en tener efecto. Mientras tanto, tendríamos un mes y medio en el que la vacuna no generará esa inmunidad. La vacuna es una herramienta poblacional útil para los meses siguientes, sobre todo en el inicio del curso escolar, pero no para frenar estos contagios. Estos contagios se frenan con restricciones y con medidas de salud pública mientras se avanza en la vacunación.

«Las vacunas, en general, nos protegen del riesgo de severidad, de hospitalización y de fallecimiento pero no del riesgo de infectarnos y de contagiar»

-Este aumento de contagios pone en peligro a las personas de 60 a 69 años que, al haber sido vacunadas con AstraZeneca, siguen a la espera de recibir la pauta completa. A partir del 19 de julio se va a ajustar a 10 semanas su segunda dosis, pero hay quien aboga por que incluso se adelante a ocho semanas.

-La segunda dosis se les puede administrar con un intervalo con la primera de entre ocho y 10 semanas. Lo importante es vacunar ya mientras haya dosis. Hay que empezar a toda velocidad, yo no esperaría ni un día.

-Las vacunas son efectivas a la hora de reducir hospitalización y mortalidad, pero ¿una persona vacunada, ante esta nueva escalada de contagios, puede infectarse e infectar a otros?

-Sí. La realidad es que las vacunas, en general, nos protegen del riesgo de severidad, de hospitalización y de fallecimiento pero no del riesgo de infectarnos y de contagiar. Y con la presencia de la variante Delta hay aún más riesgo de infección y contagios especialmente si solo se tiene una dosis de la pauta.

-Hay fatiga pandémica pero el coronavirus sigue circulando y siguen surgiendo nuevas variantes.

-Es preocupante que sigan surgiendo y por eso hay que vigilar mucho. Cuanto más reduzcamos la incidencia, más haremos para que no surjan. En cuanto a la fatiga, hay que encontrar los caminos de motivación de la población a todas las edades y muy especialmente entre los jóvenes para que no sea sinónimo de irresponsabilidad en las conductas.

«Tenemos que tener cuidado con el incremento creciente de la variante Delta, una razón de más para extremar las medidas restrictivas en lo inmediato para evitar altos contagios»

-¿Cuál es el caldo de cultivo ideal para el coronavirus?

-Partiendo de que los virus mutan sí o sí, la probabilidad de que estas mutaciones deriven a nuevas variantes depende de si la incidencia es baja o alta y, en ese sentido, mientras tengamos incidencias altas con transmisión intensificada el riesgo de nuevas variantes sigue abierto y se va incrementando. Lo mejor que podemos hacer para que no haya variantes amenazantes es reducir la incidencia.

-¿Esta nueva ola podría entonces generar una variante propia?

-Sí, ese riesgo existe en España como en otros sitios del mundo en donde la intensidad de los contagios y la velocidad de la transmisión nos sitúa en una perspectiva de mayor probabilidad de surgimiento de nuevas variantes.

-Las nuevas variantes son cada vez más agresivas…

-La Gamma es muy agresiva y ha generado un gran número de casos, de fallecimientos y de infecciones en personas ya vacunadas en países como Argentina, Uruguay, Brasil, Chile y Paraguay.

-En Asturias la variante británica, Alfa, sigue siendo predominante, aunque el porcentaje de los nuevos positivos que se le atribuyen ha bajado al 80% mientras crece la Delta…

-Tenemos que tener cuidado con el incremento creciente de la variante Delta, que es entre un 40% y un 60% más contagiosa que la británica, que ya era el doble de contagiosa. En Europa, la variante Delta ya es predominante en Reino Unido, en Rusia y en Portugal, donde ha subido rápidamente. Por ello el escenario que plantea el Centro Europeo de Control de Enfermedades es que tendremos en agosto ente el 70% y el 90% de los casos debidos a esa variante.

-¿Y ese escenario qué implicaría?

-Pues alta contagiosidad, alta severidad y yo diría que razón de más para extremar las medidas restrictivas en lo inmediato para evitar altos contagios.

«Más que una tercera dosis de recuerdo, lo más probable es una nueva fase de vacunación pasados dos o tres años, pero dependerá de lo que aprendamos de la duración de la inmunidad»

-¿Estas nuevas variantes suponen que tardaremos más en deshacernos del virus?

-La realidad es que, por un lado, tenemos que hacer todo para vacunar lo más rápidamente posible a toda la población para tener al 70% o al 80% cuando menos cubierta y aspirar a algo que se acerque a la inmunidad de grupo. Siempre y cuando no nos surjan variantes que eludan las vacunas en mucho mayor grado de lo que está ocurriendo hasta ahora. Por otro lado, tenemos que recordar que estamos vacunando a estos ritmos en nuestros entornos, en las comunidades autónomas, en Europa, pero la vacunación es lentísima en el resto del mundo. En Africa ni el 2% de la población está vacunada y esto nos debe llevar a recordar que no hay islas y que tenemos una situación en la que dependemos de la situación pandémica en todo el mundo, no únicamente en nuestro país.

-¿Necesitaremos una dosis de recuerdo de las vacunas en un momento dado?

-No está claro. No sabemos cuál es la dimensión de la inmunidad y yo creo que el escenario más probable, más que una tercera dosis de recuerdo, es una nueva fase de vacunación pasados dos o tres años, pero esto depende de lo que aprendamos de la duración de la inmunidad.