Cómo está afectando la variante delta a las embarazadas

Elena G. Bandera
E. G. Bandera REDACCION

ASTURIAS

Una sanitaria de Barcelona le hace una ecografía a una embarazada que se va a vacunar
Una sanitaria de Barcelona le hace una ecografía a una embarazada que se va a vacunar

Son un grupo de vacunación prioritario al que ahora se recomienda tener la pauta completa a poder ser antes del tercer trimestre de gestación

21 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El pasado miércoles fallecía por coronavirus una mujer embarazada de unos siete meses tras un parto por cesárea en el hospital de Cabueñes de Gijón. La fallecida tenía 37 años y su bebé evoluciona favorablemente. La cesárea se programó a las pocas horas de que la mujer ingresara para salvarle. Tras el parto, el estado de la mujer, que había ingresado con dificultad respiratoria, siguió empeorando.

Pese a que la Consejería de Salud del Gobierno de Asturias no ha informado oficialmente de si estaba o no vacunada, lo cierto es que un día antes había fallecido también por covid otra mujer embarazada en Sevilla varios días después de dar a luz. No estaba vacunada contra el coronavirus y falleció a causa de un tromboembolismo pulmonar masivo, una de las patologías que está produciendo la variante delta del coronavirus. El bebé también se encuentra bien.

En lo que va de quinta ola de la pandemia, en la que la variante delta es predominante ya en buena parte de las comunidades autónomas como Asturias, ya han fallecido otras dos mujeres gestantes en Murcia y en comunidades como Cataluña se ha informado de que desde enero hubo más de 500 embarazadas ingresadas.

A principios de agosto las autoridades sanitarias hacían un llamamiento para alertar del riesgo añadido de la covid en las embarazadas, con un número de ingresadas en España en esta ola muy superior al de ondas anteriores de la pandemia. Y, aparte de recomendar sobre todo que se extremen todas las medidas de precaución en las familias que haya mujeres gestantes, se conminaba a que se vacunasen cuanto antes contra el virus, con independencia del mes de gestación en que se encuentren y a poder ser de manera que puedan tener la pauta completa antes del tercer trimestre de gestación.

Como de este virus se está averiguando nueva información continuamente y la campaña de vacunación comenzó cuando la variante delta no era predominante, vacunar a las embarazadas no había sido prioritario y se tuvo que cambiar la directriz que había hasta entonces. El riesgo, según los expertos, es mayor si se juntan factores como la obesidad o patologías previas, que empeoran la evolución de la infección por covid en estas pacientes.

En Estados Unidos, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades también tuvieron que hacer lo mismo al observar un número preocupante de futuras madres no vacunadas gravemente enfermas por el virus debido a las bajas tasas de vacunación. Esta actualización de la directriz de las autoridades sanitarias norteamericanas, que con anterioridad aconsejaban considerar la vacunación, también se basa en un estudio realizado con 2.500 embarazadas, que mostró que no hay un mayor riesgo de aborto espontáneo en las que recibieron al menos una dosis de Pfizer o Moderna antes de las 20 semanas de embarazo. El consejo de expertos en Obstetricia también va en la misma línea, teniendo en cuenta que ya se han vacunado a muchas decenas de miles de embarazadas y las vacunas están siendo seguras para ellas. Incluso ya empiezan a conocerse estudios que concluyen que no tienen peores reacciones que el resto de la población más allá de lo que se espera en la vacuna, como dolor en el brazo, fatiga o algo de fiebre. 

También siguen conociéndose los efectos de la infección por la variante delta del coronavirus, más transmisible y peligrosa, y, en principio, los cambios en las funciones corporales relacionados con el embarazo pueden explicar por qué el virus puede ser peligroso para las futuras madres, ya que incluyen una capacidad pulmonar reducida y ajustes en el sistema inmunológico que combate las enfermedades que protegen y ayudan al feto a crecer.

También hay estudios ya realizados que plantean que el virus puede aumentar los riesgos de parto prematuro. Por ejemplo, un reciente estudio de la Universidad de California publicado en The Lancet Regional Health-Americas, llega a la conclusión de las personas que se contagian durante la gestación se enfrentan a un mayor riesgo de tener un parto muy prematuro. Este riesgo, que ocurre con menos de 32 semanas de gestación, fue un 60% más alto para las mujeres infectadas con covid-19 en algún momento de su embarazo, mientras que el riesgo de un parto antes de las 37 semanas (todos los prematuros) fue un 40% más alto en aquellas con infección. 

En las que, además de covid, tenían hipertensión, diabetes y/u obesidad, el riesgo de parto prematuro aumentó un 160%. «Nuestros resultados señalan la importancia de las medidas preventivas para reducir la infección por covid-19 entre las gestantes para prevenir el parto prematuro, incluida la vacunación», decían los autores del estudio, que también analizaron más de 240.000 partidas de nacimiento documentadas entre . Otros expertos también han recordado que, durante el embarazo, se producen una serie de alteraciones hormonales y funcionales del sistema inmunitario que hace que las gestantes sean más vulnerables a infecciones virales, con mayores complicaciones asociadas y mortalidad que el resto de la población.