Qué puede esperar Asturias de la pandemia en otoño

ASTURIAS

F. Sotomonte

La comunidad llega al final del verano con altas coberturas de vacunación pero la incógnita del impacto de nuevas variantes

13 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Con el final del verano en el horizonte y el inicio del nuevo curso escolar, Asturias afronta la siguiente etapa en la lucha de la pandemia con una cierta esperanza. Los datos de incidencia y ocupación hospitalaria se encuentran entre los más bajos del país y la campaña de vacunación ha llegado a cotas muy altas de cobertura en la población general (más del 80% de los asturianos tienen la pauta completa). Sin embargo, la comunidad llega a la nueva estación como un gato escaldado después de que un verano muy positivo el año pasado terminara siendo el prólogo de la terrible segunda ola ¿puede repetirse esa situación, qué papel jugarán la protección de las vacunas o la aparición de nuevas variantes del virus?

En las últimas semanas se ha ido consolidando una constante de positivos diarios por debajo de los 50 casos. Para el exdirector de Salud Pública de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Daniel López-Acuña, «el hecho de que tengamos a población vacunada es extraordinariamente positivo para evitar muertes, hospitalizaciones, pero no nos va a proteger de nuevas infecciones o de contagios porque las vacunas no son esterilizantes y esto nos lo tenemos que grabar a fuego en la cabeza porque a veces se nos olvida. Pensamos que la vacuna lo resuelve todo y no, resuelve la severidad y resuelve la muerte y gracias a eso no ha habido la magnitud de fallecimientos o de ingresos o de ocupación de UCI que hubo en etapas anteriores pero no podemos pensar que estamos exentos de contagio y sería serio si surgiesen variantes nuevas».

Tras la británica, alfa, que se hizo predominante en Asturias a comienzos de año, llegó la delta (más contagiosa) y ahora subestirpes de la sudafricana o la Mu, con origen en Colombia, despiertan preocupación. Las variantes, más resistentes, con mayor capacidad de transmisión, seguirán surgiendo en la medida en que mucha población en otros países siga sin vacunar. En este sentido, el epidemiólogo Pedro Arcos, también director de la Unidad de Investigación en Emergencias y Desastres de la Universidad de Oviedo apunta que pese a que el foco del debate se ha puesto en las terceras dosis para determinados pacientes «la prioridad de salud pública sería usar las vacunas para otros países porque de nada te sirve tener al 90% de la población española vacunada si la semana que viene te llega una nueva variante. Mientras la circulación global a nivel general no sea mucho más pequeña sigues estando igual de expuesto lo que pasa».

Para Pedro Arcos, la tendencia de las últimas semanas debería ser la predominante en otoño si no hay sobresaltos, «lo que probablemente va a ocurrir es que sigamos teniendo casos, es posible que cuando se inicie la actividad completa ahora en septiembre haya algún repunte pero en todo caso serán pocos porque ya hay un porcentaje de población vacunada importante y el nicho, el hueco, que puede encontrar el virus es mucho más reducido». Para López-Acuña «hay que observar detenidamente cómo se comportan los contagios una vez iniciados el ciclo escolar. Asturias esta muy bien en esos momentos en incidencia general y por grupos de edad es la comunidad con los datos más bajos de España pero no es por la vacunación nada más, la razón por la que tenemos baja incidencia es porque hemos llevado a cabo hasta ahora medidas restrictivas más serias que en muchas otras comunidades».

Las limitaciones, las restricciones que han acompañado a la lucha contra la pandemia a lo largo del último año y medio son una de las principales preocupaciones de los asturianos que esperan poder levantarlas ¿será posible? Para Pedro Arcos sí, con una tasa de vacunación tan elevada «hay que ir quitándolas, el objetivo de la vacunación no es que no te infectes sino que no enfermes y esas restricciones dejan de tener sentido».

Para López-Acuña, si embargo, algunas limitaciones deberían mantenerse un tiempo: «en el momento en que la logremos hacer descender la incidencia a menos de 25 podremos ir aflojando en cuanto a restricciones pero siempre con una gran vigilancia para que al mínimo brote podamos identificar contactos y aislarlos, de lo que se trata es de no permitir que se restablezca la transmisión comunitaria», abogó por mantener en la escuela las mascarillas, distancias y las ratios del curso pasado en las aulas así como reforzar la campaña de vacunación frente a la gripe estacional.

Ambos expertos coincidieron en resaltar la importancia de que la autocita y las iniciativas de repesca permitan que se complete la vacunación de todas las personas que no hubieran podido ser localizadas o rezagadas

La otra pandemia

Pero hay otra pandemia paralela a la del coronavirus, y resultado además de las severísimas restricciones en la atención sanitaria que siguieron a la expansión del covid: los pacientes de otras patologías que han tenido que demorar diagnósticos o intervenciones, el aumento de la asistencia telefónica en atención primaria.

En este sentido Pedro Arcos destaca que hay cifras demoledoras, cita a la Sociedad Española contra el Cáncer para advertir que durante la pandemia alrededor del 30% de los tumores no se diagnosticaron, o que según los publicados por el observatorio del sistema de salud del ministerio, siete de cada diez consultas de atención primaria se han hecho telefónicamente; sólo tres de cada diez fueron presenciales.

«Eso es tremendo porque diagnosticar telefónicamente procesos es imposible, ahí hay una carga de enfermedad y de mortalidad que habría que empezar a abordar. Ahora mismo las autoridades sanitarias deberían focalizarse en recuperar la actividad habitual de diagnóstico», apunta el director de la Unidad de Investigación en Emergencias y Desastres de la Universidad de Oviedo quien añadió también que «otro 30% de procesos de cardiología intervencionista se han dejado de hacer y muchos tratamientos crónicos han dejado de seguirse, ahí hay una carga de enfermedad y mortalidad muy importante y esa debería de ser la preocupación ahora, no el covid».