La declaración de uno de los presuntos sicarios, clave para reconstruir el crimen de Ardines

La Voz REDACCION

ASTURIAS

Los acusados, en segundo término, durante el juicio del caso Ardines
Los acusados, en segundo término, durante el juicio del caso Ardines Eloy Alonso | EFE

Los investigadores explican que Djilali B. reconoció los hechos tras su detención

08 nov 2021 . Actualizado a las 13:41 h.

La Guardia Civil pudo reconstruir la trama urdida para asesinar al concejal de IU en Llanes Javier Ardines a partir de la declaración de Djilali B., uno de los dos supuestos sicarios, según ha manifestado este lunes una responsable de la investigación.

En la cuarta sesión del juicio con jurado que se celebra en la Audiencia Provincial de Oviedo, una agente de la Guardia Civil ha dicho que, tras su detención, Djilali B. reconoció los preparativos y la ejecución del crimen, cometido en la parroquia llanisca de Belmonte de Pría el 16 de agosto de 2018, y que exigió una compleja investigación durante seis meses.

Según manifestó, viajó a Llanes el 27 de julio de 2018 para hacer un reconocimiento del terreno y estudiar la forma de abordar a Ardines. Tras un primer intento fallido el 1 de agosto, Djilali B. y Maamar K. habrían cometido el crimen tras tender a la víctima una emboscada con la colocación de unas vallas para obligarle a bajar del coche y atacarle.

Asimismo, las pruebas que condujeron a los investigadores hasta Maamar K. fueron el posicionamiento de su teléfono móvil, el hallazgo de dos espray de pimienta en su domicilio y los posteriores desplazamientos que realizó a Argelia o Suiza.

Según ha explicado el jefe de la Policía Judicial de la Guardia Civil de la Comandancia de Gijón, en la misma mañana del crimen, Maamar K. realizó dos llamadas al otro presunto sicario, Djilali B., quien a su vez efectuó ese mismo día un centenar de llamadas al supuesto intermediario.

Además, Maamar K. realizó el 18 de noviembre, tres meses después del crimen, un viaje a Argelia desde el puerto de Valencia que pagó con 600 euros en efectivo para no dejar rastro, según los investigadores.

El 23 de diciembre regresó a España y volvió a irse el 14 de enero de 2019 a Suiza con la intención de eludir una posible acción policial, ha añadido el agente.

El jefe de la Policía Judicial ha explicado que en el domicilio del presunto sicario hallaron dos botes de espray de pimienta de defensa personal cuya composición química coincide de forma mayoritaria con la encontrada en las vallas con las que le prepararon la emboscada a Ardines para obligarle a bajarse del coche y atacarle.

Aunque a los investigadores les llamó la atención que en el asesinato no se utilizara un arma blanca, el agente ha apuntado que Maamar K. contaba con antecedentes por robos con violencia y robos con fuerza, de forma que su perfil podría encajar con el tipo de ataque, un golpe en la cabeza con un objeto contundente y estrangulamiento con el antebrazo.

Por otra parte, la agente de la Guardia Civil también ha comentado que en las diligencias no incluyeron el interrogatorio completo de una mujer que mantuvo relaciones sexuales con Ardines la víspera del crimen y de la que apareció ADN en la escena del crimen, para proteger su intimidad, la de su entorno y no aumentar el daño a la viuda y sus dos hijos. Los agentes hallaron sus restos biológicos tanto en las uñas del edil como en una de las vallas, un perfil genético que la investigación atribuyó a una «transferencia» del propio concejal asesinado.

El único ADN que se halló fue de Ardines y el de la mujer con la que mantuvo relaciones sexuales la víspera. A este respecto, el abogado defensor de Pedro N.A., acusado de ser el inductor del crimen por celos tras descubrir que su esposa y Ardines mantenían una relación en secreto, ha cuestionado que la investigación no incluyera en las diligencias todo el interrogatorio a la otra mujer con la que Ardines mantenía relaciones sexuales de manera frecuente, y tampoco se interrogara a su novio.

La agente ha mantenido que no tenían por qué dudar del testimonio de esta mujer, al igual que tampoco dudaron de las dos declaraciones que prestó la esposa del presunto inductor, quien en un primer momento mintió al negar que mantuviera una relación con Ardines y sostener que sólo tenían «conversaciones picantes» por la confianza que ambos tenían.

Fueron la viuda y la hija del concejal los que pusieron a los agentes sobre la pista de Pedro N.A., después de que éste les enviara el audio de la conversación entre su mujer y Ardines que grabó en secreto en diciembre de 2017, y con la que confirmó sus sospechas de infidelidad, informa Efe.