El valle del Narcea recupera una antigua rosa única en el mundo

Elena G. Bandera
E. G. Bandera REDACCION

ASTURIAS

Tiene además un alto valor para el mercado de lujo de la perfumería y su cultivo ya está en marcha de mano de investigadores del CSIC con el objetivo de aportar un nuevo e interesante recurso agrario en Cangas del Narcea

31 mar 2022 . Actualizado a las 20:34 h.

Es una rosa única en el mundo y es la primera española que se utilizará en la industria de la perfumería. Se llama rosa Narcea en honor al concejo del que es originaria y del que ha sido recuperada y analizada genéticamente por un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) para abrir un nuevo e interesantísimo nicho de mercado en el valle del Narcea a través de su cultivo y su extracción. Sus aplicaciones son amplias y van desde la industria de alta perfumería y cosmética, en la que ya hay importantes firmas interesadas en hacerse con los aceites esenciales que resulten de la rosa Narcea, hasta la medicina, la farmacología o la gastronomía.

«Partíamos de dos ejemplares que se conservaban, muy antiguos, y creemos que el primero de ellos es incluso anterior a 1832», explica la investigadora Carmen Martínez, que lo tenía en el jardín de la casa familiar de la localidad de Carballo/Carbachu. Se dio cuenta de su alto valor en un viaje a Bulgaria, que junto a Francia es uno de los dos países europeos en los que existe un número muy reducido de variedades de rosas antiguas, muy valoradas en un mercado de lujo como es la perfumería para la elaboración de aceites esenciales. El olor de estas rosas es inconfundible.

El cultivo de la rosa Narcea, cuyo color y aroma son especiales, introduce a Asturias en este exquisito y reducido mercado. Solo brota en mayo y su recogida se realiza de forma manual, durante la noche, para que los pétalos no pierdan su olor. A medida que las flores van abriendo, hay que ir recolectándolas cada día a lo largo de varias semanas.

Un litro de aceite esencial cuesta 16.000 euros

Las muestras de aceite de esta recuperada rosa asturiana ya han sido analizadas en diversos laboratorios de España y del extranjero. Para producir un litro de aceite esencial hacen falta al menos tres toneladas de sus pétalos. Un litro de aceite esencial cuesta 16.000 euros. «Con ese litro se pueden hacer muchísimos perfumes y de mucho valor porque es el mercado del lujo», recuerda Martínez, que este jueves mostraba al consejero de Ciencia, Innovación y Universidad, Borja Sánchez, tres de las cuatro parcelas experimentales en las que la rosa Narcea ya está plantada con la idea de poder realizar una primera recolección a partir de la segunda semana de mayo.

Son muchas las particularidades del cultivo de esta rosa única en el mundo. Los residuos que resulten de su procesado también tienen un alto valor para la farmacología y la industria alimentaria al ser ricos en compuestos de interés. Los investigadores del CSIC, que han creado una spin off denominada Aromas del Narcea para comercializar aceites y otros derivados, comenzaron a plantar los primeros ejemplares, procedentes de esquejes y plantas in vitro, en marzo de 2020, en plena pandemia.

A diferentes altitudes

«Llevamos varios años estudiándola y el objetivo es cultivarla en exclusiva en el valle del Narcea, en el que tiene un alto nivel de adaptación al ser originaria de la zona», explica Martínez. Cultivarla con la colaboración de los agricultores, los propietarios de la zona y el Ayuntamiento de Cangas del Narcea, además de llevar a cabo el procesado de extracción in situ, puesto que otra de las particularidades de las rosas es que no se pueden trasladar porque se deterioran. Las fincas en las que ya está cultivada están situadas a 500, 700 y 1.200 metros de altitud en Carballo/Carbachu, Cibea y Genestoso/Xinestosu.

Las distintas altitudes permitirán comprobar las mejores condiciones de desarrollo de los rosales. «Creemos que en función de la altitud también puede haber mayor o menor concentración de esos compuestos de interés y los aceites esenciales pueden ser de diferentes calidades», añade la investigadora.

El objetivo es llegar a cultivar hasta 50 hectáreas. Antes del cultivo de la primera parcela se puso en práctica la técnica de multiplicación del rosal, con un sistema diferente al de las rosas antiguas que se cultivan también en Francia y Bulgaria.

Los beneficios para el concejo son muchos: aporta un nuevo recurso agrario en la zona, que además es original, único, distinto y de alto valor, y refuerza el paisaje del valle en el que también se cultivan viñedos. «Los terrenos del viñedo no funcionan con la rosa, pero permitirá compaginar el cuidado de los cultivos», indica Martínez, que también pone en valor la atracción que supondrá para el turismo un valle lleno de rosas únicas en el mundo.