El purín se podrá esparcir con abanico, cañón o plato en zonas de alta montaña

Maruxa Alfonso Laya
M. ALFONSO REDACCIÓN

ASTURIAS

alvite

El Ministerio de Agricultura saca a exposición pública el nuevo borrador del decreto de fertilización, al que podrán presentarse alegaciones hasta el 5 de mayo

22 abr 2022 . Actualizado a las 12:10 h.

En septiembre de hace dos años, el Ministerio de Agricultura sacaba a exposición pública el borrador del decreto de fertilización de suelos, una norma que buscaba establecer un marco adecuado para el aporte de nutrientes a los suelos agrarios, controlando y minimizando los riesgos que ello supone para el medio ambiente. Sin embargo, la normativa amenazaba con convertirse en un quebradero de cabeza más para agricultores y ganaderos. Prohibía sistemas como plato, abanico o cañón para esparcir purines, muy utilizados todos ellos en Asturias, y obligaba a contar con un plan de abonado y un asesor. Contra todas estas medidas alegaron sindicatos y comunidades. Ahora, el borrador de decreto ha vuelto a ser publicado e incluye algunas mejoras, como que esos sistemas de fertilización podrán seguir utilizándose en zonas de alta montaña. Hasta el 5 de mayo se puede alegar.

Explica Agricultura que esta normativa quiere mantener o aumentar la productividad de los suelos agrarios, pero logrando una gestión más sostenible de la nutrición de los cultivos, reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero y evitando la contaminación de las aguas, entre otras cosas. Aunque en el borrador anterior quedaban fuera de su ámbito de aplicación las parcelas más pequeñas, ahora solo se excluyen los huertos familiares destinados exclusivamente al autoconsumo, que aún así deberán cumplir algunas de las normas de este decreto.

Según el nuevo borrador, que ahora se encuentra en exposición pública, ganaderos y agricultores dispondrán de un plazo de un mes desde que fertilicen sus suelos para anotar todas estas operaciones en el cuaderno de explotación. A partir del 1 de septiembre del 2024, tendrán, además, que contar con un plan de abonado para cada una de las fincas de la explotación, exceptuando a las de menos de 10 hectáreas. Por otro lado, prohíbe la aplicación de fertilizantes en terrenos helados o cubiertos de nieve y en períodos con alertas meteorológicas por precipitaciones torrenciales, además de que establece unos períodos de prohibición de fertilización nitrogenada que varían en función del tipo de cultivo.

Otro de los aspectos que regula es que las abonadoras y aperos utilizados en la aplicación de fertilizantes deberán estar correctamente calibrados y, para ello, se prevé desarrollar un sistema de revisiones periódicas, como las ITV. Además, el almacenamiento de los productos fertilizantes debe realizarse en condiciones que minimicen las pérdidas de emisiones o vertidos accidentales y para ello se situarán a un mínimo de 15 metros de los cauces de agua. Las explotaciones ganaderas, por su parte, deberán priorizar el uso del estiércol que producen como método para la fertilización.

Pero el principal problema que generará esta normativa en el sector agroganadero es que prohibirá la aplicación de purines mediante sistemas como el plato, el abanico o el cañón. La novedad de este nuevo borrador es que deja fuera de esta norma a los recintos situados en zonas con pendientes mediadas superiores al 10 % y donde se apliquen los purines producidos por el ganado de la propia explotación, con lo que quedarían al margen de esta norma las explotaciones de alta montaña. También establece que los estiércoles y los productos o materiales orgánicos deberán ser enterrados lo antes posible tras su aplicación y que es obligatorio cuando se aplique estiércoles sólidos o purines emplear al menos una de las medidas de mitigación de emisiones previstas en uno de loa anexos. En este último apartado se autorizan prácticas como la dilución de los purines, su acidificación o el empleo de inhibidores de la ureasa, que son técnicas de fácil aplicación.

Con el fin de evitar la contaminación de las aguas, el borrador prohíbe aplicar estiércoles o purines a menos de cinco metros de las orillas de los ríos, lagos o masas de agua estancadas. Y regula también el empleo de los lodos de depuradoras, cuyo uso deberá estar justificado mediante un escrito del asesor de fertilización de la explotación.

Obligación de contar con un cuaderno de explotación
y un asesor

 A partir de la entrada en vigor de este decreto, las explotaciones deberán incorporar a su cuaderno de explotación una sección de fertilización. Además, también pasará a ser obligatoria en muchas granjas la figura del asesor de fertilización, un profesional que deberá contar con la acreditación que establece el decreto y que deberá avalar las decisiones de aporte de fertilizantes que se realicen al suelo de las explotaciones agrícolas.

Según recoge el borrador, en ese cuaderno de explotación deberá figurar el plan de abonado. Este documento tendrán que incluir información que permita identificar los recintos que forman las unidades de producción y otra relativa a los datos del suelo de esos espacios. También habrá que especificar el volumen de agua que aportar las precipitaciones que se registran en la zona y el momento en el que se pretenden aportar los nutrientes, así como el tipo de abono o material. También debe especificar las medidas para disminuir las emisiones de amoníaco.

Pero es que, a mayores de ese plan de abonado, el cuaderno de explotación tendrá que recoger información sobre los datos del suelo de los recintos, la composición analítica y en particular el contenido en nitrógeno, fósforo y materia orgánica de los estiércoles aplicados a la tierra, las dosis y fechas en las que se realicen esos aportes y un informe del asesor en fertilización en el caso de utilizar lodos de depuradora.

Un año después de que entre en vigor el plan de abonado, será obligatorio contar con un asesor técnico, aunque las comunidades podrán autorizar que ese asesoramiento lo realice el agricultor a través de un programa informático de recomendaciones de abonado.