Las hospitalizaciones de mayores por covid se disparan en Asturias: ¿está decayendo la protección inmunitaria?

Elena G. Bandera
E. G. Bandera REDACCION

ASTURIAS

María Pedreda

López Acuña explica los factores que han elevado la transmisión del virus y el ingreso en planta especialmente en la población de más de 80 años y con patologías previas como hipertensión, EPOC o diabetes

04 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Prácticamente ocho de cada 10 pacientes ingresados en agudos a causa del coronavirus en Asturias tiene más de 80 años, un tramo de edad con una elevada incidencia al superarse los 1.600 casos por cada 100.000 habitantes en las dos últimas semanas. ¿Por qué ha repuntado la transmisión de covid entre las personas mayores de 60 años, con las tasas más elevadas a partir de los 80 años? En el último balance, con datos actualizados hasta el pasado domingo, el número de pacientes ingresados bajaba de los 400 que se superaban la semana pasada, pero ¿por qué venían incrementándose en las últimas semanas las hospitalizaciones en planta? ¿Qué ha desencadenado la actual situación epidemiológica de la pandemia de coronavirus en la comunidad?

La protección inmunitaria baja en los mayores de 80

«La situación actual en Asturias se debe a una combinación de factores y uno de los más importantes es que ha decaído la protección inmunitaria especialmente en las personas de más edad y especialmente en los mayores de 80 años», señala el epidemiólogo y exdirector de Acción Sanitaria en Situaciones de Crisis de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Daniel López Acuña, que explica que así lo está demostrando la alta incidencia y el hecho de que la mayor parte de las hospitalizaciones en Asturias sean de pacientes mayores de 80 años que se han reinfectado con el virus.

«Casi el 92% de la población tiene la pauta completa de vacunación y lo que estamos viendo es que las vacunas siguen manteniendo cierta capacidad de proteger contra la muerte y contra la enfermedad severa que lleva al ingreso en la unidad de cuidados intensivos, pero no están protegiendo suficientemente contra el riesgo de hospitalización ni contra el riesgo de infección», indica. Se contaba con ello, con que tras un periodo de elevada eficacia, decayera la protección inmunitaria de la dosis de recuerdo que en España comenzó a administrarse a finales del pasado octubre, hace ya seis meses.

Segunda dosis de refuerzo

López Acuña, que indica que se sigue documentando cuál es la duración de la protección inmunitaria que brindan las vacunas, recuerda que la semana pasada el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades emitió una comunicación diciendo que ese decaimiento en los mayores de 80 años -los primeros en ser vacunados con la dosis de refuerzo- está muy claro. Por ello, recomendaban que se administrara cuanto antes una segunda dosis de refuerzo en este tramo de edad en lugar de esperar al otoño-invierno y así «evitar una nueva ola en ese grupo de población, que es el más vulnerable y el que tiene más comorbilidades».

De hecho, los pacientes que están siendo hospitalizados en las últimas semanas en Asturias también presentan afecciones previas aparte de ser mayores de 80 años. Por ejemplo, diabetes, hipertensión, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o enfermedad cardíaca, así como pacientes que también tienen cáncer o que están con tratamientos de immunosupresión ya sea por enfermedades autoinmunes, por transplantes o por cáncer. 

Debido a ese decaimiento de la protección inmunitaria en el grupo de población más vulnerable en toda esta pandemia, en Asturias, la comunidad mas envejecida del país, ha planteado al Ministerio de Sanidad aplicar la cuarta dosis a los mayores de 80 años con carácter urgente. López Acuña, que viene asesorando al Ejecutivo asturiano en esta pandemia, confía en que exista una receptividad por parte de Sanidad, del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud y de la Ponencia de Vacunas que está sopesando esa cuarta dosis «para ir adelante cuanto antes, yo creo que en España entera, con la vacunación de mayores de 80 años».

El exdirectivo de la OMS considera que no debería retrasarse ni un minuto y, cuando menos, debería autorizarse en las comunidades autónomas con altas incidencias en mayores de 60 años que sigan adelante con una dosis que ya ha llegado a inmunodeprimidos graves.

Una nueva estrategia que propicia los contagios

«El decaimiento de la protección inmunitaria en mayores de 80 años es un factor fundamental, pero también suma que en el último mes y medio se tomaron medidas con la nueva estrategia de vigilancia y control que propician los contagios», indica López Acuña, en referencia a que, desde el 28 de marzo, no se aislase a los positivos asintomáticos, no se realizasen suficientes pruebas diagnóstica y a que recientemente se retirase el uso de mascarillas en interiores.

«De ahí que sea muy importante que el Gobierno asturiano haya recomendado, porque es lo más que puede hacer, que sigamos usando mascarilla en interiores. Haya o no haya habido un real decreto que levanta su obligatoriedad, la situación epidemiológica actual lo que nos hace es plantearnos la necesidad de utilizar la mascarilla en interiores para evitar contagios, así como aislar a los positivos y realizar más pruebas diagnósticas como ya se está haciendo», valora.

Nuevas variantes que escapan a las vacunas

Otro factor que menciona López Acuña es el surgimiento de nuevas variantes más contagiosas y con mas prolijidad a escapar a la eficacia de las vacunas, como las últimas que se detectaban en Asturias la semana pasada, dos nuevos linajes de ómicron (BA.4 y BA.5) que, con el tiempo -como viene ocurriendo con las nuevas variantes más contagiosas-, se irán haciendo predominantes.

«Tenemos la combinación que hace la tormenta perfecta y, claro, en todos los desplazamientos y aglomeraciones que se produjeron en Semana Santa o en torno a Semana Santa, el riesgo de contagios se ha disparado. Quizá en Asturias hemos tenido ese efecto en menor grado que lo que ha habido en procesiones, fiestas y ferias sobre todo en el sur de España, pero la situación actual es el efecto combinado de la inmunidad que decae, las variantes nuevas que escapan en mayor grado a las vacunas, el haber bajado la guardia en algunas medidas de protección como la mascarilla en interiores y las no aglomeraciones y el haber puesto en marcha esa estrategia de vigilancia y control que suprimió el aislamiento de los positivos asintomáticos», resume.