Rosario Carracedo, abogada: «El putero tiene que saber que es un delincuente y que la sociedad no lo permite. Hay que penalizarle»

Carmen Liedo REDACCIÓN

ASTURIAS

Rosari Carracedo, presidenta de la Plataforma Abolicionista de la Prostitución
Rosari Carracedo, presidenta de la Plataforma Abolicionista de la Prostitución

La presidenta de la Plataforma Abolicionista de la Prostitución señala que es «imperativo inaplazable» desmantelar la industria del sexo y dar una salida real a las mujeres en situación de prostitución para que puedan integrarse en la sociedad

18 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Rosario Carracedo, abogada y presidenta de la Plataforma Abolicionista de la Prostitución, ofrecía en la tarde de ayer una charla en Gijón para explicar las razones por las que es acuciante desmantelar la industria del sexo y acabar con la explotación sexual de las mujeres, una forma de violencia que, según dice, es «incompatible con el siglo XXI» y a la que hay que dar respuesta con medidas como las que propone la Ley Orgánica para la Abolición del Sistema Prostitucional que ha ayudado a redactar.  Entre ellas, la penalización no sólo del proxeneta, sino también del putero.

-Tal y como pregunta el título de la charla que ha impartido en Gijón, ¿qué es la abolición de la prostitución?

-Es una propuesta para desactivar el sistema prostitucional; para terminar con un país de proxenetas, porque tenemos una espantosa y enorme industria de la explotación sexual de las mujeres; para acabar con las prácticas de los puteros y para la reparación integral de las mujeres víctimas de la prostitución. El abolicionismo es el único modelo de intervención legal y de intervención social que pone una mirada solidaria en las mujeres prostituidas y que tiene como objetivo terminar con una práctica de violencia ancestral incompatible con el siglo XXI y con nuestros derechos inalienables de igualdad.

«A día de hoy, si hacemos una comparativa entre el año 1999 y el año actual, tendríamos un incremento de la actividad del proxenetismo del 55%»

-Puede parecer utópico lo que plantea, ¿cuáles son las claves para conseguirlo?

-Pues actuar sobre los elementos que conforman el sistema. Por una parte, abrir una puerta de salida real y efectiva a las mujeres en situación de prostitución, permitiéndoles una reparación a sus derechos que comporta la posibilidad de afiliación a la vida social e integrarse. En segundo lugar, desmantelar la industria del sexo, y esto es un elemento fundamental, porque nuestro Código Penal en el año 1995 abrió las puertas al proxenetismo y por eso tenemos una industria e inicios de impunidad para el proxenetismo, y por eso se explica que en nuestro país, en menos de 4 años (entre 1999 y 2002), crecieran las actividades relacionadas con la explotación sexual de las mujeres más de un 26%. A día de hoy, si hacemos una comparativa entre el año 1999 y el año actual, tendríamos un incremento de la actividad del proxenetismo del 55%. Eso comporta que cada vez hay más mujeres expuestas en el mercado de la prostitución y, por tanto, una demanda masculina cada vez más amplia, mucho más masiva. De hecho, la encuesta nacional sobre sexualidad del año 2019 señalaba que el 32% de los hombres de nuestro país pagaba por prostitución, lo cual es un porcentaje enorme y además refleja que lo ven como una actividad normalizada, como una actividad de ocio que es tolerada. Cada vez son más jóvenes los varones que acuden al mercado prostitucional. Esto es incompatible con el principio de igualdad entre hombres y mujeres y con una sociedad comprometida con ese derecho.

-Ha participado en la redacción de la Ley Orgánica para la Abolición del Sistema Prostitucional, ¿qué pasos hay que dar a partir de ahora para que no se quede en papel mojado?

-La Ley contempla un abanico de medidas, pero como sabemos que las políticas públicas sin dotación presupuestaria son un brindis al sol, en la Ley se establece que tiene que haber una reserva anual en los Presupuestos Generales del Estado que sea suficiente para cubrir los derechos que la Ley contempla. Y también que haya un fondo que se alimente de los bienes incautados al proxenetismo y a la industria del sexo. Se necesita también una intervención directa, arriesgada y comprometida por parte de las administraciones públicas para transmitir al conjunto de la ciudadanía que comprar mujeres para uso sexual es una práctica de poder y de violencia, y eso también es un elemento fundamental. Sabemos que no será un proceso inmediato, que tendrá un recorrido y necesitará años para ponerse en marcha y que tenga eficiencia, pero es imprescindible si queremos cambiar de paradigma y de modelo social.

«Hay un gran espacio de impunidad para el proxenetismo que les permite seguir actuando y ofertando mujeres en el mercado»

-En España hay varias leyes relacionadas con la libertad sexual o contra la trata. ¿Por qué los distintos gobiernos han dejado a un lado el tema de la prostitución?

-Creo que hay una parte que está íntimamente vinculada con la industria del sexo y con el lobby proxeneta, que tuvo la capacidad de introducirse en los gobiernos locales y en la comunidad internacional, pero hay que decir que la distinción entre la trata y la prostitución fue una política pública internacional y nacional equivocada. La trata sólo es un sistema de abastecimiento del mercado de la prostitución, si no hubiera prostitución, no habría trata. Otra cosa que está acreditada es que la trata es sólo una definición delictual, es un tipo penal, por tanto es insuficiente para combatir el fenómeno que está participado por la industria criminal y por los lobbys proxenetas criminales. Además, hay que tener en cuenta que la economía formal también ha sacado ventajas durante años. En definitiva, hay un gran espacio de impunidad para el proxenetismo que les permite seguir actuando y ofertando mujeres en el mercado.

-A tenor de las cifras de mujeres que son obligadas a prostituirse en España, ¿consideras que son laxas las penas que hay actualmente para los proxenetas?

-Lo primero que hay que decir es que hay muy pocos tipos penales que sancionen de manera eficaz y eficiente la actividad de intermediación en la prostitución que realizan los proxenetas, porque con el Código Penal de 1995 desaparecieron la mayor parte de las figuras. Nosotras queremos recuperar algunas figuras que tenían cierta eficacia, como la tercería locativa, es decir, los proxenetas que habilitan espacios para ofertar mujeres y el proxenetismo meramente lucrativo, es decir, aquel que media sin utilizar medios coercitivos. Eso nos permitiría que acreditando la participación con interés económico en esa actividad, podríamos sancionarles a través de la ley penal. La Ley Penal es una respuesta severa que tiene mucha importancia porque tiene una eficacia que disuade de la realización de las conductas, tiene una eficacia educativa en el funcionamiento social.

«La Ley abolicionista que hemos elaborado contempla que las mujeres que han iniciado un proceso de salida de la prostitución van a tener derecho a un programa de inserción sociolaboral y a un acompañamiento económico»

-El caso es que si no hay cliente no hay negocio, por tanto, ¿qué hay que hacer con los puteros?

-En la Ley que hemos elaborado hemos incorporado la penalización del cliente, como ha hecho el modelo sueco desde 1999 y han incorporado otros países del ámbito europeo. Creemos que esta es una medida muy importante porque manda un mensaje normativo al grupo social y es que la sociedad reprueba y no tolera ni acepta ni legitima esas prácticas masculinas. Entonces, además de hacer campañas de concienciación, porque son necesarias, la medida que proponemos es la sanción punitiva a los puteros. Es decir, el putero tiene que saber que acude al mercado de la prostitución y pretende hacer uso sexual por precio a una mujer, es un delincuente y que nuestra sociedad eso no lo condona ni lo permite. La ley sueca, en 20 años de aplicación, ha logrado generar una conciencia colectiva y una conciencia social de que el uso de mujeres en prostitución es una forma de violencia.

-Y cuando una mujer dice que ejerce porque quiere y lo hace libremente, ¿qué opina?

-Creo que es un mito de legitimación del tema. Creo que las relaciones prostitucionales son per se totalmente desiguales y si bien existen condiciones de supervivencia en prostitución, son mucho más graves porque están acompañadas de elementos coercitivos. En mi opinión, lo que les pasa a las mujeres es que no tienen otra opción real para supervivir, y lo dicen quienes han salido de la prostitución y se han unido al movimiento abolicionista, que no tenían otra opción razonable que la de supervivir en prostitución. Y si vemos los perfiles de las mujeres que se prostituyen en nuestro país en este momento, los mayores porcentajes son de mujeres que provienen de países donde la exclusión económica y social es notoria y no han tenido otra salida. Las mujeres que son prostituidas en nuestro país son latinoamericanas, nigerianas, rumanas, que son la oferta más numerosa en nuestro país, y todas ellas proceden de países que tienen graves déficits para las mujeres económicos, sociales, culturales y políticos. Por eso, la Ley Abolicionista que hemos elaborado contempla que las mujeres que han iniciado un proceso de salida de la prostitución o que estén en él van a tener derecho a un programa de inserción sociolaboral y a un acompañamiento económico con una renta básica durante el tiempo que estén en ese proceso.

«El siglo XXI tiene que ser el tiempo para terminar y desactivar todos los mecanismos de violencia contra las mujeres, y la prostitución es uno de los más importantes»

-El 28 de mayo hay una manifestación convocada en Madrid. ¿Por qué es importante dicha movilización?

-Uno de los elementos fundamentales es la movilización feminista que se está produciendo en todo el país, porque el Gobierno tiene que entender e interpretar que para nosotras la abolición de la prostitución es un imperativo inaplazable, que no aceptamos más dilaciones ni más excusas ni políticas tibias, que son las que han realizado hasta ahora. Hacen muchos titulares de prensa y representan que están haciendo algo pero no han hecho nada y ya es hora de acabar con esta forma de violencia. El siglo XXI tiene que ser el tiempo para terminar y desactivar todos los mecanismos de violencia contra las mujeres, y la prostitución es uno de los más importantes y de los más graves porque tiene un carácter universal y afecta a las mujeres de todo el mundo, y en nuestro país muchísimo porque somos un país de puteros y de proxenetas.