Un camarero con 37 años de experiencia: «Normal que falten profesionales si no se cumple el convenio y los salarios son bajos»

Carmen Liedo REDACCION

ASTURIAS

Un camarero escancia un culete de sidra
Un camarero escancia un culete de sidra PACO RODRÍGUEZ

Pedro Pablo Polo, que tiene trabajo estable y buenas condiciones laborales, dice que muchos compañeros cambian de profesión porque hay agotamiento y «las cosas no evolucionan»

26 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La patronal de la hostelería asturiana advertía hace unos días de que en la región se necesitan más de 2.500 trabajadores para el sector, tanto camareros, como ayudantes de cocina o cocineros, puestos que han quedado vacantes en buena medida a raíz de la pandemia de la covid-19, y es que el personal que los ocupaba decidió buscar una ocupación alternativa ante las muchas restricciones e incertidumbre que sufrió la hostelería. El «agotamiento y el cansancio» que supone una profesión en la que se trabaja cuando otros disfrutan y la falta de unas condiciones atractivas son otro hándicap que plantean quienes conocen bien el sector.

Pedro Pablo Polo lleva trabajando en la hostelería desde hace 37 años y desde hace 22 en la misma empresa, con un trabajo estable y unas buenas condiciones laborales. Señala que cuando empezó en hostelería a los 18 años fue por vocación, y es que si algo tiene claro es que una profesión tan sacrificada como la de camarero «te tiene que gustar» porque «al principio crees que vas a mejorar y después te pegas de bruces con la realidad». Ese considera que es el problema que hay ahora, «que el sector ha perdido atractivo para los trabajadores porque hay agotamiento y cansancio» y porque ni siquiera se cumple el convenio de 2011, además de que no tienen subida salarial desde 2011.

Asegura que el parón por la pandemia les hizo abrir los ojos y ver la realidad del sector, «porque si cobras poco más de 1.000 euros, en ERTE solo te pagaban un porcentaje del salario». Esa situación, señala, hizo que muchos de sus compañeros hayan cambiado de profesión, «ya que las cosas no evolucionan, no cambian». En este sentido, comenta que algunos conocidos decidieron formarse durante la pandemia y hacer cursos de formación profesional para buscar otra salida laboral. «Dos concretamente son auxiliares de enfermería, y están encantados en el nuevo trabajo», relata.

Los jóvenes buscan otra forma de vida 

«El convenio fija dos días de descanso a la semana, pero a ver cuando falta un camarero dos días seguidos… si falta es que está enfermo», dice Polo, que reconoce que llega un momento en que «sientes que no se valora el trabajo» y por eso entiende que no resulte atractivo para los jóvenes. «Trabajas cuando los demás se están divirtiendo y ¿quién paga la nocturnidad? ¿quién respeta las jornadas con 12 horas de descanso? Los jóvenes ahora buscan otra forma de vida y si no se cumple el convenio y los salarios son bajos, es normal que falten profesionales», manifiesta.

A modo anecdótico recuerda que cuando él empezó a trabajar en el sector, todos los veranos venían dos camareros que destinaban lo que ganaban a pagarse la matrícula para los estudios del año siguiente. «Ahora ambos son ingenieros y se pagaron la carrera trabajando porque ganaban muy bien y era atractivo, pero ahora eso no sucede: ganan 1.000 euros por trabajar 10 o 12 horas y los festivos es cuando más vas a trabajar. Si pagaran 2.000 igual se lo piensan», asevera Polo.

Para los profesionales que como él llevan mucho tiempo en el sector y tienen una dilatada experiencia asegura que «hay buenas ofertas económicas», aunque apostilla que «los que tenemos una edad ya no vamos tanto a las condiciones económicas como a tener unas condiciones que te permitan tener vida» y esas entiende que mejorarían mucho si se trabajara según el convenio de 2011, «es lo único que pedimos, que se respete el convenio».

Y apostilla algo más: «Las empresas deberían darse cuenta de que un camarero contento son muchos clientes contentos, y eso repercute en pro del negocio», porque insiste en que la suya es una profesión «que te tiene que gustar, te tiene que gustar el trato con la gente, tener don de gentes, saber cuándo te tienes que retirar… tiene mucha gestualidad y antes se respetaba mucho más al camarero». Así Pedro Pablo Polo pone de relieve que «si no tienes buen personal, da igual que tengas el mejor local», al igual que señala que si en Asturias queremos vivir del turismo, «hay que poner personal y hacer que estén contentos». A este respecto, recuerda que el personal del sector de la hostelería «en otras comunidades autónomas tienen mejores condiciones, como en las islas, por ejemplo».